¿puedo Llamarte Amor?

capitulo 31

Harry volvio a soñar con Lucius Malfoy cuatro noches más.
Cada noche, cuando le daban suficiente pocion como para dormir profundamente, se llevaba una decepción al ver al mortifago rubio en lugar de a Severus.
Y cada noche que pasaba, estaba más desesperado.
Llevar un mes sin verle realmente, sin hablarle, sin besarle, sin abrazarle, sin dormir a su lado... eso ya era suficientemente malo de por si. Pero ahora, sin siquiera la ilusión de verlo... sentía que perdía la cordura poco a poco, se sentía como un loco.
Joder, nadie nunca le había dicho que enamorarse llevaba al borde de un colapso mental permanente... por lo menos, no le dijeron que sucediera tan seguido.
Durante el día se la pasaba tomando siestas, en las que realmente no llegaba a descansar nada.
Sólo estaba despierto cuando debía tomar medicamentos o las comidas, o cuando le hacían exámenes, o algunas horas que ya ni podia dormir, las que dedicaba a leer la tonelada de cosas que Hermione le llevaba para que estudiará para los TIMOS.
La quinta noche que soñó con Lucius Malfoy, algo raro paso.
El sueño iba bien, normal. "Escuchaba" a Lucius parlotear de estupideces en su mente, "veía "que hacia y adonde iba, etcétera.
Pero en un momento, la imagen e Lucius desapareció y fue sustituido por un pasillo semi desierto, circulado simplemente por algunos hombres y mujeres con uniformes de medimagos... Harry lo reconoció, era un pasillo de San Mungo.
Su yo invisible/imaginado/lo-que-sea-que-fuera-en-el-sueño entró avanzaba por el pasillo, como arrastrado por una fuerza superior, y Potter descubrió que era su pasillo en el momento que entraba por una puerta.
Entonces, se vio a si mismo, dormido en la camilla.
Por fin, Potter avanzó unos cuantos pasos voluntariamente, y se acercó a su propio cuerpo. ¿en serio se veía así dormido? ¡Merlin, estaba babeando!
Harry hizo una mueca de asco y desvío la vista.
Y al mirar atrás, se sobresalto al ver a severus detrás suyo.
Tanto, que abrio los ojos precipitadamente en al realidad.
Y vio a Severus, inclinado sobre el.
Y el hombre abrió excesivamente los ojos, sorprendido.
Se alejo de la camilla de un salto, sin despegar la mirada de Harry.
Y Potter, sin saber si estaba despierto o soñando, y sin que le importara mucho, se levanto presipitadamente y abrazo fuertemente a Severus por el cuello... y hubiera caído al suelo de no ser porque Severus ya lo había abrazado por la cintura, y lo estaba sosteniendo.
Harry tenia la cara enterrada en su pecho. Y un demonio, no pensaba salir de allí en, si pudiera, el resto de su vida.
Joder, habia olvidado lo genial que olía Severus.
Severus tenía los labios apoyados contra su cabeza, y lo abraza con la misma fuerza que Harry empleaba para aferrarse a él.
-te extrañé.-la voz de Harry sonó ronca y amortiguada contra el pecho de Severus cuando por fin rompió el cómodo silencio que los rodeaba.
Severus rió por lo bajo contra su cabeza.
-diría los mismo, pero sin duda me quedaría corto.-dijo con dulzura, mientras una de sus manos recorría la espalda de Potter, ansioso por el simple hecho de estar tocando nuevamente a su pequeño.
Harry se separo de el pecho del hombre y (con bastante esfuerzo) se puso de puntitas y beso a Severus.
Severus no dudo en devolverle el beso.
Pero las piernas de Harry temblaban por el esfuerzo de no sólo mantenerlo en pie, sino que además de puntitas, luego de semanas en cama.
A causa de eso, Severus término el beso mucho antes de lo que a harry le abría gustado.
Lo levanto unos cuantos centímetros del suelo, aliviando el dolor de sus piernas, y lo sento sobre la cama.
-será mejor que te metas en la cama, si las enfermeras ven que te has levantado no me dejaran volver.-le dijo, aun sonriendo.
Harry obedeció de buena gana. Se recosto en la cama y se cubrió con las mantas.
Severus se inclinó sobre el, le beso la frente, y le susurro:
-hasta luego, pequeño.
Harry fruncio el ceño, y se asustó.
-¿ya te vas?-pregunto, con un deje de histeria en la voz, y aferro con una mano el antebrazo de Severus para que no se pudiera ir.
-debo irme, pequeño.-susurro con dulzura el hombre, haciendo que Harry sintiera la horrorosa sensación de que sólo estaba soñando.
-no, por favor. No puedes irte aún. Quedate aunque sea un rato más.-suplicó Harry.-por favor.-susurro, con un hilo de voz.
Sev suspiro. No podía negarle nada a Harry, y mucho menos si parecía apunto de llorar (como en eran se momento).
-Merlin, como extraño la época en que si podía negarme a lo que me pidieras.-dijo suspirando. Harry sonreia de oreja a oreja.-bueno, la verdad es que no.-se contradijo Severus, y volvio a suspirar.-supongo que tengo que aparecer una silla...
-¡No! -se apresuro a negarse el chico.-ven.-levanto las mantas de la cama para que Severus su metiera debajo de ellas con él.
Severus le miro, incredulo.
-Harry, no hay suficiente espacio allí para los dos.-le aseguró Severus, muy seguro.-Estaríamos, como mínimo, paretujados.
Harry pudo los ojos en blanco.
-por si no te has dado cuenta, ese es el punto, Sev.-le dijo el chico, aun sin caber en el de la felicidad.
-oh, bueno... supongo que eso cambia las cosas.-Harry volvio a levantar más mantas, y Severus suspiro.
-no me dejaran volver a entrar si me descubren.-dijo, inseguro.
-si me quieren aquí, te dejará entrar.
-afirmó Potter.
Severus volvio a suspirar. Se quitó los zapatos, y se metió en la cama junto as Harry.
Como Severus predijo, quedaron paretujados, pero a Harry no le importaba en lo más mínimo.
Severus lo abrazo contra su pecho, y Harry aspiro profundamente su olor.
-¿que haces aqui?-le pregunto Harry.-me encanta que estés aquí, demaciado, pero ¿por qué estás aquí?
-vine a trae tus pociones...-le contesto en un susurro Severus.
Harry fruncio el ceño.
-¿mis pociones?
-estoy encargado de hacer las pociones que necesitas. Los medimagos pueden hacer las normales, como para dormir, pero la de purificación de sangre es bastante compleja.
Harry fruncio el creo aún más.
-¿purificación de sangre?
-te la suministrar a lo largo de la semana, sirve para evitar que cualquier veneno que esas marcas pudieras tener te afecte... aunque tu ya deberías saber para que sirve. Lo vimos agua principio de año.
Las mejillas de Harry se encendieron, y el chico escondio la cara en el pecho de Severus para ocultar el color rojo de sus mejillas.
Severus rió y beso la cabeza de Harry.
-no te preocupes, hace rato he renunciado a la idea de que me prestes atención durante las clases.-le susurro, divertido.
-te presto mucha atención.-contestó Harry, aun avergonzado.-a tus palabras... no tanto.
Severus volvío a reír.
-a veces eres muy tonto, Potter.
-¡Oye!-se quejo Harry. Se alejo del pecho del hombre simplemente para que el viera que estaba haciendo un puchero.
-vale, vale. Retiro lo de tonto.-dijo Severus, enternecido.
-Lo de tonto no me importa. Pero ha aprometido no llamarme Potter.
-yo no prometi nada.-le contradijo Severus, pero cuando Harry comenzó otro puchero, se rindió.-vale, vale. No más Potter.
-gracias.-sonrio Harry.
-vale, ahora duerme.-le susurro Severus.
-pero... ¡tu no estarás aquí cuando despierte!-se quejo el chico, en el fondo temeroso de no volver s ver a Severus en otro mes. O másm
-no, pero volvere la semana entrante. Siempre vengo a visitarte luego de entregar las pociones.
-¿y por qué nunca me despiertas?-se quejo nuevamente Harry, aliviado antes lo saber que volvería a verlo "pronto". Le hubiera gustado tanto verlo antes...
-porque me gusta verte dormir.-le contesto, divertido. Luego lo beso.-vamos, duerme.-le susurro con la voz llena de dulzura y Harry no se atrevió a desobedecerlo.
Cerró los ojos, se concentro simplemente en la presencia de Severus y...
Lo siguiente que supo fue que era de día, y no quedaba ni rastro de Severus.
.-.-.-.-.-.-.-.-
Harry espero pacientemente una semana para volver a verlo.
Cuando por fin llego el día que se cumplía una semana, estaba que de subía a las paredes, pero se comportaba tan normal Cómo podían.
Y entonces por fin llego la noche.
Y me obligaron a tomar una pocion para dormir.
Pero aquella era diferente, era una pocion para dormir sin sueños.
Y cuando despertó a mitad de la noche, no vio a Severus.
Sino que vio a Bellatrix con la varita en una mano, y un cuchillo en la otra.