capitulo 19

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Harry sonrio antes de despertar del todo.
Aunque la sonrisa le duro poco.
Casi inconsientemente fruncio el ceño al no sentir el calor del cuerpo de Severus rodeándolo.
Rodo en la cama buscándolo y... callo al suelo.
Abrio los ojos precipitadamente y vio que estaba en su habitacion en la torre de Gryffindor. Solo habia sido un sueño.
Se levanto rapidamente, pues sus compañeros lo miraban.
Tomo sus cosas y se dirigio a la ducha, para intentar calmarse un poco antes de tener que verlo. Otra vez.
Hacía ya 2 meses que Umbridge habia amenazado a Harry, aunque no le había pedido ninguna otra cosa además de que se alejara del hombre. Parecia que lo único que queria era ver al chico sufrir.
Pero eso era algo que Harry si podía impedir.
Llevaba tres meses de una lenta muerte interior, pero su exterior nunca se habia mostrado de otra manera que indiferente... por lo menos delante de la gente.
Aunque se podria decir que las primeras semanas fueron las peores, cuando Harry aún creía que quizá Severus se le acercaría e intentaría arreglar las cosas.
Pero, claro está, eso nunca paso... Vale, no suena a que esa fuera la opción más agradable, pero era la más necesaria.
Draco, Hermione, Ron, Luna, Neville y Ginny estaban preocupados por el, aunque sólo los tres primeros entendían (más o menos) por que estaba así.
Habian intentado de todas las manera posibles ayudarlo, pero lo único que ayudaría a Harry sería que alguien el lanzará un Avada Kedavra a Umbridge... Draco hasta se habia planteado la idea.
Harry se recluyo en si mismo. Queria hablar con Sirius para que le diera algún consejo, pero el hombre lo habia dejado en paz desde las vacaciones de navidad.
Luego de la tercera semana Harry encontró una manera de distraer su mente, aunque sea un poco.
Comenzo a estudiar para los TIMOS. Se pasaba horas y horas diarias en la biblioteca, y tomaba clases particulares con varios profesores.
Estudiar le daba un respiro, un momento sin pensar en Severus y pensar en que jamás volvería a besarlo, a abrazarlo...
Eso tranquilizo un poco a sus amigos, pero Harry sabia a la perfección que Draco, Hermione y Ron se turnaban para no dejarlo sólo, que controlaban cada cuanto y cuantas horas dormía Harry, que controlaban cuanto comía y con que regularidad, que creían que aquella obsecion por el estudio no era sana... pero era lo único que Harry tenia, o por lo menos así lo sentía él.
Pero habia cosas que ni siquiera el estudio podía hacerle olvidar. Esas noches que ni aunque leyera hasta que sus ojos confundirá palabras su mente se calmaba, salía a caminar bajo su capa. Siempre terminaba frente al despacho del profesor de pociones. Siempre se sentia tentado a tocar y contarle todo a Severus. Disculparse y rogarle que le perdonará. Pero la amenaza de Umbridge hacia que su puño se frenará antes de tocar la madera.
Esa mañana Harry tenia clase de pociones.
No le iba demaciado bien en esas clases, pues además de ser un manojo de nervios cerca de Severus, se pasaba casi toda la clase pensando en el encuentro con Umbridge, esperando que Snape se metiera en su mente y lo viera.
Pero Severus nunca lo intento.
Esa mañana Harry ni siquiera lo intento.
Se concentro en su pocion. Debían hacer amortemia.
Harry lo hizo bastante bien.. Hasta que las pociones comenzaron a estar listas, y el aula entera comenzó a oler a Severus.
A Harry le temblaban las rodillas mientras embotellada la pocion.
La coloco sobre la mesa, pues temia que se le callera de las manos a causa de sus temblores.
Potter miro su pocion, de color rosa. Recordaba aquella vez que Severus y él había bromeando al respecto.
Me encantaría quedarse cuando todos se hubiera ido, sonreírle y decirle "te dije que oleria a ti.".
Pero no podia.
Harry sintio una única lágrima bajar por su mejilla, pero no se la limpio.
Cerró los ojos y siguio su trajetoria mentalmente.
Poco después cayó.
Entonces algo hizo un ruido, y la pocion de Harry explotó.
El muchacho estaba tan perplejo que ni siquiera atino a moverse.
Sintió las gotas de la pocion salpicarle la mitad superior del cuerpo.
Una pequeña gota llegó a su boca y Harry se la trago.
Snape estuvo a su lado en un segundo.
-¿que diablos hizo, Potter?-cuestiono el profesor, tratando de que no se notará lo preocupado que estaba por el chico.
-nada.-mascullo Harry. Habia seguido los pasos al pie de la letra, y su pocion había terminado con las propiedades que describía el libro. No tenía sentido que hubiera explotado.
Harry le paso el vial, que había quedó milagrosamente intento.
-eso era mi pocion. No tiene sentido que explotará.
Severus lo miro ceñudo.
Harry lo ignoro lo mejor que pudo. Sus piernas se le doblaban, y a duras penas podía seguir en pie, y eso no tenia nada que ver con la cercanía de Severus.
-esta... perfecta.-oyó Harry que decía Severus.-Merlin.
Harry lo miro. Arrugas de preocupación se formaron en su rostro.
-¿que sucede, profesor?-cuestino Harry.
-no se le pueden agregar cosas a la amortemia. Una pequeña cosa podría convertirlo en un potente veneno, tanto como para matarte con una sola gota.
-el sabor a podrido que tengo en la boca no tiene nada que ver ¿verdad?
-Joder ¿te lo tragaste?-Las arrugas de Severus se intensificaron. Tomo a Harry del brazo sin esperar su respuesta y lo sento en su escritorio.
En su propio caldero comenzó a elaborar una pocion.
-todos pueden irse.-anuncio Snape, quien casi se habia olvidado de los demás alumnos.-Merlin, tu no Potter.-dijo cuando Harry hizo amague de levantarse (aunque no le quedaban fuerzas para hacerlo).-tengo que darte un antídoto para eso.
Harry levemente. Se sentia incapaz de siquiera parpadear.
-me pregunto que habrás sido tan descuidado como para agregar.
-una lágrima.-dijo el ojiverde casi inconcientemente.
-¿una lágrima?-Severus lo miro, ceñudo.
-si.-Harry bostezo. ¿seguía aún despierto? ¿Por qué?-todo el salon olía a ti, Sev.-Harry sonrio, y sus párpados le pesaron demaciado como para seguir sosteniendolos.
...
-Harry, no te duermas... ¡Harry!
.-.-.-.-.-.
Potter hablo mucho más de lo que recordaba con Severus.
Casi una hora, a decir verdad. Una hora en la que no dejo de temblar y de decir cosas que no debería haber dicho.
Pero para suerte de su difnidad, solo recordaba quedarse dormido.
Y luego, despertar en la enfermeria al escuchar una discusión.
Harry salio lentamente de la inconciencia.
Escucho voces discutiendo, pero tardo un poco ene entender las palabras que decían.
-¡no asistió a mi clase! Por ende, debe ser castigardo.-ahg. Que bonita forma de despertar. Escuchando la voz de Umbridge.
-¡eso no tiene sentido! Casi muere envenenado. Estoy seguro de que es un excusa suficiente como para evitar un castigo.-asi esta mejor. Hasta cuando gritaba Harry amaba la voz del profesor.
-eso a sido por un desliz suyo. No es mi problema.
Harry sabia que Severus habia rodado los ojos, exasperado.
-no puede castigar a Potter...-Umbridge interrumpio a Severus a mitad de la frase.
-¿que no puedo? Pareces olvidar que soy la directora, Severus. Puedo hacer lo que yo quiera.-dijo, desafiando al hombre. Estaba claro que estaba amenzando su trabajo.
Severus solto una falsa carcajada.
-¿y que harás? ¿ponerme en periodo de prueba? ¿despedirme? Verás, querida, -Severus pronunció la palabra "querida" como si fuera el peor insulto que hubiera.-No encontrarás en toda Europa alguien capaz de hacer mi trabajo, salvo quizá el antiguo profesor de materia, que se ha desentendido de la enseñanza hace años. ¿que crees que hará Fudge si despides al único capaz de impartir pociones?
La sonrisa burlona llena de desden estaba implicada en la voz de Severus.
Antes de que Umbridge contestara, Pomfrey los interrumpio.
-si van a seguir gritando, tendré que pedirles que se vayan. Perturban a mi paciente.
El ojiverde escucho los pasos alejarse.
Volvio a dormirse sin mucho esfuerzo.
-.-.-.-.-.-.-.-
Aquella misma noche rondaba por los pasillos de Hogwarts.
Una duda atormentaba su mente.
Tenia el vago recuerdo de haber hablado con Severus. Mucho. Pero no podia recordar la conversación. ¿que le habia dicho? Estába medio dormido, algo moribundo... podría haber dicho cualquier cosa.
Estaba tan distraido que no se percató de las voces que venían del corredor al que se dirigía, por lo que paro en seco al ver, en la penumbra del corredor, a Severus y a Parkinson, hablando.
Agudizó el oído para oír que decían.
-¿que hace fuera de Slytherin a estas horas, Parkinson?-Harry vio que Severus enarcada una ceja.-tendre que tomar medidas.-dijo Severus, bastante desinteresado.
-bueno..-Parkinson hizo su versión de una sonrisa coqueta y poso una mano sobre el pecho de Severus.-creo que podemos arreglarlo.
Harry no quizo quedarse a ver que sucedía.
Volvio por donde habia venido... mejor dicho, salio corriendo hacia la torre de Gryffindor sin importarle si hacia ruido.
Cuando llego tenía el rostro mojado, aunque no estaba seguro si eran lágrimas o sudor.
Se sento en una butaca de la sala común y le llevo las rodillas al pecho, intentando buscar en su memoria algún detalle que indicará que severus iba a rechazarla... pero no habia ninguno.
Término durmiendose a eso de las 4 A.M.
-.-.-.-.-.-.-.-.
-Joder, Potty ¿que te paso?-fue lo primero que dijo Draco al verlo el dia siguiente. Harry se veía terrible. Tenia ojeras y los ojos rojos e inflamados por llorar.-vamos, hoy te sentadas conmigo mientras me explicas como has conseguido en una noche parecer alguien que no durmio en días.-Malfoy lo arrastro a la mesa de Slytherin sin esperar respuesta.
Harry se sento y se paro en cuention de segundos.
-esto...ya no tengo hambre.-se volteo y comenzo a caminar rápidamente hacia la puerta, con la mirada clavada en el piso. ¿por qué habían tenido que sentarse junto a Parkinson?
Harry se choco contra alguien en su precipitada huida.
-lo siento.-dijo, y levantó la mirada un segundo para ver a quién había chocado. Merlin ¿tenía que ser Severus?
El hombre iba a decir algo, pero Harry echo a correr como si lo persiguiera el mismisimo Voldemort, haciendo que todo el Gran Comedor volteara a verlo.
Término sentado junto al lago, con todo el cuerpo temblando y la mente gritandole diferentes cosas a cada segundo.
Joder.
Odiaba a Parkinson.
Odiaba a Umbridge.
Se odiaba a si mismo por no encontrar una maldita solución a a aquello.
Sin duda no iba a aquí poder acudir a a clase de Transformaciones.
Se quedo recostado contra el tronco de un árbol hasta que logró relajarse, y luego hasta quedarse dormido.
Ojala no lo hubiera hecho.
-.-.-.-.-.-
Caminaba otra vez por el oscuro y frío pasillo que conducía al Departamento de Misterios, con paso firme y resuelto; a veces corría un poco, decidido a llegar por fin a su destino... La puerta se abría, como las veces anteriores, y Harry volvía a encontrarse en la sala circular con muchas puertas...


La cruzaba andando por el suelo de piedra y entraba por una segunda puerta... Veía motas de luz danzarina en las paredes y en el suelo, y oía aquel extraño ruido mecánico, pero no había tiempo para investigar, tenía que darse prisa... Iba corriendo hasta la tercera puerta, que se abría fácilmente, igual que las demás... Volvía a encontrarse en la habitación del tamaño de una catedral llena de estanterías y esferas de cristal... El


corazón le latía muy deprisa... Esta vez iba a entrar... Cuando llegaba al pasillo número noventa y siete torcía a la izquierda y corría por él entre dos hileras de estanterías... Pero al final del pasillo había una figura en el suelo, una figura negra que se retorcía como un animal herido... A Harry se le contraía el estómago de miedo, de emoción... Una voz salía por su boca, una voz fría y aguda, vacía de humanidad...


-Cógela... Vamos, bájala... Yo no puedo tocarla, pero tú sí...


La figura negra que había en el suelo se movía un poco.


Harry veía cómo una mano blanca de largos dedos cerrados alrededor de una varita se alzaba al final de su propio brazo..., y entonces oía que aquella fría y aguda voz decía: «¡Crucio!» El hombre que estaba en el suelo gritaba de dolor, intentaba levantarse pero caía hacia atrás y se retorcía.


Harry reía. Levantaba la varita, la maldición dejaba de actuar y la figura se quedaba inmóvil gimiendo.
-Lord Voldemort espera...


Muy despacio, el hombre que estaba en el suelo levantaba un poco los hombros, aunque los brazos le


temblaban, y miraba hacia arriba. Tenía la cara demacrada y manchada de sangre, contraída de dolor y, sin embargo, desafiante...


-Tendrás que matarme.-susurraba Sirius.
-Al final lo haré, indudablemente.-decía la fría voz.-Pero antes la cogerás para mí, Black... ¿Crees que lo que has sentido es dolor? Piénsalo bien..., nos quedan muchas horas por delante y nadie te oirá gritar...


Pero alguien gritaba cuando Voldemort bajaba de nuevo


la varita; alguien gritaba y caía de lado sobre el pasto; Harry despertó. Todavía gritaba, le ardía la cicatriz.
Joder, Sirius.

¿puedo Llamarte Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora