capitulo 9

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Harry estaba llegando tarde a la primera reunión.
Por eso, cuando llegó al séptimo piso se encontro con 27 alumnos esperandolo, pues nadie más que el sabía cómo entrar en la sala.
Harry paso tres veces por el tramo de pared que Dobby le habia señalado, e hizo entrar a todos. Llemaban mucho la atención.
Harry estaba un poco distraido pensando en Severus, a quien le iría muy mal si averiguaban que el no estaba en su castigo.
Se obligo a dejar de pensar que el profesor durante un rato y dirigio la clase. Estaba por dar el primer hechizo para practicar cuando Luna levanto la mano.
-¿si, Luna?-Harry miro a la chica.
-creo que Deberíamos elegir un nombre.-Harry se acababa de dar cuenta de que no tenían uno.
-esto... claro. ¿alguna idea?
Un murmullo general lleno la sala.
-podríamos llamar nos Liga AntiUmbridge.-opino Angelina.
-O Grupo contra los tarados del Ministerio de Magia.-sugirió Fred.
-Creo que seria mejor algo que no revelará que estamos haciendo, algo más discreto.
-¿Entidad de Defenza?-propuso Cho.-podríamos abreviarlo ED y nadie sabría de que estamos hablando.
-ED me parece bien.-opino Ginny.-pero seria mejor que fueran las siglas de Ejército de Dumbledore. Es lo que teme el ministerio ¿no?
El comentario de Ginny fue recibido con risas y un murmullo general de aceptación.
-¿todos de acuerdo con Ejército de Dumbledore?-pregunto Harry. Luego de un si por parte de todos, Hermione escribió el nombre en el pergamino que tenía el nombre de todos los presentes.
-vale, ahora comenzaremos con el encantamiento de desarme.
Zacharias se burlo.
-¿de que nos serviría eso en Caso de vida o muerte?
-para tu información, ese hechizo salvo mi vida el verano pasado.-le dijo Harry.-vamos, serás el primero.
El semblante de Zacharias mostró miedo mientras Harry le explicaba como pararse y como sostener la varita.
-¡Expelliermus!-la varita de Harry temblo, pero el la sujeto con fuerza y no salto de su mano. Los gemelos rieron por lo bajo. Smith refunfuño.
-póngase en parejas de a dos y practiquen.-dio la orden Harry. El término junto a Neville.
Luego de 3 intentos por parte de Neville, Harry se distrajo observando a los demás y cuando se dio cuenta su varita habis volado lejos.
-¡muy bien, Nev!-lo felicito Harry.-¿puedes practicar alternando con Ron y Hermione así puedo pasearme?-Neville asintio y Harry comenzó a pasearse por el lugar.
Se mantuvo tan alejado de Cho como pudo, pero para no parecer sospechoso se paseo un par de veces por allí, y todas esas veces la chica fallo, por lo que Harry tuvo que detenerse, y explicarle en que se confundía, aunque la mayoría de la culpa la tenian los nervios de la chica cada que Harry se acercaba.
Cuando todos conseguian hacer el encantamiento, Harry dio como siguiente en la práctica el encantamiento aturdidor.
Pero no pudieron practicar más de 15 minutos pues se habían hecho las nueve, que era el toque de queda para los de quinto.
-¿cuando volveremos a juntarnos?-pregunto Dean, emocionado.
-eso es algo que tenemos que definir ¿nos juntaremos más de una vez a la semana?-pregunto Hermione.
Muchos hablaron a la vez, en contra o a favor de la idea.
-bueno...-se hizo oír Harry sobre el resto.-creo que por ahora podríamos quedarnos con una sola vez, y si son necesarias más clases las agregaremos.
Todos se mostraron bastante conformes.
-en la semana hablaremos y concordaremos otra clase que les venga bien a todos.-dijo Hermione antes que todos comenzarán a salir en grupos de a dos o tres.
-Potter.-Angelina ers una de las últimas.-no se que has hecho para librarte del castigo hoy, pero hazlo de nuevo. No me importa si tienes que lamer las pies de Dumbledore, te quiero en el entrenamiento de mañana.-luego salió.
-el partido la debe tener muy nerviosa.-comento Ron. Ese sábado sería el primer partido de la temporada, Gryffindor contra Slytherin.
-ah de ser.-suspiro Harry. No sería fácil ir al entrenamiento. Al contrario de las clases, empezaba antes que su castigo, pero normalmente terminaba cuando Harry llevaba dos horas castigado.
Eso era misión imposible.
Harry volvio volvió a suspirar y siguio a sus amigos fuera de la sala.
-.-.-.-.-.-.-.-
La clase de pociones de ese día habia terminado, y Harry se quedo atrás mientras todos sus compañeros se iban.
Severus le sonrio en cuanto el ultimo alumno cerró la puerta su espalda.
Se acerco a Harry, pero su sonrisa se borro al ver la seriedad del chico.
-¿ahora que pasa?
-necesito que retraces el castigo.-Severus bufo.
-¿como quieres que haga eso? Y además ¿para que? ¿tan mal cree que les irá Granger?
-Angelina quiere que este si o si en el entrenamiento de esta tarde... por el partido del sábado.
-Una buena razon para no ayudarte.-dijo Severus y Harry hizo el inicio de un puchero. Sev lo beso.
-¿eso es un si?-pregunto Harry, una vez terminado el beso.
-No.-dijo el hombre, pero sonreia.
-vamos ¿temes que Slytherin pierda?
Severus abrió y cerro la boca. Luego bufo.
-me gustaria poder decir que Malfoy es mejor buscador.
-¿pero?-pregunto Harry, divertido.
-pero no puedo mentirme a mi mismo.-Severus se cruzo de brazos. Harry se puso de puntitas y lo beso.
-vamos, serán hasta las siete nada más.
-nada más... como si fuera tan fácil.-Severus bufo.-vale, pero me debes una Potter.
-tu me debias una, así que estamos a mano.-Harry sonrio y tomo su mochila. Estaba llegando tarde a su próxima clase.
-¿y porque te debía una?-pregunto Severus, enarcando una ceja.
-Por no maldecir a Parkinson durante la clase... un poco mas y estaba sin camiseta. ¿quien hace escotes asi?-Severus sonrio divertido y Harry echo a correr antes de que le quitarán puntos por llegar tarde.
-.-.-.-.-.-.-
-Joder...¿que se supone que haga?-Se cuestionaba Severus, pensando en una manera de retrasar el castigo de Potter. Faltaba poco más de media hora para su castigo, así que debia pensar en algo.
Frustrado, Severus comenzo a corregir trabajos y calificar pociones, intentando despejar su mente.
Estaba observando atentamente un vial con pocion que habia hecho Goyle, intentando averiguar cómo había hecho para volverla rosa, cuando alguien toco fuertemente la puerta.
Severus se sobresalto y solto el vial. La pocion, que de parecía más un gas, se esparció rápidamente por el despacho hasta tal punto que 3 segundos después Severus no podia respirar.
Se apresuro a la puerta, y un pensamiento surco su mente. Por lo menos le habia dado una excusa a Harry para no estar alli unas horas.
-.-.-.-.-.-.-
Harry llegó corriendo a las mazmorras. Jadeo y miro su reloj mientras tocaba la puerta. 7:07.
Severus le abrio la puerta y se le quedo mirando.
-¿que te paso?-Harry estaba despeinado y sudoroso.
-Angelina alargó el entrenamiento y no me ha dado tiempo de ducharme.-explico Harry. Severus lo dejo entrar.
-hubiera llegado 5 minutos antes y no abría podido entrar.-Harry lo miro, confundido.-tu excusa me costó 2 horas limpiando mi despacho de gas aparentemente mortal.
Harry se dividia entre lo divertido de la idea y la preocupación por qué Snape hubiera estado expuesto 2 horas a eso.
Al final, le dio un beso en la mejilla.
-mi héroe.-susurro Harry, divertido.
-¿soy tu héroe y no me das ni siquiera un beso?-pregunto Severus, para luego tomarlo de la cintura y besarlo como dios manda.
Luego de soltarlo, se dirigio a su escritorio a seguir con lo que databa corrigiendo, y Harry se recosto en el sofa y cerro los ojos. Estaba existo luego del entrenamiento.
-¿y que fue exactamente lo que hiciste?-le pregunto Harry.
-en realidad, estaba corrigiendo las pociones, alguien toco la puerta y se me resbaló el vial de la mano. Tenías razón cuando decía que Goyle era malo en pociones.
Alguien toco la puerta, pero Harry no lo oyó.
-pasa.-dijo Severus. Harry, confundido, se saco el brazo de encima de los ojos para mirar al hombre, y vio a Draco Malfoy entrar.
Se planteo sentarse, pero a Snape no parecía importarle, así que se quedó donde estaba.
Escucho el bufido de Draco.
-¿y el que hace aqui?
-esta castigado.-le respondio Snape.
-¿y que hace el aqui?-pregunto ahora Harry.
-fue el idiota que tocó la puerta y me hizo tirar la pocion.
Durante unos segundos todo se quedo en silencio. Luego se escucho el suspiro de Draco y sus pasos aproximándose al sofá.
-muévete Potter. Es el único sofá y no pienso sentarme en el suelo.
-claro que no. No se propio de un Malfoy.-dijo Harry en tono sarcastico mientras se sentaba. Joder, estaba muy cansado.
-si esta castigado ¿no debería estar haciendo alguna tarea horrible?-replico Draco.
-tu también estas castigado Malfoy.-mascullo Harry.
-si, pero el es mi padrino y solo le castigo porque la profesora Umbridge estaba furiosa y queria un culpable.
-tengo que corregir esto... busquen algo para hacer y cayense.-dijo Severus desde el escritorio, sin levantar la vista del pergamino que estaba leyendo.
Ambos chicos bufaron.
Durante unos minutos todo estuvo en silencio.
Luego Draco, aburrido, le dijo a Harry:
-¿quieres jugar al ajedrez?-Harry levantó su brazo de sus ojos apenas lo suficiente como para mirarlo. Señaló el juego que habia sobre la mesa.
No estaba bromeando.
-Vale.-acepto Harry. Lentamente se levanto del sofá y camino hacia el otro lado de mesa. Se sento en el suelo y Draco lo miro desde el sofa.-¿vas a dejar tu lado Malfoy de lado o no?
El ojigris, en contra de lo que le habría gustado, se sento enfrente de Potter.
Jugaron lo que restaba de la tarde, y Severus no podia creerlo. Hace apenas unas horas eran "enemigos jurados"... que volubles eran.
-.-.-.-.-.
-prepárate a perder, Potty.-dijo Draco, con una sonrisa de superioridad, la tarde siguiente.
-podrás decir eso el dia en que me ganes en algo.-dijo Harry en tono burlon.
-siempre te ganó.-dijo Draco, frunciendo el ceño levemente.
-nombra una sola vez que lo hayas hecho.-Harry hizo el primer movimiento. Estaba en ventaja, pues llevaba jugado con esas piezas semanas.
Draco movió y se quedó pensando. Al no encontrar ninguna anécdota de que le ganará al Gryffindor, lo fulminó con la mirada. Potter sonrio, victorioso.
-pues tu tampoco me has ganado nunca, Potter.-dijo Malfoy mientras Harry movía. La verdad es que el único verdadero enfrentamiento que habian tenido había sido en segundo, en el club de duelo, pero Snape le habia puesto fin a aquel duelo luego de que Malfoy soltará una serpiente y Harry le hablara.
-pues deberíamos enfrentarnos.-propuso Harry, no muy en serio.
-¿que propones, Potty?-Draco movió.
-bueno...-Harry se cargo al caballo de Draco y este gruño.-esta el partido de mañana.-Malfoy enarco una ceja.-¿quieres apostar quien atrapa la Snitch?
-mejor que equipo gana.-dijo Draco. Harry iba a decir algo peor el rubio agrego:-¿o no confías en tu equipo, Potty?
-hecho. ¿y que ganó cuando Gryffindor gane?
-cuando Gryffindor pierda yo ganare ... mmm... déjame pensar.-Draco lo penso uno segundos y luego un brillo se malicia inundo los ojos grises.-si pierdes, tendrás que tener una cita con la persona que yo elija. Y por cita, me refiero al por lo menos dos horas y quizá uno que otro beso.
-de acuerdo.-acepto Harry, y sintio que Severus los taladraba con la mirada. Movió.-cuando Gryffindor gane, tu serás el que saldrá con quien yo elija.
-espero que disfrutes tu cita con la Hufflepuff más molesta, chillona y enamorada de ti que pueda encontrar.-dijo con malicia el rubio y sacó del juego una torre de Harry.
-espero que disfrutes tu cita con un Weasley.-si Draco hubiera estado bebiendo algo, se lo habria escupido en la cara a Harry.
-¿tendré que salir con la comadreja menor?-el rubio solto un quejido.
-yo nunca dije que fuera con Ginny.-dijo Harry, moviendo.
-la única otra mujer en la familia es su madre... y esta casada Potter.
-¿y? Tu has dicho "persona", no "mujer".
-¡Joder! ¡No voy a salir con un Weasle!
-tu mismo elegiste. Ahora procura no perder.-Harry sonrio.
-¡pero...!-Draco iba a seguir quejándose, pero Severus los interrumpio.
-ya pueden irse. Joder, que hablan demaciado.-Draco y Harry rieron. Malfoy se levanto, tomo sus cosas y salio. Harry espero que saliera para despedirse de Severus. Pero este Lo miraba ceñudo.
-¿que?-pregunto Harry, levantandose.
-espero que Weasley sea un guardián decente, porque no quiero tener que modificar la memoria de Malfoy para que olvide que hicieron esa apuesta.
Harry sonrio divertido y le dio un beso en la mejilla.
-soy de palabra, si pierdo tendré esa cita con alguna Hufflepuff... pero no perderé.
-más te vale Potter.-lo tomo de la cintura y lo acerco hacia si.-o pasare el tiempo de tu cita con Parkinson.-la sonrisa de Harry se borro y se cruzo de brazos cómo pudo estando pegado a Severus. Este lo beso hasta que olvido que se habia molestado.
-más te vale que ganen ese partido.-le susurro Severus.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-
¡Habian ganado el partido! Aunque sólo por diez puntos. Luego de la canción "a Weasley vamos a coronar" Ron no habia podido parar ni una pelota.
Harry desendio al suelo feliz, y le sonrio burlonamente a Malfoy.
-Le has salvado el pellejo a Weasley, ¿eh?-dijo el capitán de Slytherin, llamando la atención de Harry.-Nunca había visto un guardián más idiota... Pero claro, nació en un vertedero... ¿Te ha gustado la letra de
mi canción, Potter?
Harry no contestó. Dio media vuelta y fue a reunirse con el resto de los jugadores de su equipo, que entonces descendían uno a uno, gritando y agitando los puños, triunfantes; todos excepto Ron, que había desmontado de su escoba junto a los postes
de gol e iba despacio, solo, hacia los vestuarios.
-¡Queríamos escribir un par de versos más!-gritó Flint mientras Katie y Alicia abrazaban a Harry.-Pero no se nos ocurría nada que rimara con gorda y fea... Queríamos cantarle también a su madre, ¿sabes?
-Hay que ser desgraciado...-dijo Angelina mirando a Marcus con desprecio.
-Tampoco pudimos incluir «pobre perdedor» para referirnos a su padre, claro...
Entonces Fred y George oyeron lo que estaba diciendo Flint. Le estaban
estrechando la mano a Harry y, de pronto, se pusieron muy rígidos y se volvieron para
mirar al Slytherin.
-¡No le hagáis caso!-exclamó Angelina sujetando a Fred por el brazo.-No le
hagas caso, Fred, deja que grite todo lo que quiera. Lo que ocurre es que no sabe perder, el muy creído...
-Pero a ti te caen muy bien los Weasley, ¿verdad, Potter?-continuó con una sonrisa burlona.-Hasta pasas las vacaciones en su casa, ¿no es cierto? No entiendo cómo soportas el hedor, aunque supongo que cuando te has criado con muggles, hasta ese tugurio de los Weasley debe de oler bien...
Harry sujetó a George. Entre tanto, Angelina, Alicia y Katie habían unido sus fuerzas para impedir que Fred se abalanzara sobre Flint, que se reía a carcajadas.
Harry buscó con la mirada a la señora Hooch, pero vio que todavía estaba
amonestando a Crabbe por aquel ataque ilegal con la bludger que la habia dado a Harry después de que sonara el silbato que marcaba el fin del partido.
-A lo mejor- añadió Flint lanzando a Harry una mirada de asco antes de
darse la vuelta.- es que todavía te acuerdas de cómo apestaba la casa de tu madre, Potter, y la pocilga de los Weasley te lo recuerda...
Harry no se enteró de que había soltado a George, pero un segundo más tarde ambos corrían a toda velocidad hacia Marcus. Harry no se detuvo a pensar que los profesores lo estaban mirando: lo único que quería era hacerle a Flint todo el daño que pudiera; no le dio tiempo a sacar la varita mágica, así que echó hacia atrás el puño en el que tenía la snitch y se lo hundió a Marcus con todas sus fuerzas en el estómago...
-¡Harry! ¡HARRY! ¡GEORGE! ¡NO!
Oía chillidos de chicas, los gritos de dolor de Flint, a George, que maldecía, un silbato y el bramido del público a su alrededor, pero nada de eso le importaba. Hasta que alguien que estaba cerca gritó «¡Impedimenta!» y Harry cayó hacia atrás por la fuerza del hechizo, no abandonó su propósito de machacar a puñetazos a Flint.
-¿Qué demonios te pasa?- gritó la señora Hooch cuando Harry se puso en pie.
Por lo visto, había sido ella quien le había lanzado el embrujo paralizante; llevaba el silbato en una mano y la varita mágica en la otra, y había dejado abandonada su escoba a unos metros de allí. Flint estaba acurrucado en el suelo, gimiendo y
lloriqueando, y sangraba por la nariz. George tenía un labio partido; las tres cazadoras todavía sujetaban con dificultad a Fred, y Crabbe reía socarronamente un poco más
allá.
-¡Nunca había visto un comportamiento como éste! ¡Al castillo, los dos, y directamente al despacho del jefe de vuestra casa! ¡Ahora mismo!
Harry y George salieron del campo, jadeantes y sin decirse nada.
Tan pronto como llegaron a la puerta del despacho de la profesora McGonagall, ésta apareció en el pasillo, caminando a grandes zancadas hacia ellos.
-¡Adentro!-les ordenó, y señaló la puerta. Harry y George entraron en el despacho. La profesora McGonagall se colocó detrás de su mesa, frente a los
muchachos, temblando de ira mientras tiraba la bufanda de Gryffindor al suelo-.¿Y
bien? Jamás había visto una exhibición tan vergonzosa. ¡Dos contra uno! ¡Expliquense
ahora mismo!
-Flint nos provocó.-respondió Harry fríamente.
-¿Que los provocó?-gritó la profesora McGonagall golpeando la mesa con el puño. La lata de cuadros escoceses dio tal bote que cayó, se abrió y cubrió el suelo de tritones de jengibre.- Él acababa de perder el partido, ¿no? ¡Claro que quería provocarlos! Pero ¿qué demonios ha dicho que pueda justificar que ustedes dos...?
-Ha insultado a mis padres.gruñó George.-Y a la madre de Harry.
-Y en lugar de dejar que lo solucionara la señora Hooch, ustedes dos decidem hacer una exhibición de duelo muggle, ¿verdad?-bramó la profesora McGonagall-¿Tienen idea de lo que...?
-Ejem, ejem.
Harry y George giraron rápidamente la cabeza. Dolores Umbridge estaba plantada en el umbral.
-¿Necesita ayuda, profesora McGonagall?-preguntó la profesora Umbridge con su dulce y venenosa voz.
La sangre se agolpó en la cara de la profesora McGonagall.
-¿Ayuda?-repitió, controlando la voz.-¿Qué clase de ayuda?
La profesora Umbridge entró en el despacho y se situó junto a la mesa de la profesora McGonagall.
-Verá, me ha parecido que agradecería la intervención de alguien con autoridad.
A Harry no le habría sorprendido ver salir chispas por las aletas de la nariz de la profesora McGonagall.
-Pues se ha equivocado.-replicó ésta, y siguió hablando con los chicos como si la profesora Umbridge no estuviera allí- Y ustedes dos a ver si me escuchan bien. ¡No me importa que Flint los haya provocado, por mí puede haber insultado a todos
los miembros de sus respectivas familias; su comportamiento ha sido
lamentable y voy a ponerlos a los dos una semana de castigos! ¡No me mires así, Potter, tú te lo has buscado! ¡Y si me entero de que alguno de los dos vuelve a...!
-Ejem, ejem.
La profesora McGonagall cerró los ojos, como si estuviera haciendo un esfuerzo para no perder la paciencia, y volvió a mirar a la profesora Umbridge.
-¿Sí?
-Creo que merecen algo más que castigos.-apuntó Dolores Umbridge, y su sonrisa se hizo más amplia.
La profesora McGonagall abrió mucho los ojos.
-Pero por desgracia es más importante lo que yo crea, porque estos dos alumnos están en mi casa, Dolores.
-Perdona, Minerva,-replicó la profesora Umbridge con una sonrisa tonta.-pero ahora comprobará que mi opinión importa más de lo que usted cree. ¿dónde está? Cornelius acaba de enviármelo... Bueno, el ministro acaba de enviármelo... ¡Ah, sí..., aquí está!-Sacó un trozo de pergamino y lo desenrolló, aclarándose la garganta antes de empezar a leer lo que había escrito en él.-Ejem, ejem... «Decreto de

Enseñanza Número Veinticinco.»

-¡Otro decreto!-exclamó la profesora McGonagall.

-Pues sí.-repuso Dolores Umbridge sin dejar de sonreír.-De hecho, Minerva,

fue usted quien me hizo ver que necesitábamos una enmienda...¿Recuerda que invalidó mi orden cuando no quise permitir que se volviera a formar el equipo de

quidditch de Gryffindor? Usted le presentó el caso a Dumbledore, quien insistió en que se permitiera jugar al equipo, ¿verdad? Pues bien, yo no podía tolerar eso. Hablé inmediatamente con el ministro, y coincidió conmigo en que la Suma Inquisidora debe tener poder para retirar privilegios a los alumnos, porque de no ser así, ella, es

decir, yo, tendría menos autoridad que los simples profesores. Y supongo, Minerva, que ahora entenderá que yo tenía mucha razón cuando intenté impedir que se volviera a formar el equipo de Gryffindor. ¡Qué genio tan espantoso! En fin, estaba leyendo

nuestra enmienda...«En lo sucesivo, la Suma Inquisidora tendrá autoridad absoluta sobre los castigos, las sanciones y la supresión de privilegios de los estudiantes de Hogwarts, y podrá modificar los castigos, las sanciones y la supresión de privilegios que hayan podido ordenar otros miembros del profesorado. Firmado,

Cornelius Fudge, ministro de Magia, Orden de Merlín, Primera Clase, etc., etc.»-Enrolló el pergamino y lo guardó en su bolso con la sonrisa en los labios-. Así pues... Me veo obligada a suspender a estos dos alumnos de por vida.-sentenció, mirando primero a Harry y luego a George.

Harry notó que la snitch se agitaba furiosa en su mano.

-¿Suspendernos?-repitió, y su voz sonó extrañamente distante.-¿No

podremos volver a jugar al quidditch... nunca más?

-En efecto, señor Potter, creo que una suspensión de por vida conseguirá su

propósito.-confirmó la profesora Umbridge, y su sonrisa se ensanchó aún más mientras observaba a Harry, que intentaba asimilar lo que ella acababa de decir.-Tanto a usted como a su amigo, el señor Weasley. Y creo que, para estar seguros, deberíamos suspender también al gemelo de este joven. Si sus compañeros no lo

hubieran sujetado, estoy convencida de que también habría atacado al señor Flint. Les confiscaré las escobas, por descontado; las guardaré en mi despacho para

asegurarme de que se cumpla mi prohibición. Pero seré razonable, profesora McGonagall.-prosiguió, volviéndose de nuevo hacia ésta, que estaba de pie y la miraba fijamente, tan quieta como si fuera una estatua de hielo.- El resto del equipo

puede seguir jugando, pues no he detectado señales de violencia en ningún otro jugador. Buenas tardes.

Y con un aire de máxima satisfacción, la profesora Umbridge salió del despacho

dejando tras ella un silencio espeluznante.
McGonagall dejo ir a los chicos.
-Joder, Angelina no estará feliz.-mascullo George, pero Harry estaba perdido en sus pensamientos. Esa pequeña felicidad de haberle ganado a Malfoy la apuesta desapareció.
Harry se despidio de George. Se suponía que tenia clase de Oclumancia, pero no estaba de humor para aquello. Queria estar solo, por lo que mientras la mayoría de los alumnos se dirigía a cenar mientras hablaban de la brutal golpista que Weasley y Potter le habían dado a Flint, Harry se dirigio a los jardines y casi sin darse cuenta término en la orilla del lago, llorando.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

¿puedo Llamarte Amor?Where stories live. Discover now