Capítulo 7- Marcada

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Tras acabar con su excitante baño, Natsu y Lucy se secaron con las toallas que tenían a su alcance. Natsu desapareció hacia la habitación para así conseguir algo de ropa para vestirse. No podía despegar su sonrisa de su cara tan solo de recordar aquellos momentos junto a la rubia.

-Oye, Natsu, no tengo ropa-dijo Lucy con algo de vergüenza.

-Espera, ahora te la llevo algo- le gritó.

Salió de la habitación en busca de algo que se pudiera poner Lucy, aunque no sabía exactamente si habría algo, pero seguro que encontraría algo. Tras revisar varios lugares encontró una camiseta de tirantes y un par de shorts para ella. Volvió a su habitación y se adentró en el baño encontrándola con una toalla alrededor de su cuerpo, haciendo que resaltara sus voluptuosos pechos.

Se quedó fascinado viéndolas que se quedó quieto en el lugar. Lucy, al ver que no reaccionaba, se levantó, cogió su ropa y empujó a Natsu fuera del baño para que pudiera vestirse. Cuando acabó se retiró, adentrándose en la habitación y encontrándose con el pelirrosa sentado en la cama.

Ella se acercó a él, con algo de nerviosismo, y paró a escasos pasos de él. Cuando levantó su vista solo alcanzó a ver el principio de una sonrisa perversa antes de que la empujara a su regazo. Ella se sonrojo a causa de su cercanía y su nerviosismo augmentó.

-Me encanta esa cara de sorpresa que pones, estás muy tierna-le susurró en el oído haciendo que su aliento le rozara el cuello.

Su piel se erizó haciendo que le creciera un escalofrío por todo su cuerpo. Miró a Natsu y un sonrojo aún más notorio se hizo presente en sus mejillas.

-Te quiero, quiero que estés a mi lado, para siempre- dijo dándole un pequeño beso-. ¿Te quedarás conmigo?

-Natsu...yo...-comenzó a decir dudosa. En su interior comenzó a debatirse entre lo que debería hacer.

Lucy sinceramente quería estar junto a él, pero no quería perderse su vida. Quería estar junto a sus amigos, junto a Erza y Jerall. Vio la cara de Natsu que estaba demandante de una afirmativa pero a la vez comenzaba a decaerse. No quería verle así. Increíblemente le había cogido un cierto cariño.

-Sí...quiero quedarme contigo, pero... yo... quiero volver a mi casa también-le dijo con nervios.

Natsu se alegró al escucharla, quería estar con él. Pero no le gustó tanto que quisiera regresar a casa, ¿acaso ese no podía ser un hogar para ella?

-¿Este no es un buen hogar para ti?-dijo con un tono de tristeza en su voz.

-No es eso... es que también quiero estar con mis amigos, los necesito a mi lado. Por favor Natsu, deja que siga con mi vida. No quiere decir que me quiera alejar de ti.

-Entonces, si quieres volver, tendrás que dejar que te marque como mía.

-¿Cómo que marcarme?-preguntó nerviosa.

-Sí, así nadie te puede molestar.

Lucy acabó accediendo y él se dispuso a besarla en el cuello. Una sensación extraña subio por su espalda hasta el cuello y una luz salió de su dedo, cegándola un instante. Cuando acabó se miró aquel dedo donde se encontraba un símbolo dorado que le rodeaba alrededor de su dedo.

-Esa marca no será visible ante un humano normal, así que servirá de alerta para si algún demonio se acerca no te moleste.

Lucy sonrió. Realmente Natsu no era tan mala persona como ella creía. Cuando se acabó de acostumbrar de ver aquella marca, Natsu le cogió de las manos cerrando sus ojos. En unos pequeños instantes aparecieron en el salón de la casa de la rubia. Lucy miró a su alrededor y sonrió al verse en casa.

-Muchas gracias Natsu- le dijo dándole un abrazo.

Natsu sonrió con algo de superioridad. Ella le había aceptado, eso le hacía sentirse de las mil maravillas. Hacía mucho que ningún humano le prestaba atención sin atemorizarse, y precisamente ella se parecía mucho a ella. Sacudió su cabeza creyendo que solo era su imaginación.

Ya era de noche. Al ver en el teléfono de casa vio que había unos cuantos mensajes de voz. Y ella ya se imaginaba de quienes eran. Se acercó y pulsó en el botón rojo luminoso para que así los mensajes se reproduzcan.

*Oye Lucy, ¿dónde narices te has metido? Has desaparecido completamente del local. ¿Acaso a la soltera de oro la han penetrado después de tanto tiempo? Espero detalles, pervertida*

A Lucy le salió una gotita en la sien tras escuchar este mensaje. Tampoco se sorprendió, era Erza después de todo.

-Mira ahí ha acertado- comentó Natsu gracioso.

Lucy le miró con molestia y después volvió a escuchar los demás mensajes.

*Ahora en serio Lucy, ¿dónde narices te has metido? Te llamo y no me contestas, ya me estoy molestando*

Un miedo comenzó a surgir de Lucy, pero decidió seguir.

*Como no des señales de vida estarás muerta cuando nos veamos, así que prepárate*

El miedo volvía a arraigar en su interior. Los demás mensajes eran exactamente iguales. Tenía que verla pronto, pero en ese momento tenía que irse a descansar ya que mañana tenía que ir a trabajar.

Natsu se quedó a dormir a su lado y durmieron abrazados toda la noche. Al día siguiente Lucy se levantó temprano, se fue a la ducha y se vistió de forma elegante para su trabajo. Natsu quería ir con ella, y comenzó a insistirle con ojos de cachorro. Lucy finalmente logró convencerle y se pudo ir rápidamente a su puesto de trabajo.

Cuando llegó se enteró que había llegado un nuevo compañero a su oficina, ya que todos se revoleaban alrededor de una persona. Se hizo paso y observó a un rubio de ojos azules, bastante atractivo. Él la miró y fijó su mirada en su dedo, sorprendiéndose. Una sonrisa se extendió en su cara mirándola, y en un susurró expresó:

-Esto será bastante interesante.

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⏰ Última actualización: Apr 06, 2016 ⏰

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