2. Prefiero quedarme contigo(Gay/Yaoi)

7.6K 146 21
                                    

-Oye, tío, ¿me das un cigarrillo?
-No jodas, te di uno ayer
-Venga, ya te lo devolveré-le di un codazo para animarlo
-Vale, pero mañana me das los dos que debes-dijo tendiéndome uno
-Que sí, que sí-cogí el cigarrillo con ansia y me lo encendí. La calada entró para tranquilizar todo mi cuerpo, relajarlo y hacer que llegara a la nirvana. Seguramente el momento del cigarrillo era el más tranquilo del día
-Entonces... ¿qué vas a hacer con esa paya? ¿Te la vas a tirar o algo?-interrumpió Javier el momento sagrado del día
-Pues claro, tío. ¿Crees que voy a dejar a esa chavala que me tire la caña sin darle lo que quiere? -tomé otra calada
-No sé tú pero yo creo que va a querer más que un polvo
-Pues entonces, me encargaré en ser la persona más borde del mundo si se le ocurre seguir tirándome después del polvo
-Tío... -poco a poco se le fue iluminando la cara
-Lo sé-me sacudí la camisa y después choque los cinco con mi colega. Ese era mi rollo, mi ambiente, mi estado de confort.

Hacer lo que quisiera y con quién quisiera. La verdad es que las muchachas lo ponían demasiado sencillo. Cuatro palabras de hubo una muchacha que me rompió el corazón y cuatro frases bonitas y punto. Tan sencillo que parecía mentira. En verdad no sufrí tanto, no por esa chica. Pero oye... ¿qué va a pasar por una mentirijolla? Nada. No les hacia ningún daño, sino que les proporcionaba acostarse conmigo gratis, ¿qué más querían? ¿Rosas? ¿Mariconadas? Eso que se lo dieran a los buenos que iban detrás suya. No iba a dejar de ser así nunca, estuve una vez a punto de hacerlo, pero me alegraba gratamente de no haberlo hecho.
-Oye, no me acuerdo ahora por qué pero me acordé el otro día de esa vena marica que te vino-me dijo mi amigo con un codazo riéndose a carcajada limpia-entre que era por un tío y encima estabas súper pasteloso... estabas marica al cuadrado
-Tío, no me lo recuerdes, no sé cómo se me cruzaron así los cables

Miré el cigarrillo con melancolía, recordando aquella noche de verano. La noche estrellada adornaba aquel paisaje inglés lleno de altos árboles que te hacían sentir diminuto. Tenía diecisiete años, cumplía los años a finales. Recuerdo encenderme el cigarrillo y colocarlo en mi boca y ofrecerle uno a Juan.
-Lo siento, no me gusta el tabaco, he visto como le costó quitarse a mi padre y mi tío se murió de infarto. Le tengo un respeto.

Se me quedó tal cara de pasmado que no sabía si apagar el mio y tirarlo a la basura más cercana. Pero... ¿Cómo iba a moverme con el buen plano qué tenía? Sus ojos verdes contrastado con el cielo estrellado, viendo la imagen más hermosa de este universo.

-Han estado bien estas semanas-sonreí recordando grandes momentos juntos
-Es verdad- Juan soltó una leve risa. Juan y yo compartíamos habitación en aquella casa de acogida. Una familia de lesbianas nos acogieron dispuestas a enseñarnos como era la vida inglesa-pero esto no acaba aquí, ¿no? Digo que los dos vivimos en Madrid y nos podremos ver...

Sus ojos mostraban una esperanza infinita, unas ganas de que nuestra amistad no acabase ahí. Yo le indiqué que sí con la cabeza y el sonrió radiantemente compitiendo con la luna. Aunque su belleza superaba tres mil veces más que el de la Luna. No sabía por qué pero al lado de él me sentía el hombre más afortunado del mundo.

-Tío, tío, tío-Javier me estaba pegando tortazos en el brazo
-¡QUE!-grité molesto volviendo a la realidad
-¿Me has escuchado?-soltó mosqueado
-No... lo siento, repítemelo-le di a una calada a mi cigarrillo
-Que sí quieres que hagamos una de nuestras apuestas para la nueva conquista
-Perfecto-le miré con ojos pícaros

Estuvimos como una hora planificando el guión de una perfecta película porno. Pero mi mente en ningún momento estaba en la conversación, sino la primera vez que vi a Juan después del viaje en Madrid. Recuerdo que quedamos en Retiro, al lado de las barquitas. Él decía que tenía que acompañar a una amiga suya porque le hacía ilusión, que cuando terminara llegaría a por mi y nos daríamos una vuelta, no sé por qué me sentí celoso por primera vez en mi vida.

Relatos homosexuales.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora