Estix #2 |Niall Horan.

39 'Estix'

El silencio es muy abrumador, hasta que el ser de mi cabeza me ínsita a despertar, sus palabras son rudas y más que sugerencias son ordenes. Grita que lo impida, incluso en su voz suena desesperado, quiere que le diga a Niall que no me lleve, no entiendo a que se refiere y es endemoniadamente frustrante. Busco bloquearlo y extrañamente lo logro, su voz desaparece muy lento, sé que aún está aquí, pero no puede hacer mayor cosa.

Mis brazos comienzan a responder y tengo en control de mis dedos, siento la tela de la sabana bajo mis yemas, el frio del viento que se cola por la ventana golpeando muy suave mis mejillas, identifico el grado de dolor que tengo en mi garganta, en mi pecho, en mi vientre y en mis brazos. Los cortes de la daga siguen frescos, no debo llevar mucho tiempo en este lugar.

Sin embargo, no logro abrir los ojos, menos pronunciar alguna palabra, así que me decido por escuchar, necesito oír la explicación sobre lo que sucede y sé que cuando noten que estoy consciente el tema quedará atrás.

— ¿Crees que es buena idea? —escucho la voz de Bruce preguntando por lo bajo, suena nervioso.

—Tal vez ustedes sepan de lo que están hablando, pero nosotros no. ¿Les molestaría explicarnos? –pregunta Harry.

—Es la laguna estigia —comenta Bruce. Escucho la afirmación de Niall y es entonces cuando recuerdo mis clases de Mitología Griega, pero esto no concuerda.

—Mitología Griega —apunta la voz de mando, Steve.

—Así es —afirma Niall

— ¿Acaso es posible? —apunta Tony.

— ¿No estás viéndome? —puntualiza el rubio.

—Vamos, Beach boy, se supone que la leyenda de tu padre es mitología nórdica —murmura Tony.

— ¿Eso no te da una idea? —Escupe Niall, suena tenso, sé que no va a decir nada más al respecto —. Ella estará bien, es lo que ahora necesita.

Trato con todas mis fuerzas de abrir mis ojos, no me es sencillo, pero una vez que lo hago debo parpadear varias veces para enfocar lo que veo. Los chicos están en silencio, Harry mira por la pequeña ventana de la que supongo es mi habitación, todo en el lugar es tan antiséptico, que combina con la situación. Los demás están perdidos en sus pensamientos, en cavilaciones que estoy segura nunca voy a conocer, pero el verlos perdidos de esa manera, genera en mi un tipo de nostalgia. No notan cuando he despertado, lo agradezco, esta imagen, el verlos de esta manera, será algo que atesoraré con mi alma.

— ¿N-Niall? —Digo cuando he grabado el momento en mi memoria. Hablo con dificultad, el escozor en mi garganta no me permite articular palabras claras. El rubio rápidamente se gira y corre a mi lado.

—Princesa —dice al tomar mi mano entre las suyas —. Despertaste —comenta. Suena como si acabara de quitarse un gran peso de encima.

— ¿Qué ha pasado? —cuestiono despacio, notando como mi garganta se acostumbra de nuevo a esto, muy lentamente. No obtengo una respuesta, el silencio se instala en la sala.

—Estuviste muy cerca de la muerte —Dice el rubio, por fin. Sus palabras son lentas, puedo sentir el dolor que le causa decirlas. Los demás se acercan a mí. Rodean mi lecho. Harry se sienta en el borde de la cama, coloca su mano en mi pierna y me sonríe. Trato de copiar su gesto, me es imposible.

— ¿Qué tanto? —suelto nerviosa.

—Demasiado —susurra Niall apartando la mirada. No recuerdo que las cosas hubieran ido tan mal. Busco en mi memoria, algo que logre iluminarme, aquello que necesito para que todo adquiera sentido.