Prologo.

5.6K 453 125
                                    

Guarda silencio y escucha, me digo a mi misma, mientras recostada en el césped observo todo mí alrededor. Las aves cantando, las personas riendo. El aire puro y calmado de Italia me sienta bien, cierro los ojos y dejo que el sol me cubra por completo, pasan un par de horas y despierto por el ruido de unos perros ladrando.

Suspiro y me levanto, debo conseguir trabajo, me sermoneo. Llevo un par de semanas aquí y es momento para hacer algo productivo.

No he tenido una vida tranquila en estos últimos años, dos para ser exacta, dos años en los que me aleje de mis amigos, mi familia, mi estudio, mis pasiones y sobre todo, dos duros años desde que termine con él.

No puedo negar que lo he extrañado, que he extrañado mi antigua vida, pero esto es lo mejor o fue lo mejor. Hasta hace unos meses llevaba una vida tranquila en España, tenía un trabajo estable un techo sobre mi cabeza, comida en mi mesa. Algo que me estaba ayudando a tranquilizarme, pero algunos sucesos perturbaron mi calma, siento que me siguen, alguien me observa, pero cuando giro para ver quién es, no hay nadie.

Tuve que salir varias veces de viaje, de aquí para allá, de España a Canadá, de Canadá a Suramérica, de Suramérica a Italia, que es donde ahora me encuentro, pero nada puede permanecer en calma por mucho tiempo.

No estoy segura si es S.H.I.E.L.D o alguien más, pero sea quien sea, sabe como permanecer encubierto. Quien me persigue, es alguien que me conoce, en mi anterior destino, vi a Fury, estoy completamente segura de eso. Al llegar al aeropuerto, mi visa fue revocada en cuanto toque Europa, y el resto del viaje tuvo que ser por tierra, mis sospechas hacia S.H.I.E.L.D son cada vez mayores, pero un escalofrió en mi espalda, no me deja estar completamente segura.

Las calles de este país son casi pintorescas, paisajes hermosos me recorren y me brindan seguridad, camino tarareando una canción, mientras pregunto en oficinas, restaurantes y librerías, por algún puesto libre, pero para mí pésima suerte en todos los lugares debo hablar italiano.

Una mujer pequeña y rizada, que para mi suerte habla mi idioma, me da una dirección, es a unas calles de aquí, al parecer están necesitando ayuda. Agradezco y salgo con mi currículum, es un buen lugar, pienso con sólo verlo, es un edificio alto, modesto, con grandes ventanas. Pero el ambiente de oficina quizá no sea lo mío.

—Buenos días —saludo a la chica detrás del mostrador — ¿Hablas español?

— Sí —dice y sigue tecleando, ruedo los ojos, que grosera.

—Me gustaría preguntar por el puesto vació.

—¿Qué quiere saber? —Suelta con un pequeño acento italiano.

—Si puedo aplicar.

—Deje su currículum. El jefe lo revisara, si sale apta le avisaremos.

—¿Y el idioma?

—No será problema. El puesto es ser asistente del señor Astori, el jefe. Él habla varios idiomas.

—Gracias —digo, le entrego un sobre con mis documentos y regreso por donde entre.

Sólo espero que esta vez me salga, es muy aburridor no hacer nada y sobre todo no tener dinero.

Debo regresar al piso que tengo alquilado, no puedo tomar el transporte aún no sé cómo funciona, así que prefiero caminar, es un tramo largo, pero  recuerdo como llegar.

De nuevo la sensación de que alguien camina detrás mío me invade, giro pero no hay nadie, suspiro, continuo caminando pero la sensación de cercanía se hace mayor, me coloco contra la pared, miro, de nuevo, no hay nadie.

Estix #2 |Niall Horan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora