Catorce

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Triple actualización, muchachos. Sean felices. 

  Camila acababa de ganar una nueva ronda de "Go Fish" cuando un pequeño golpe en la puerta interrumpió su juego. El miedo brilló en los ojos de Lauren, pero Camila le pasó rápidamente de regreso su manta a ella.

"Gracias," Lauren rió nerviosa, justo cuando la puerta se abría un poco. Camila se encogió de hombros y miró hacia la puerta, donde ahora estaba Ally.

"Oh, bueno, las dos están aquí," ella asintió, desapareciendo de nuevo en el pasillo. Momentos después volvió a aparecer con una bandeja en cada mano. Los ojos de Camila se abrieron.
"¿Cómo te sientes?" preguntó Ally, volviéndose hacia Camila y depositando las dos bandejas de cena en la mesa de noche. Camila se encogió de hombros, mirando hacia abajo a las cartas en su mano.

"Cansada," dijo en voz baja. Lauren la miró silenciosamente. "¿Realmente tengo que comer? Ni siquiera tengo hambre. Como, en absoluto."

"La quimioterapia con el estómago vacío no va bien," explicó Ally. "Puedes preguntarle a Lauren sobre eso." La chica de ojos verdes rodó los ojos, girándose hacia Camila y asintiendo con la cabeza.

"Sólo intenta y come algo, ¿de acuerdo?" Ally le dio una sonrisa esperanzada.

Suspirando, Camila asintió. Ally juntó sus manos, removiendo las tapas de las dos bandejas antes de desaparecer de nuevo en el pasillo.

Pizza. Camila suspiró. Eso era mejor que la mayoría de las alternativas, decidió.

"Ella tiene razón, ya sabes," dijo Lauren poniendo una mano sobre la rodilla de Camila e inclinándose para agarrar una bandeja para sí misma. Una vez que ella se sentó de nuevo, colocó la bandeja en su regazo y miró a la chica. "Me super deshidraté en mi primera ronda y fue el infierno."

"¡El agua aquí es asquerosa!" Gimió Camila, recuperando su botella de la mesita de noche y empujándola en las manos de Lauren. "Ve por ti misma."

La chica de ojos verdes levantó una ceja, pero no discutió. Tomando un trago de la botella, ella observó a Camila con una expresión confusa.

"Sabe bien para mí," ella se encogió de hombros. Gimiendo, Camila tomó la botella y la dejó a un lado.

"Entonces estas píldoras estúpidas realmente hacen que el agua sepa como si acabara de lamer un poste oxidado," ella hizo una mueca y arrugó la nariz. Lauren no pudo evitar reírse.

"Come la ensalada, entonces," la chica señaló la lechuga en el plato. "Hay... agua en eso, ¿verdad?"

"Supongo," murmuró Camila, apuñalando a la comida con el tenedor y haciéndolo girar alrededor delante de su cara.

"Tienes que dejar de ser tan negativa," Lauren suspiró, cortando un pequeño pedazo de su pizza y haciéndolo estallar en su boca. "Sólo esta haciendo que te sientas peor."

"Simplemente no entiendo el punto de esto," admitió Camila, sin dejar de mover su comida por el plato distraídamente. "¿Por qué hacerme pasar a través de todo esto, cuando sabemos que finalmente voy a morir?"

La declaración de Camila pareció tomar por sorpresa a Lauren. La chica de ojos verdes se detuvo, tragó su comida, y luego procedió a estudiar el rostro de Camila para asegurarse de que hablaba en serio. Cuando se dio cuenta de que la chica más pequeña estaba siendo completamente honesta, suspiró y sacudió la cabeza.

"Nada es una sentencia de muerte," Lauren se encontró con los ojos de Camila. "A excepción de la vida misma, por supuesto. No es más que una sentencia de muerte si la tratas como tal. Demonios, yo he pasado por lo mismo," su voz tembló ligeramente y ella señalo con un gesto a la manta en su regazo. "Pero si algo he aprendido de estar aquí, es que nada bueno sale de sentarse y esperar a que la muerte te alcance. Sólo tienes que dejar de preocuparte. Ningún buen boxeador entra en una pelea esperando perder. La única cosa que en la que se centran es en lo emocionante que será cuando ganen."

Camila escuchó en silencio mientras Lauren habló. Ella clavó un trozo de lechuga y la hizo girar alrededor delante de su cara. Una vez que Lauren había terminado de hablar, reflexionó sus palabras durante unos momentos antes de asentir y tomar un bocado. Para Lauren, eso fue suficiente.

"Tu dices todo eso," Camila habló, mordiéndose el labio. "Pero te escucho por la noche. ¿Cómo es que tu me dices todo esto, pero no tomas tu propio consejo?"

La pequeña chica de ojos marrones se arrepintió de inmediato por su pregunta cuando todo el cuerpo de Lauren se tensó. La chica frente a ella bajó la mirada, incapaz de formar una respuesta coherente. En lugar de responder, Lauren sólo apuñaló otro trozo de comida en su bandeja.

"No me dirás, ¿verdad?" Camila suspiró y sacudió la cabeza en derrota.

"Tal vez algún día," dijo la chica de ojos verdes entre dientes. Camila decidió que por ahora, eso sería suficiente. Demasiadas preguntas podrían costar la amistad de Lauren (o lo que fuera) una vez más.

Antes de que ninguna chica pudiera decir algo más, Lauren se sorprendió cuando la chica a su lado trepó rápidamente para fijar la bandeja a un lado. Confundida, Lauren vio como Camila se puso rápidamente de pie y tropezó en el cuarto de baño. Momentos más tarde, sin embargo, entendió.

"M.ierda," siseó ella entre dientes en voz baja, empujando rápidamente su bandeja a un lado y apresurándose a situarse a sí misma de nuevo en la silla de ruedas. Por primera vez en mucho tiempo, ella se encontró deseando poder caminar cuando descubrió que no pudo caber el dispositivo a través de la puerta del baño.

"¿Estás bien?" preguntó Lauren en voz baja, conformándose con esperar en la puerta. De rodillas sobre el inodoro, Camila se dio la vuelta con lágrimas picándole los ojos.

"Este es sólo el comienzo, ¿no es así?" La voz de Camila salió ronca, mezclada con lo que Lauren creyó que era desesperación.

Sabiendo que era mejor no mentirle a la chica, Lauren sólo suspiró y se encogió de hombros. "Podría ser peor," ofreció en silencio.

Cuando vio la decepción en los ojos de Camila, Lauren se encontró deseando ser mejor en reconfortar personas.

"Muy bien," Camila habló de nuevo finalmente, tambaleándose en sus pies y limpiándose los ojos con el dorso de las manos. "Yo, eh, yo-yo no sé qué hacer ahora," susurró ella, tratando de mantenerse a sí misma de lucir demasiado débil frente a Lauren.

"Aquí," Lauren asintió rápidamente. Se empujó hacia la cama, corriendo para limpiarla y haciendo todo lo posible por alisar las mantas. "Deberías, como, acostarte... o algo así."

"Sí," murmuró Camila, huyendo del cuarto de baño y prácticamente colapsando en la cama. Lauren se movió un poco hacia atrás, sin saber qué hacer.

"¿Tu, uh, necesitas algo?" ofreció Lauren, mordiéndose el labio. "Puedo conseguirte agua diferente, o como, ellos probablemente tienen soda o algo, yo no-"

"Estoy bien," Camila negó con la cabeza, dando la vuelta y enterrando su cabeza en la almohada. "Puedes irte ahora."

"Oh," susurró Lauren, persistente entre la puerta y la cama de Camila. "Yo, eh, bien..." ella asintió, sin saber qué otra cosa hacer. "Sólo golpea en la pared o algo si me necesitas."

"Entendido," Camila suspiró en su almohada. Ella esperó hasta que oyó la puerta ser cerrada para levantar la cabeza, sus ojos ahora manchados de lágrimas.

-

Camila no se había dado cuenta de lo mucho que la quimioterapia realmente la haría dormir. Ni siquiera recordaba haberse dormido. Lo único que recordaba era despertar cuando oyó la puerta de la habitación abrirse y cerrarse.

Murmurando algo en voz baja, la chica más pequeña levantó la cabeza y miró para ver que Normani había entrado en la habitación. La chica de piel oscura ni siquiera preguntó antes de sentarse en el borde de la cama de Camila, haciendo que la chica más pequeña a gimiera y rodara sobre su espalda.

"Te has perdido la cena," Normani habló, estudiando el rostro de la chica más pequeña. "Ally me dijo que te dijera que ella te traería algo cada vez que tengas hambre."

"Gracias," Camila suspiró, sabiendo que no podía estar enojada con la chica mayor por tratar de ayudarla. Ella sólo quería estar sola, sinceramente. A pesar de que sabía que probablemente no era la mejor idea en ese momento.

"Ah, y Bea quería que te de estos," agregó Normani, metiendo la mano en el bolsillo de su chaqueta y sacando un puñado de algo colorido. Camila estudió los pequeños paquetes que la chica le entregó, frunciendo las cejas.

"Se supone que tienes que ponerlos en el agua o algo," Normani se encogió de hombros. "Hace que tenga mejor sabor, supongo."

"Oh," susurró Camila. Se incorporó lentamente, llevando la mano hacia su frente y dándose un momento para recuperar el equilibrio. Se había acostumbrado a la sensación de mareo.

Normani solo miró a la chica más pequeña mientras ella recuperaba una botella de agua sin abrir del lado de su cama, desenroscando el tapón y sosteniéndolo entre sus piernas. Abriendo el paquete violentamente, Camila vació el contenido en la botella de agua y la cerró una vez más.

"Lo tienes que sacudir," Normani le recordó. Asintiendo, Camila sacudió la botella un par de veces antes de dejar al líquido normalizarse. Miró a Normani nerviosa.

"Bea sabe de lo que está hablando," Normani asintió suavemente, dandole al hombro de Camila un suave apretón antes de hacer su camino hacia el vestidor. "Ella ha pasado por eso también."

Camila observaba, mordiéndose el labio mientras Normani desaparecía en el cuarto de baño para ducharse. Una vez que estuvo sola, una vez más, la chica más pequeña suspiro y bajó la mirada hacia la botella en sus manos. Tomando una respiración profunda, se la llevó a los labios y tomó un pequeño sorbo.

Ella chasqueó la lengua contra el techo de su boca, tragando con cuidado y levantando una ceja cuando notó que el sabor que ella agregó en realidad lo había hecho soportable. Recordándose a sí misma agradecerle a Bea, Camila dio otro pequeño sorbo y se deslizó de nuevo en su cama.

En el momento en el que Normani salió del cuarto de baño, Camila había logrado conciliar el sueño una vez más. La pequeña morena tenía uno de sus brazos colgando fuera de la cama, y ​​el otro todavía aferrándose a su teléfono. Riendo suavemente, Normani se aseguró de echar una manta sobre la chica antes de meterse en su propia cama.

Una cosa que Camila notó de su medicina era que la dejaba extremadamente mareada cuando ella se despertaba. Por eso, cuando un ruido constante a todo volumen la sacó de su sueño en la hora más intempestiva de la mañana, fue una lucha para ella incluso abrir los ojos.

"¿Qué demonios...?" La voz de Normani llenó la habitación. Gimiendo, Camila se incorporó lentamente, llevando sus manos a su frente palpitante. Ella abrió los ojos vacilante, encontrándose con una luz intermitente que llenaba la habitación oscura.

"Oh, mierda," la chica del otro lado de la habitación se puso repentinamente de pie, tirando de la máscara en su cara y mirando a Camila con preocupación. "Creo que es la alarma de incendios."

"¿La qué...?" murmuró Camila, frotándose los ojos y mirando alrededor de la habitación. Normani estaba demasiado ocupada tirando de su camiseta para responder. En cambio, ella agarró sus zapatos y abrió la puerta, donde un número de otros pacientes se dirigían por el pasillo.

"Camila, mueve el culo afuera," siseó Normani entre dientes, esperando a que la chica más pequeña se levante de la cama antes de desaparecer por el pasillo.

Finalmente, aceptando la realidad de la situación, Camila trató de deshacerse de sus mareos, corriendo por la habitación y deslizándose en el par de zapatos más cercano, que podrían haber sido de Normani. Miró hacia el pasillo, tratando de ignorar el sonido a todo volumen de la alarma. Era casi ensordecedor.

Justo cuando estaba a punto de salir por el pasillo después del resto de los pacientes y los profesores, sus ojos se posaron en la habitación negra al lado de la de ella.

Lauren.

"Mierda," siseó Camila por lo bajo. En una decisión de último minuto, se dirigió en la dirección opuesta a las otras figuras, abriéndose paso entre los cuerpos y haciendo caso omiso de la enfermera que trató de agarrar su brazo.

La pequeña chica de ojos marrones irrumpió en el dormitorio oscuro, cerrando rápidamente la puerta detrás de ella. A medida que sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, distinguió una pequeña figura en la cama. Lauren estaba sentada, mirando a Camila como si hubiera visto un fantasma.

"Vamos," Camila sacudió la cabeza, corriendo para agarrar la silla de ruedas de Lauren. La chica de ojos verdes se limitó a mirarla, mordiéndose el labio con nerviosismo.

"Eso no va a funcionar," Lauren finalmente habló, haciendo que Camila parara en seco y moviera rápidamente su cabeza para mirar a la otra chica.

"¿Por qué no?"

"Los ascensores no funcionan y la silla no encaja por las escaleras."
"Mierda," murmuró Camila en voz baja, pasándose una mano por el pelo y mirando alrededor de la habitación. Lauren murmuró algo en voz baja y sacudió la cabeza.

"Sólo vete, Camila," la chica de cabello negro habló una vez más.

"Como, que voy a dejarte indefensa cuando hay un incendio en el edificio," bromeó Camila de nuevo, empezando a pasearse por la habitación. El ruido ensordecedor de la alarma de incendios se estaba casi burlando de ella ahora.

"No estoy indefensa," Lauren dijo de vuelta, mirando a la chica más pequeña a través del cuarto. Camila se detuvo para mirarla.

"No hay nada de malo en necesitar ayuda," señaló la chica de ojos marrones con firmeza, evitando que su voz vacile. "Ahora ayúdame a pensar en una manera de ayudarle."

Aceptando la derrota, Lauren estudió la habitación por unos momentos antes de señalar hacia el vestidor. "Hay un par de viejas muletas detrás de alguna parte."

Camila cruzó de inmediato la habitación, tratando de tirar de las dos muletas de metal del espacio entre el armario y la pared. Ella corrió hacia Lauren, mirándola con esperanza. "¿Funcionaran?"

"Es todo lo que tenemos," Lauren se encogió de hombros, tirando de las mantas fuera de sus piernas y poniendo su pie en el suelo. Agarrándose del hombro de Camila para estabilidad, ella se puso de pie lentamente.

"Yo-yo, eh... Yo", balbuceó Camila, su cara palideciendo.

Lauren levantó una ceja a la chica más pequeña. "¿Qué?"

"Tu... t-tu no..." Camila se aclaró la garganta y señaló con su cabeza hacia abajo.

"Mierda," dijo Lauren entre dientes, mirando hacia abajo y dándose cuenta de la falta de sus pantalones de pijama. Ella nunca durmió con pantalones. Y ella no había sido exactamente advertida de esta espontánea emergencia,

"Uh, aquí," murmuró Camila entre dientes, haciendo que Lauren vuelva a sentarse antes de precipitarse a excavar en el vestidor de la chica. Ella sacó un par de pantalones cortos deportivos, incapaz de encontrar cualquier otra cosa. Entregándolos a Lauren, la chica más pequeña se mordió el labio. "¿N-necesitas ayuda? ¿O..?"

"Lo tengo," murmuró Lauren, deslizándose fácilmente los pantalones cortos en sus piernas. Ella agarró el hombro de Camila una vez más y se levantó, empujando de ellos el resto del camino por sus piernas para descansar en sus caderas. Camila echó un vistazo al pasillo, nerviosa, dándose cuenta de que todo el mundo se había ido.

"Está bien... uh, aquí," Camila le entregó a Lauren las muletas, corriendo hacia la puerta y mirando hacia atrás a la chica. "Vamos. Tenemos que apresurarnos."

"Estoy intentando," murmuró Lauren tratando de moverse a sí misma hacia delante. El peso de su cuerpo se distribuía de manera desigual, y le resultaba difícil mantenerse en posición vertical. La frustración causaba que lágrimas se formaran en sus ojos, y ella maldijo en voz baja.

Cuando Lauren comenzó a perder el equilibrio, Camila se lanzó hacia delante y se deslizó bajo el brazo de Lauren, lanzando una de las muletas a un lado.

"Te tengo," susurró la chica más pequeña, envolviendo su brazo alrededor de la cintura de Lauren y usándose a sí misma como una muleta humana para la chica.

"No tienes que hacer esto," murmuró Lauren entre dientes, la muleta bajo su brazo era incómoda y no estaba acostumbrada a estar de pie durante largos períodos de tiempo. Camila se limitó a sacudir la cabeza.

"Lo sé," respondió ella casi de inmediato, dando un paso lento hacia adelante y esperando para que Lauren usara la muleta y moviera su pierna para que coincida con su ritmo. "Quería hacerlo."

"¿Por qué alguien," Lauren se detuvo, haciendo una mueca, ya que poco a poco comenzaban a hacer su camino por el pasillo. "-quiere ayudarme?"

"No sé si te acuerdas o no, pero algo así como que nos besamos..." murmuró Camila en voz baja, tratando de tomar la mayor cantidad de peso de Lauren como sea posible para que la chica no luchara tanto. "A no ser que te desconectaste como por dos semanas."

"Sí, pero..." Lauren se mordió el labio, una vez que llegaron a la entrada de la escalera. Miró a Camila con preocupación. Las luces parpadearon por encima de ellas, provocando que Camila tomara una respiración profunda.

"¿Pero qué?" Camila decidió tratar de ignorar el desalentador hecho, empujando la puerta y ayudando a pasar a Lauren a través, usando su espalda para mantener la puerta abierta.

Mordiéndose el labio, Lauren permitió a Camila bajar el primer escalón. Ella contuvo la respiración, colocando la punta de la muleta en el escalón y saltando hacia abajo. El agarre de Camila en su cintura se apretó, y Lauren exhaló lentamente una vez que habían hecho el primer paso.

"Pero tu me dijiste que me vaya hoy más temprano," murmuró la chica en voz baja mientras Camila la ayudaba lentamente a bajar al siguiente escalón. La chica más pequeña simplemente se rió, confundiendo a Lauren.

"No me refería a que te vayas para siempre," Camila rió, sacudiendo la cabeza. Se detuvo cuando sintió a Lauren tensarse a su lado, y procedió a mirar a la chica de pelo negro, confusa. "Espera, ¿pensabas que quería decir para siempre?"

Mordiéndose el labio, Lauren asintió lentamente.

"Oh," Camila negó con la cabeza, de alguna forma queriéndola por lo sensible que Lauren había sido. "Bueno, no me refería a para siempre. Estaba muy cansada. Me pongo mucho de mal humor, por si no lo has notado."

"Lo he notado," murmuró Lauren en voz baja, con un aire juguetón en sus palabras. Camila sólo se rió y rodó los ojos, saltando hasta el último escalón en el suelo. Una vez que Lauren se unió a ella, la chica más pequeña tomó una respiración profunda.

"Un escalón más," señaló Camila, mirando a Lauren y de repente dándose cuenta de lo que estaban haciendo. "¿Puedes hacerlo?"

"¿Tengo opción?"

"En realidad no," señaló Camila, guiando a Lauren para el siguiente tramo de escaleras. Trabajaron en un silencio cómodo a partir de entonces- Camila dando un paso hacia abajo y ayudando a Lauren navegar su muleta para mantener el equilibrio. En el momento en el que llegaron a la planta baja, Lauren estaba sin aliento.
"Esto sería mucho más fácil si supieras cómo utilizar la prótesis," Camila le recordó, recordando lo que había aprendido sobre la chica.

"Lo sé," murmuró Lauren, permitiéndole a Camila guiarla hacia la puerta de metal rayada que llevaba a la parte posterior del hospital. Sin embargo, unos momentos después, ella se dio cuenta de donde irían y plantó su pie y sus muletas en el suelo.

"No puedo ir ahí," susurró Lauren, tratando de ocultar su miedo.

Ella se sorprendió cuando en lugar de enojarse, Camila la miró con preocupación parpadeando en sus ojos. La chica más pequeña usó su mano libre para extenderla, girando la barbilla de Lauren así la chica de cabello negro la miraría.

"Sí puedes," dijo Camila suavemente, sus ojos parpadeando hacia la puerta. "¿De qué estás tan asustada?"

Lauren se detuvo por un momento, su respiración atrapada en su garganta cuando se dio cuenta de lo cerca que estaban sus rostros. En ese momento, se dio cuenta de que no podía pensar en nada que temiera. Estaban en el hueco de la escalera de un edificio en llamas, con su deformidad... expuesta en todo su esplendor. Y sin embargo, todo eso pareció desvanecerse tan pronto como los ojos verdes se encontraron con los marrones.

"Todo el mundo está aquí porque están enfermos, Lauren," la voz de Camila era suave y sedosa, haciendo que Lauren creyera genuinamente en sus palabras. "Todos estamos tratando de superar algo. Fuera de todas las personas, ellos no tienen lugar para juzgarte. Yo nunca lo hice."

"Yo-Yo, uh, sí," Lauren asintió, moviendo la cabeza. Ahora no era un momento apropiado para besar a la chica más pequeña. "Mejor nos apuramos," murmuró ella, aclarándose la garganta.

Camila solo asintió suavemente, utilizando su pie para mantener la puerta abierta mientras ayudaba a Lauren a salir al aire frío de la noche. De inmediato sintió temblar a la chica a su lado, y miró para notar que Lauren estaba solo en una camiseta sin mangas y pantalones cortos.

Una vez que estuvieron lo suficientemente lejos del edificio, Camila se quito cuidadosamente su sudadera y la puso sobre los hombros de Lauren. La chica de ojos verdes se volvió a mirarla, un tanto sorprendida.

"Estabas fría," Camila se rió en voz baja, manteniendo un brazo alrededor de la cintura de la chica para que ella se mantuviera equilibrada.

Antes de Lauren pudiera responder, ambas chicas fueron distraídas por un suave murmullo de voces que venían de todo el frente del hospital. Entrecerrando los ojos, Camila contuvo el aliento cuando vio a la multitud de personas que las miraban.

De repente, alguien se abrió paso a través de la multitud y corrió hacia ellas.

"¡No corras, Hansen!"

"Vete a la m.ierda, Hernandez!" bromeó la figura de vuelta, corriendo hacia las dos chicas. Lauren se tensó a su lado, pero Camila mantuvo un firme control sobre la chica de ojos verdes.

"Oh mi Dios," Dinah se deslizó para detenerse delante de ellas, inclinándose y poniendo sus manos en sus rodillas mientras tomaba el aliento. "Camila-," hizo una pausa, levantando un dedo y tosiendo. "-Ellos no me dejaron volver a buscarte."

"Oh," susurró Camila, mirando a la chica de cabello oscuro a su lado, que parecía totalmente cómoda. "Vinimos tan rápido como pudimos ..."

"¿Vinimos?" Dinah miró hacia arriba, abriendo los ojos cuando se dio cuenta de que había una tercera persona presente. Frunciendo las cejas, estudió las dos chicas cuando su mandíbula se abrió en realización.

"¿El fantasma...?" murmuró Dinah, mirando hacia atrás y adelante de Lauren a Camila. "¿Ella es a quien has estado viendo a escondidas en el almuerzo?" Una sonrisa de suficiencia estaba formada en la cara de la chica Polinesia.

Lauren y Camila se congelaron, intercambiando miradas nerviosas. Por suerte, Dinah levantó una mano para detenerlas. "Guardenlo para más tarde," ella sacudió la cabeza. "Vamos Chancho. Todo el mundo estaba preocupado por ti."

Dinah hizo una pausa, mirando a Lauren por un momento. "Y por ti también," añadió, mirando a la chica de cabello negro de arriba a abajo. Ni siquiera se inmutó cuando vio lo que le faltaba. Siempre había tenido el presentimiento de que algo era diferente. "La compañera de cuarto de Camila estaba volviéndose loca porque no estabas. Nunca la había oído hablar antes."

"¿Habló contigo?" Los ojos de Camila se agrandaron cuando Dinah asintió.

"Se metió en una pelea con una de las enfermeras porque no la dejaban entrar y buscar al fantasma," Dinah señaló al grupo de personas detrás de ella.

"Es Lauren," habló finalmente la chica de cabello negro. Camila no pudo evitar reír en voz baja con el toque de descaro en su tono de voz.

"Lauren, correcto," Dinah asintió, extendiendo la mano y estrechando la de la chica. "Dinah. Ahora que todos estamos familiarizados, ¿podemos mover nuestros culos de nuevo hacia el grupo?"

Camila miró a Lauren, quien asintió en silencio. La pequeña chica de ojos marrones la ayudó a caminar para unirse a la multitud de personas en el pavimento, cuando el parpadear de las luces y el ruido a todo volumen de camiones de bomberos llenó la zona de los alrededores.

Ni siquiera dos segundos después de que se unieron al grupo, Lauren fue prácticamente tirada en un abrazo por una pequeña figura. Camila tropezó hacia atrás, luchando por mantener a las dos en posición vertical. Por suerte, Normani fue lo suficientemente cuidadosa, y rápidamente soltó a la chica.

"Oh, Dios mío, estás bien," la chica de piel oscura dio un suspiro de alivio, mirando a Lauren de arriba hacia abajo y la congelándose cuando se dio cuenta de lo que lo que la chica llevaba.

"No llames la atención sobre eso," murmuró Lauren entre dientes, causando que Normani levante inmediatamente la cabeza hacia atrás para arriba.

"Lo siento, ellos no me dejaron ir a buscarte, de lo contrario yo hubiera-"

"Está bien," murmuró Lauren, interrumpiéndola. Todavía estaba un poco incómoda, consciente de que algunos pares de ojos estaban sobre ella. "Camila me ayudó."

Haciendo una pausa, Normani miró a Camila, quien le ofreció una sonrisa nerviosa. Normani siendo la mejor amiga de Lauren, Camila quería quedarse en su lado bueno.

Normani articuló un agradecimiento a la chica más pequeña, quien dio un suspiro de alivio y le dio una inclinación de cabeza suave. Cuando Camila abrió la boca para preguntar por qué habían sido despertadas a una hora tan intempestiva, un ruido ensordecedor llenó el aire, acompañado de un brillante destello de luz que salió de la parte trasera del hospital, justo de donde Lauren y Camila habían salido.

De repente, todo estaba en llamas. El grupo de personas alrededor de ellos los hizo correr rápidamente hacia atrás cuando los uniformados se movieron hacia delante. Lauren tropezó y Camila y Normani se agarraron a la chica, ayudándola a volver a ponerse en pie.

"M.ierda," murmuró Dinah, incapaz de apartar los ojos del edificio en llamas. Camila podía sentir la respiración acelerada de Lauren, y ella se detuvo una vez que estuvieron lo suficientemente lejos, mirando a la chica de ojos verdes en silencio.

"¿Qué pasa?" preguntó Camila, consternada, estudiando la expresión de Lauren. "Estamos a salvo."

"Lo sé," susurró Lauren, su voz temblando ligeramente. "Pero ese era mi hogar."  

La Verdad Sobre El Mañana (The Truth About Tomorrow traducción)Where stories live. Discover now