Siete

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Camila había estado en el hospital durante menos de una semana, y su cuerpo ya se estaba ajustando a la apretada agenda. Como si fuera un reloj, ella se despertaba cada mañana, justo a tiempo para que sean tomados sus signos vitales.

Esa mañana fue diferente, sin embargo. Ella no era parecía ser capaz de concentrarse en otra cosa que lo que había descubierto ayer por la noche anterior. Incluso Normani lo notó.

"Chica, estás mirando al espacio," Normani se sentó en su cama, chasqueando los dedos para llamar la atención de Camila. "¿Qué demonios te pasa?"

Camila parpadeó un par de veces, volviendo a la realidad. Sus pensamientos no la dejarían sola. Ella frunció las cejas a la chica a través de la habitación.

"¿Qué pasa contigo?" Normani levantó una ceja. Camila se encogió de hombros y se puso de pie, vagando hasta el armario para tomar una muda de ropa.

Era sábado, Camila se dio cuenta. Se preguntó que estaría haciendo su familia en ese momento. Ella los convenció de quedarse en casa ese fin de semana ya que apenas los había visto hace unos días. No quería ser una molestia.

Ni siquiera podía tener tiempo para extrañarlos, tampoco. Su mente estaba tan preocupada por reproducir los eventos de la noche anterior una y otra vez. Tal vez era sólo su imaginación.

No, no podría haber sido. Ella vio la expresión en el rostro de Lauren. Lauren sabía que ella sabía. Oh Dios, Lauren probablemente la odiaba aún más ahora. Excelente. Justo lo que necesitaba.

Suspirando con frustración, Camila cerró la puerta del armario y caminó hacia el baño. Oyó a Normani murmurar algo entre dientes, pero lo ignoró.

La pequeña morena tomó una larga ducha fría. No le importaba si se perdió el desayuno. No tenía particularmente hambre, de todos modos. Después de que terminó de ducharse, se cambió en un par de pantalones cortos de jean y un suéter de manga larga. Le quedaba grande, y todo se redujo hasta el momento que en el que casi cubría sus pantalones cortos. Se dio cuenta de que probablemente parecía un poco tonta, pero sus brazos estaban siempre congelados. Y si llevaba pantalones largos, empezaba a sudar como una loca. Así que esto era lo mejor que podía hacer.

Cuando entró en el dormitorio una vez más, Normani ya se había ido. Camila no se sentía con ganas de de tener que explicar a todo el mundo por qué llegaba tarde para el desayuno, así que en vez de eso, agarró un libro de su mesita de noche y se sentó con las piernas cruzadas sobre la cama.

Unos minutos después de que comenzó a leer, Camila se distrajo una vez más. Esta vez no fue por sus pensamientos. Aunque ella podría haber jurado que estaba alucinando cuando oyó una risa.

Frunciendo las cejas, Camila dejó el libro y escuchó una vez más. Allí estaba otra vez. Sonaba como de una niña. Aún más confusa, se puso de pie y lentamente se dirigió hacia la puerta.

Camila saltó cuando se asomó al pasillo y se encontró cara a cara con Ally, que estaba sentada con un sujetapapeles en su regazo. La chica de ojos marrones supo que había sido atrapada, y poco a poco tomó un paso adelante.

"¿Qué pasa?" Preguntó Ally, inclinando la cabeza hacia un lado. Camila oyó la risa, de repente se dio cuenta de que el ruido venía de la habitación 305. Los ojos de la pequeña chica se abrieron y no podía apartar los ojos de la puerta.

"Oh," Ally asintió en conocimiento. "Programa de compañeros," ella hizo un gesto a Camila para salir al pasillo. "Es como un mentor-aprendiz, algo así, que hacemos para algunos de los pacientes en la sala de chicos más jóvenes. Para ayudarles a salir, supongo." Ella sonrió suavemente. "Aunque creo que a veces los niños terminan ayudando a los adolescentes más. Es beneficioso para ambos."

La Verdad Sobre El Mañana (The Truth About Tomorrow traducción)Where stories live. Discover now