12.

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—No lo haré—murmuró Brea entrando a mi habitación, la seguí.

—Por favor, hazlo por tu prima preferida.

—Es tu novio, no el mío.

—No es mi novio.

—Entonces Max tiene una idea sobre ustedes errónea, deberías decírselo antes de que todo sea un desastre.

—No es necesario, lo sabe pero quiere que vaya a cenar con su familia y no quiero cancelar cuando ayer le dije que si. Por favor, nunca te pedí nada, creo. Ayúdame con esto y te consigo el número de Dax.

Mi prima se quedó unos minutos en silencio pensándolo.

Tiene que aceptar, ella estuvo pidiendo por su número desde que lo conoció, pero como buena prima que soy no quise dárselo por tres simples motivos.

1. Es Dax

2. Es mi prima.

3. Ella y el ¡Claro que no!

Pero en momentos como estos se deben tomar medidas drásticas.

—Con una condición—levantó un dedo—me das su número y debes conseguirme una cita con Dax.

—Eso puedes hacerlo tú.

—Entonces dile tu a Max que no quieres conocer a sus padres—dijo con una simple sonrisa.

—Si tu madre se entera que saldrás con un chico, es capaz de meterte a un convento y matarme a mí ¿lo sabes?

Rodó los ojos.

—En unos meses cumplo dieciocho y no podrá hacerlo, además tengo que tener un novio o moriré sin haber experimentado que se siente tener uno.

—Claro, y lo de matarme a mí, no importa ¿no?

—La tía Alison no creo que lo permita.

Suspiré rendida.

—Esta bien, lo hare por ti.

Brea se lanzó sobre mi.

—¡Gracias! Es un placer hacer negocios contigo.

Un golpe en la puerta nos interrumpió.

—Lavina—habló Max del otro lado.

Hemmo comenzó a ladrar.

Miré rápidamente a Brea.

—Dile que me siento mal—dije colocándome mis zapatillas.

–¿No tienes una excusa mejor?—susurró—Espera Max, estoy en bragas.

—¿Era necesario decirle eso?

Se encogió de hombros.

—Bueno, dime que le digo.

—Dile que me raptaron los extraterrestres.

—¿Dónde iras?—preguntó ignorando mi comentario, mirando el reloj de la pared—Son las diez de la mañana.

—Caminaré por ahí—dije abriendo mi ventana—Cuida a mi hijo, por favor.

Ahora, ¿eres especialista en saltar ventanas? No sería lo adecuado.

No me pasara nada, no te preocupes.

Me tiene sin cuidado lo que te pase a ti, acuérdate que mi vida está en juego también.

Brea se dirigió a la puerta con Hemmo en brazos.

—¿Llevas tu celular?— preguntó en voz baja, asentí—Cualquier cosa que suceda, te llamo.

Un Verano Desastroso [#CG2]Where stories live. Discover now