Capítulo 26

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Julie miraba por la enorme ventana que se extendía en el departamento de Max ya que se encontraba sola. Al parecer él se había ido hace bastante tiempo, ¿A dónde iba cada mañana? Ya se lo preguntaría, esa mañana había amanecido de otra forma, como más feliz, sin ganas de pelear, era otra, definitivamente.

Con solo ponerse a recordar cómo había sido la noche, con solo ponerse a pensar cómo es que Max la había tratado le erizaba la piel por completo, había sido diferente que la primera vez que tuvieron sexo. Lo había sentido más dulce como si no viniera de él o como si viniera de un Max que solo ella podía llegar a conocer. ¿Era posible? O solo ¿Se lo estaba imaginando? Mierda, todo esto le hacía estremecer el estómago, ponerse de piel de gallina tan solo pensar que Max podría sentir algo más.

Alguien tocó la puerta del departamento con fuerza.

- ¡ABRE LA PUERTA! – gritaron desde afuera.

A Julie se le enfrió la sangre.

- ¡Es la policía de Estados Unidos, que abran la puerta! – volvieron a gritar.

Los ojos de Julie se abrieron, atónita, tragó saliva. ¿Quién iba a decirlo? Hace unos días moría por irse de ahí que la encontraran, por no volverlo a ver nunca más y ahora deseaba todo lo contrario.

El policía empezó a golpear la puerta, dos, tres, cuatro veces. La madera maciza de esta empezó a quebrarse por en medio, de pronto ella ya no estaba sola en aquel departamento sino con diez hombres, con armas en los hombros, le apuntaban el rostro.

- Julie. . . - susurró uno de los policías al parecer quien llevaba a cargo el caso de su búsqueda.

–No te muevas.

- No hay nadie aquí. . . - murmuró ella, y agradeció muchísimo que Max no estuviera en ese momento.

- ¿Dónde está Williams? – preguntó el oficial. Los otros oficiales bajaron la guardia al notar que él no estaba con ella.

- No sé. . . yo. . . no sé nada de él. . . - insistió.

Y no les diría más, pues no delataría a Max, no después de lo que habían pasado, de tantas cosas que por pequeñas que hayan sido a ella le parecían especiales.

- ¿No vas a decirnos? – volvió a preguntarle el oficial.

–Linda, nosotros somos los buenos, te venimos ayudar, no sabes lo preocupada que está toda tu familia por ti. ¿Lo has pensado?

- Yo no sé nada de Max. - Julie lo miró a los ojos.

El oficial empezaba a enojarse.

Hizo unas cuantas señales a los demás oficiales, estos se colocaron estratégicamente en la ventana y otros en la puerta.

- ¿Lo defenderás Julie? ¿Defenderás a ese imbécil que te secuestro hace más de una semana? ¿Y que planea matarte?

Julie guardó silencio. "No Julie, tú confías en él, tú confías en Max. . ."

- Vaya, vaya, veo que ese maldito ha sido inteligente esta vez. – le dijo el oficial. –Tanto que hasta has llegado a creerle.

Una pequeña oleada de tensión se pasó por su cuerpo. Ese oficial parecía conocer a Max de una manera increíble.

- Bien, no me dirás donde encontrarlo.

- No lo sé.

- Si, claro. – la miró mal.

De acuerdo, no colaboraría pero al menos se enteraría de quién era Max Williams realmente, de quién era el hombre de quién se había enamorado.

–Vamos a hablar y después de esto me dirás si sigues confiando tanto en él.

Los ojos los tenía humedecidos, su corazón estaba decepcionado, necesitaba gritar, se sentía como una estúpida en todo eso. Una más del montón, otra secuestrada que Max había enamorado, que había hecho perder la cabeza y que finalmente había terminado muerta en algún rincón del mundo, olvidada. ¿Era eso lo que de verdad significaba para él? ¿Una más? ¡No! ¡No!

El oficial le enseño otra foto, una foto más, otra secuestrada, otra historia, otra aventura.

- Basta. – le indicó ella a punto de llorar, tenía un nudo muy grande en la garganta.

–Lo he entendido ¿vale? No me interesa a quien más haya matado Max, me da igual les juro que no sé donde podría estar en este momento.

-Y nosotros confiamos en ti. – El oficial intentó acercarse. –Lo vamos a atrapar de todas formas.

"Te odio" Julie recordó esas palabras en su mente, cuánto le hubiera gustado sentir eso en ese mismo instante, odiarlo, odiarlo muchísimo para así olvidarle más rápido. ¿Cómo había sido tan tonta como para enamorarse de él? Si, enamorarse porque ahora era dónde lo notaba. Estaba totalmente enamorada de Max.

Max corrió hasta el edificio, se le había hecho tarde. Julie seguro ya estaría despierta con ganas de desayunar, con ganas de verlo. "¿De verme?" Se rió solo en medio de la calle. "¿Me habrá extrañado? " seguramente si. "Ya mismo llego preciosa " susurró en su mente.

Quiso doblar la esquina para llegar a su viejo edificio, entonces fue cuando divisó que toda la esquina estaba llena de automóviles blindados, gente en el piso de su departamento siendo interrogada, algo que él reconocería en todas partes.

JODER

Se desvió en el camino, lo habían encontrado, habían encontrado su paradero, el suyo y el de Julie.

"Julie" pensó, mierda estás ahí adentro. Y supo que solo tendría dos opciones.

1. Seguir, y desaparecer con el dinero de su secuestrada.

2. Quedarse, quedarse y no permitir que nadie le quitara a Julie.


"Vamos Max, piensa, piensa en algo para sacarla de ahí, no la dejes, tú la amas."

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