Capítulo 38

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Bel y Lilian me habían acompañado a la casa de Henry, no podía dejar las cosas inconclusas, tenía que hablar con él, decirle que tenía una relación con Hudson, el hombre del que me había dicho que me alejara, porque creía que estaba jugando conmigo.

Hudson ha sido un hombre increíble, él no podría estar jugando conmigo, no cuando se ha portado como un caballero y me ha demostrado que realmente le gusto y ayer dijo que me quiere.

Puedo decir con seguridad que se lo que es amar y dar todo por esa persona amada. Yo daría lo que fuera por Hudson, daría lo que fuera por no perderle. Tal vez no fuera como él, que decía cosas hermosas, por en serio, no sabía cómo decirlas, no sabía cómo expresar todo el amor que siento por él, pero trató de demostrárselo a cada momento que estoy a su lado.

—Gracias por haberme acompañado, de aquí en adelante iré sola, y nuevamente me salvaste la vida ayer Bel, en serio muchísimas gracias.

—Para eso estamos las amigas, te veo tan enamorada que me hace muy feliz

—Sí, nunca te habíamos visto tan radiante. Ahora ve y habla con Henry, necesita saber la verdad —Lilian tenía razón, pero al momento de decirlo sonó como si yo tuviera la culpa de todo y no era así, sólo sucedió algo que nadie puede controlar.

—Nos vemos.

Camine a paso lento, pensando cómo le diría a Henry todo lo que ha pasado en estos últimos dos meses, era sumamente feliz y no quería verlo triste, al enterarse de mi relación.
Aún que bueno, tal vez ya no le gustaba y eso hacía las cosas más fáciles, debía mantenerme optimista y pensar eso, que Henry ya no sentía nada por mí.

Cerca de la casa de Henry había un parque con canchas de fútbol y basquetbol, y ahí estaba él, esto era más fácil que pararme enfrente de su puerta preguntando por él, y sería peor si la persona que me abriera fuera su mamá.

Estaba haciendo unos tiros y me sorprendió verlo sólo, me había dicho que siempre que iba a las canchas lo acompañaba su primo.
Decidí llamarle por teléfono, antes de que me viera, justo como lo había hecho el aquella vez que me vio en Kensington.
Aún que desde donde yo estaba podía verlo perfectamente.

Vi como escucho mi llamada, saco el celular del pantalón deportivo, pude observar como miraba la pantalla, dio un largo suspiro y colgó.

¡¿Qué?! ¡¿Me colgó?!

Mi optimismo al pensar que se había olvidado de mí se fue por el caño.

Volví a llamarlo y está vez con una expresión de resignación atendió la llamada.

Hola Henry ¿cómo estás? — hable con gran entusiasmo, como siempre, dejando de lado el ver que me colgó la primera vez —Tengo que ser yo quien te llama porque tú ya no te acuerdas de tu amiga.

Oh, Deniss Hola, no es eso, es sólo que he estado un poco ocupado.

Ya veo, te entiendo ¿Qué te parece si nos vemos hoy?

Lo vi dudar y pude escuchar su respiración serena, pero no hablo

¿Henry?

Si, am... sabes que estoy en Liverpool Deniss, es obvio que no podemos vernos hoy.

Eso sí que dolió, mi amigo no quería verme y aparte me mentía diciendo que no estaba en la ciudad ¿acaso sabía algo? Aún que eso me ponía triste, lo mejor era afrontar las cosas.

Oh ¿En serio? ¿Entonces acaso no eres tu quien está jugando baloncesto en el parque que está cerca de tu casa? —colgué.

Volteó a todas partes sorprendido, empecé a caminar en su dirección y fue cuando me vio, sorprendido y un poco avergonzado. Sólo pudo quedarse parado esperando a que llegara hasta él.

Sólo él ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora