Loki

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Mía estaba harta de programar las mil y una configuración del último software de Empresas Stark, aunque no estaba sola, Natasha la acompañaba.

- Fury dijo que tenía que hablar con tu hermano. Creo que se trata de lo que encontraron en Baviera.

- Y por qué no estás allá adentro.

- Nick dijo que viniera contigo. También quiere que estés enterada, pero no puede informarte junto a Tony. Tu participación con S.H.I.E.L.D. debe mantenerse en secreto, incluso de Stark.

- Entonces... creo que estoy autorizada a espiarlos. – respondió Mía con una enorme sonrisa en la boca, para mejor, Natasha también sonreía.

Mía se metió a las cámaras de la empresa para que ambas pudieran espiar esa junta no-tan-secreta con S.H.I.E.L.D. Fury y Banner estaban ahí, Hill también.

- Las lecturas del Dr. Banner no se equivocan, estamos frente a una nueva amenaza espacial.

- Las emisiones radiactivas que recibo se activaron hace algo más de dos semanas. No sé lo que las inició, tal vez un cambio climático de la zona, un temblor...

- Un rayo alíen.

- No hay rastros de ningún alienígena en la tierra, Stark.

- Qué hay con los que fueron a Londres.

- Thor se encargó de ellos.

- Al menos de la mayoría, ¿ese perro de diez metros? Nos tomó tres meses someterlo.

- ¿Con tus conocimientos, Hill? Me sorprende que no lo hayas domado en dos segundos.

- No es gracioso, Señor Stark.

- En todo caso, no estamos seguro de lo que pueda ser. La emisiones vienen de un museo llamado Walhalla en Alemania. Quiero que vayan y analicen el lugar, necesito saber de dónde viene y si podemos hacer algo al respecto, no quiero explosiones cósmicas en medio de un museo.

- Director Fury, sin ánimos de ofender, pero... por qué quiere que yo ayude en esto... Tony puede manejar el traslado del objeto.

- Confió en usted, Dr. Banner, sé que tiene mejor control sobre el Hulk.

- Ese no es el punto.

- El punto es que necesito a mis mejores hombres en esto, no quiero clavos sueltos. La última vez que vimos lecturas de este tipo, provenían del Tesseract. No quiero otra de esas cosas sueltas en mi mundo.

Mía se preocupó

- No sabe a lo que se enfrentan – dijo.

- De qué hablas.

- Lo que Banner encontró es una Gema Infinita.

- ¿Estás segura?

- Claro, yo era dueña de una, así que conozco la clase de energía que emiten. Si tan solo pudiera entrar en esa habitación...

Mía aún miraba la pantalla, debatiéndose si ir o no a la sala cuando un enorme temblor sacudió todo el edificio. Fue tan grande que todo el edificio se remeció, por la pantalla podía verlos a todos en el suelo en medio de una polvareda que, si hubiese sido humana, no la habría dejado ver lo que estaba en medio de la habitación, en medio de la mesa rota en pedazos, en medio de todos con una sonrisa amplia y burlona.

MIAOù les histoires vivent. Découvrez maintenant