MIA

Entonces todo sucedió...

                  
Pasó el tiempo y Mía lucia tan joven como hace treinta años, en cambio Anthony había crecido y era un genio adolescente, ambos se llevaban como si fueran hermanos. Aunque los descubrimientos de Mía eran anónimos, las pericias del joven Tony Stark estaban en todos los diarios del planeta y eso creaba roces.

                  

-          Pero de qué rivalidad hablas papá – le dijo Tony durante una noche de trabajo.

-          Entre tú y Mía siempre ha habido rivalidad.

-          Es obvio que ambos somos genios, pero ella tiene ventaja sobre mí, lleva más años aprendiendo del universo...

-          ¿Insinúas que soy vieja? – le dijo Mía tocándole con un golpe la espalda al entrar al taller. – porque no te permito que me llames vieja.

-          Tú lo dijiste, no yo. – dijo riendo mientras alzaba ambas manos en posición de "no es mi culpa"

-          Claro, Tony Stark... hacerte el inocente no te servirá por siempre.

-          Me ha servido hasta ahora.

-          Basta los dos. Ambos tienen que cuidarse entre sí.

-          Claro, papá – dijo Mía yéndose de nuevo.

Stark otra vez mira a su hijo que aún reía y le pone las manos en los hombros y lo ve fijamente a los ojos.

-          Tu hermana es más débil que nosotros. No debes dejar que nada le haga daño, ella será tu responsabilidad cuando yo me vaya. Unos años más de experiencia que tú no la hace más fuerte – Stark había ocultado de su hijo la verdad de Mía, Tony creía que Mía era un par de años mayor, pero nunca cuántos más.

-          Te prometo papá que la cuidaré.

-          Muy bien hijo mío, muy bien.

Casi exactamente tres años después Howard y María Stark fallecieron en un accidente automovilístico. Los hermanos se quedaron solos.

Durante esos tres años, padre e hijo se habían distanciado, Mía casi siempre estaba ausente ya que secretamente seguía realizando misiones para la misteriosa agencia que aún tenía ese raro y largo nombre, además de sus propios proyectos e investigaciones acerca del cubo y sus implicaciones en su propia vida. No supo del resentimiento de Tony hacia su padre y no supo por qué a veces no le hablaba. Los mortales se le hacían complejos.

Pero el día del entierro, Mía estuvo junto a Tony, llorando, sufriendo... y aunque Tony no soltó ni una lágrima, ella sintió su pena. Obviamente se estaba ensimismando y alejándose de todos para no sentir dolor. Se tomaron la mano y se quedaron así durante todo el funeral. Perder a ambos padres los hizo unirse aún más... además, porque ninguno creía que eso hubiese sido un accidente.

Tony se aseguró de enviar lejos a Mía tras el funeral y la inmensa despedida que le hicieron al genio de su padre. Amaba a su hermana y no quería que nadie supiera de ella y le hiciera preguntas acerca de por qué estuvo oculta tantos años, porque seguramente la vieron desconsolada junto al féretro... sabía lo que la prensa amarillista diría: "ilegítima... bastarda... escándalo... etc." habían tantos apodos que podrían darle. Nadie se imaginaria la verdad.

Mía se alejó de Tony por algún tiempo y siguió yendo a la universidad... por enésima vez para estudiar anomalías radioactivas.

Tony la llamaba todos los días, y la visitaba cada cuarenta días, ni más ni menos. Pero a pesar del amor que le tenía y lo mucho que confiaba en él, Mía nunca le dijo la verdad. Nunca le dijo quién era en realidad... porque admitirlo sería admitir que existen seres en otros mundos, seres poderosos con los que no puede competir. Decirle la verdad sería alejarlo de ella.

No, no podía decirle quién era en realidad, no podía decirle que estaba buscando información para encontrar una manera de salir de ahí, que llevaba más de tres mil años intentado escapar de la tierra para volver a su hogar No, no podía.

Pero entonces Tony se volvió Ironman... entonces Ironman se unió a S.H.I.E.L.D. entonces todo lo demás ocurrió.

Loki ocurrió...

cortito... jeje... lo siento por no actualizar a tiempo. el universo confabula contra mi xD!!