«Las personas con pasados horribles son las más peligrosas, porque saben que pueden superar lo que sea».
Una Cazadora con un objetivo. Un objetivo demasiado fuerte para ser vencido. Y una venganza que ella se propone completar.
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Lamento las faltas de ortografía, las corregiré en cuanto pueda♡
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La última vez que visité un hospital fue cuando Oliver y su equipo me atraparon en mi intento fallido de escape. Varias costillas rotas y magullones por todo el cuerpo fueron lo que obtuve después de que aquella mujer me atropellara cuando intenté escapar.
No me gusta el notable olor a farmacéuticos y muerte que despide el ala oeste del Hospital General de Starling City. Una ventana considerablemente grande me permite ver el interior de la habitación de Thea Queen. Incluso puedo escuchar el constante pip-pip que hacen las máquinas a las que está conectada, aunque no la charla entre Oliver y el doctor; por la cara de este último, puedo saber que las noticias no son para celebrar.
Hace apenas cuarenta y ocho horas, Thea estaba sana y salva en su apartamento, solo para ser después atacada por Ra's. Y Oliver sabe tan bien como cualquiera del equipo la razón.
Ra's Al Ghul lo busca como elegido.
Él, Batman.
—Si no se puede salvar... ¿Qué crees que Oliver hará, Dickie? —pregunta Wally al lado del pelinegro.
—Creo que Ra's lo está guiando a una trampa usando a Thea como cebo —responde él, sin inmutarse.
Yo no lo creo. Lo tengo claro. Ra's Al Ghul no tenía inconvenientes con Thea ni significaba algún peligro para la Liga como ella misma tanto como Speedy; la única razón por la que la atacarían es el odio de la Liga hacia Oliver Queen. O recientemente descubierto, su plan para que se convierta en el siguiente líder de las ligas o muera en el intento.
A través del espejo, la seria mirada de Oliver puesta en mí me indica que hay algo que aún no nos ha dicho.
—Es su hermana. Es despreciable usarla para atraerlo —Wally frunce el ceño, aunque no parece tan preocupado como Oliver o Dick—. El pasado no es mucho mejor que el futuro, no, señor.
—Tú sabes algo que nosotros no —lo acuso.
No lo niega pero tampoco lo afirma.
—Aún cuando lo hiciera, no me arriesgaría a cambiar el pasado, cambiando así el futuro al decírselos —me responde, aún con la mirada fija en Oliver y Thea, sedada sobre la incómoda cama de hospital.
Hace nueve años
Jamás había escuchado hablar de lo que Shane nos habló una semana atrás. Las fuentes de la juventud, aunque por el nombre me hice una clara idea de lo que eran. Fuentes, Juventud. No nos dijo nada más y ni siquiera Ron sabe más sobre el tema de lo que pudo haber aprendido antes.
Muy pocos habían escrito sobre aquellas mágicas aguas que le devolvían fuerza y juventud a quien bebiera de ellas (o como sea que se hiciera el ritual; no estoy muy segura de lo que se hace, en realidad). Mientras tanto, las siguientes semanas me pregunté por qué la gente tenía tanto empeño en encontrar algo de lo que ni siquiera estaban seguros que existía. Nadie jamás las había encontrado; al menos, no que se supiera. Y si lo hicieron, vaya que guardaron bien el secreto.
