—¡Yo también! Una pregunta ¿Por qué estaban en la casa de mi vecina?

—Creímos que era tu casa—se encogió de hombros Fiona—pero al parecer nos equivocamos.

—Estuvimos esperando media hora y nadie respondía.

—Están de vacaciones. Bueno, entremos a la que sí es mi casa.

Caminé hasta la puerta.

Al entrar los chicos todavía seguían durmiendo.

—¿El baño?—preguntó rápidamente mi amiga—necesito evacuar rápidamente.

—En el pasillo, el último a la derecha.

Salió corriendo.

—¿Que paso aquí?— preguntó Colt dejando los bolsos en el piso y mirando a los chicos que dormían plácidamente en distintos lugares de mi living—tuvieron una buena noche ¿no?

Asentí y decidí despertar a los demás.

—Y llegaron justo para ayudarnos a terminar de limpiar.

*

Después de los saludos, las pláticas y de limpiar toda la casa.

Los chicos decidieron salir a comprar cosas para almorzar, ya que eran la una de la tarde.

Ahora estoy con las chicas en mi habitación poniendo a Fiona al día con todo lo que sucedió en su ausencia.

—Me gusta estar con Max, pero solo somos amigos y admito que nos besamos pero solo son solo eso, besos—dije terminado de explicar.

Las chicas permanecían calladas mirándome.

Apreté a Hemmo contra mí, la mirada que me dió Fiona no me gusto para nada.

—¿Jesse? ¿qué sucedió? pensé que ustedes tenían algo.

Ciara y Marleen se miraron entre ellas.

Brea me arrebato de mis brazos a Hemmo.

Seguramente vio que corría en peligro conmigo en estos momentos.

—A veces las cosas no son siempre lo que aparentan—acotó esta última—ellos tenían algo que al parecer quedo en el campamento.

—Él no está aquí—siguió Ciara—pero Max sí, es muy lindo con ella, seguramente más adelante serán pareja, una grandiosa, por cierto.

Fruncí el ceño pero no dije nada.

—No conozco a Jesse—dijo mi prima—pero todos en algún momento tenemos el derecho de seguir con nuestras vidas y ella lo está haciendo.

—Tengo que seguir con mi vida, no voy a esperarlo por siempre.

Fiona suspiró.

—Bueno, si te hace feliz eso es lo que importa ¿no?

—Además no ha dado señales de vida durante tanto tiempo—Marleen miró fijamente la carta de Jesse que, sin ninguna razón aparente, seguía en mi mesa de luz.

Tenía que tirarla.

O guardarlo.

Sacudió su cabeza.

—Bah que digo, ninguno de los hermanitos lo ha hecho.

–Tal vez están en la Antártida salvando Pingüinos y por esa razón no pueden comunicarse con nosotros—habló Ciara muy segura. Seguramente vió nuestras caras por lo que agregó—Esta bien, no creo que estén haciendo eso, no encuentro una justificación.

Un Verano Desastroso [#CG2]Where stories live. Discover now