Capítulo 32: "Mejores Amigas"

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"—Es una noche muy fría—dijo una voz a su espalda mientras la mujer seguía observando a su caballo "Champion" desde la puerta—. No debería estar aquí Señorita Sinclair.

—¿Crees que logre sobrevivir? —preguntó ella con la voz apagada al ver a su caballo favorito sufrir.

—La vista estaba muy mal unos meses atrás, y estaba deteriorándose poco a poco. Lamentablemente todo ha venido cuesta abajo para él en estos últimos meses.

—¿Ha venido algún veterinario de la ciudad? —dijo Rachel girándose y encontrándose con los ojos verdes taciturnos y tiernos de Pierre.

—Yo me encargo de los animales señorita—dijo Pierre quitándose su sombrero y viéndola tímidamente.

—Me refiero a un veterinario titulado—dijo Rachel sonriendo.

—Pues está frente a uno—contestó Pierre sorprendiéndola—. Dr. Pierre M. Jenkins a su servicio.

Rachel lo miro y una suave sonrisa apareció en su rostro que Pierre correspondió tímidamente. Últimamente estaba aprendiendo muchas cosas de ese tierno y educado vaquero. Un vaquero que era un doctor. La sonrisa de Rachel era autentica. Pierre era sin duda el hombre perfecto".

                                                                Amanecer en Vancouver escrito por Camila Cabello.

I remember tears streaming down your face
When I said, "I'll never let you go"
When all those shadows almost killed your light
I remember you said, "Don't leave me here alone"
But all that's dead and gone and passed tonight

Just close your eyes
The sun is going down
You'll be alright
No one can hurt you now
Come morning light
You and I'll be safe and sound

Don't you dare look out your window darling
Everything's on fire
The war outside our door keeps raging on
Hold onto this lullaby
Even when the music's gone
Gone

Just close your eyes
The sun is going down
You'll be alright
No one can hurt you now
Come morning light
You and I'll be safe and sound

Just close your eyes
You'll be alright
Come morning light,
You and I'll be safe and sound...

Lauren sintió las lágrimas correr mientras la música poco a poco se iba apagando en su estudio y dejaba de tocar. Eran las tres de la mañana. Camila había salido por esa puerta casi una hora atrás y Lauren no la había seguido. El dolor en su corazón era grande, mientras sus ojos se dirigían a "Padd" el osito que estaba sentado en el lugar donde ella colocaba sus partituras. La soledad la estaba matando. El hecho de no poder hablar, de no poder decir nada le estaba comiendo el alma.

Camila no le había dado oportunidad de explicarse. Ella simplemente se había dejado guiar por sus emociones y celos y la había dejado de pie en medio de una habitación sin derecho a decir absolutamente nada. Ella había huido de lo que pasaba y Lauren hasta cierto punto la entendía. Pero también sufría por ella.

¿Acaso pensaba Camila que ella no moría de celos? Lauren muchas veces había tenido que contenerse para no entrar en la habitación y sacar a Camila para tenerla en su pequeña cabaña por siempre. Solo imaginarse a ese estúpido acariciándola la volvía loca. Pero sabía que debía controlarse. Lo sabía porque no podía hacer otra cosa. Su relación era simplemente pasajera y ambas lo sabían. No podía haber nada más. Lastimosamente no era algo que se pudiera explicar tan fácil al corazón. Había muchos sentimientos involucrados y era por eso que Lauren había decidido no seguir a Camila.

Quizás lo mejor sería pensar las cosas con más calma. No dejarse llevar por las emociones. Y sobre todo no enamorarse. Lauren jamás había sido de las personas que creyera en un amor de esos que hablan los libros. Por lo menos no eran cosas que le pasaran a ella, pero con Camila. Ella hacia que las cosas se sintieran diferentes y a Lauren la asustaba. La asustaba porque sabía que jamás podrían corresponderse la una a la otra.

Amanecer en Vancouver (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora