Capítulo 5

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El sol ya se había puesto y yo seguía anonadada con lo que había pasado la noche anterior, no me podía creer que Nate, probablemente el vampiro que más odia a los humanos haya accedido a conocer a uno. Aunque seguramente el también lo había olido y estaba de acuerdo conmigo en que no era del todo humano... De repente sonó el timbre de la casa sacándome de golpe de mis pensamientos y haciéndome caer de la viga del susto. Me levanté del suelo de un salto y me dispuse a abrir, cuando a mi lado pasó una sombra llegando antes que yo a la puerta y abriéndola, Marta, como no. Nada mas abrir la puerta Nate asomó la cabeza y a continuación deslizó todo su cuerpo adentrándose en la casa. 

-Bueno que, ¿nos vamos? ¿o tienes pensado dejar plantado al mundano ese?- Preguntó con sorna mientras sonreía de lado.

-Ja ja ja, te creerás gracioso y todo- Respondí imitándole, sacando mi mejor sonrisa burlona.

-Por supuesto- dijo de forma egocéntrica.

-Anda vamos don egocéntrico.

-¿Yo, egocéntrico? ¿Desde cuando?- dijo riéndose a la vez que cerraba la puerta detrás suya. 

Después de toda esta charla ridícula, porque ha sido totalmente ridícula, emprendimos el vuelo hacia la explanada. Al llegar Nate  se sentó en la rama más baja de su árbol mientras yo me senté en la mas baja del mío. Aún quedaba un cuarto de hora para que llegara As y si digo la verdad tenía miedo de que no apareciese, me había parecido un chico de lo mas agradable y me gustaría volver a conversar con él.

-¡¡¡¡¡¡Teeeess!!!!!!- joder, Nate tenía una manía de gritar por que sí que no me gustaba nada, conseguía asustarme siempre.

- ¿Qué quieres? Me has asustado imbécil- le espeté enfadada. 

- Nada, simplemente te veía demasiado pensativa y eso es raro en ti.

-Sí, bueno, simplemente pensaba. 

Y justo en ese momento, salvándome de tener que darle cualquier explicación a Nate sobre por que estaba tan pensativa, percibí aquel peculiar olor, Nate también pareció percibirlo porque se me quedó mirando con una expresión interrogativa en el semblante. 

-Tenías razón no tiene pinta de ser tan humano por como huele - esto es lo primero que me comunicó Nate nada mas verlo aparecer de entre los árboles 

- Te lo dije -  le respondí a la vez que le indicaba con la mano que no hiciera ruido y que viniera hacia mí. 

Así lo hizo se acercó a mi desde su árbol hasta el mio con cuidado de no hacer ruido y no llamar la atención de TobÍas, los dos bajamos de la rama del árbol con cuidado. una vez abajo nos acercamos andando de forma normal hasta la explanada .

-Hola As - no cambié mi tono, seguía siendo el de ayer, cansado y aburrido, lo que pareció hacerle gracia a As. Eso o que realmente le llame As como le había dicho que le iba a llamar 

- Hola Tess - dijo después de reírse, a continuación se quedó mirando a Nate

- As, este es Nate, mi mejor amigo - me apresuré a presentarlos - Nate, este es Tobias 

- Encantado - le dijo con una sonrisa Tobías ofreciéndole la mano a modo de saludo a lo que Nate la cogió a regañadientes 

- Lo mismo digo - le respondió Nate con una sonrisa totalmente fingida - y una cosa- dijo acercándose a As, yo me quedé extrañada ya que Nate no le gusta el contacto mundano y estaba susurrándole algo al oído a Tobías. Por mucho que afinaba el oído no lograba escuchar lo que Nate le decía a As, ademas Nate me estaba bloqueando el acceso a su mente.


**habla Nate**

No estaba dispuesto a que un mundano enamorara  Tess. Sabía que no era fácil enamorarla, que me lo digan a mi, pero también sabía que a Tess le llamaba mucho la atención todo lo extraño y este chico lo era.

-Te advierto chaval, a Tess no le toques un pelo ni le insinúes nada, ya bastante es que no te mato por ser su amigo- esto, en verdad, no tenía sentido, no iba matar a nadie, pero odiaba a los mundanos y, además, me encantaba asustarlos.

- Tranquilízate, no pienso hacerle daño y mucho menos insinuarle nada, acabo de conocerla y me agrada nada mas- me respondió en un leve susurro y con una clara mueca de miedo en su rostro. Fue divertido.

- Más te vale, porque te puedo asegurar que tengo mucha fuerza y no me importa usarla- si lo admito esa frase me quedó muy de película mala pero no quería que la tocase y este chico ya me desagradaba mucho por el hecho de ser un estúpido humano, aunque si es verdad que no lo parecía del todo, tenía los ojos rojos como nosotros y un olor peculiar que no parecía para nada al de un mundano normal. Lo iba a tener vigilado y pensaba averiguar que era exactamente.









Lo que nunca sabrás (editando)On viuen les histories. Descobreix ara