Capítulo 2: Suceso inesperado

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Después de la última clase en la universidad, salgo del salón de clases y me dirijo a las escaleras, pero hay tanta gente que casi se me hace imposible avanzar.

Cuando voy bajando las escaleras siento unas manos que me empujan hacia bajo, caigo de bruces contra el piso, apoyo mis manos en el piso para no golpearme el rostro.

Me incorporó rápidamente, ya casi no hay nadie y los pocos alumnos que hay pasan como si nada hubiese pasado, acomodo mi blusa ya que está un poco estrujada, pero me doy cuenta que cuando apoyo mi pie derecho en el piso me duele así que tengo que ir cojeando porque parece que me he facturado el tobillo.

Cuando logro llegar al coche, lo abro me subo, lo enciendo y me pongo en marcha a casa.

***

Estoy de camino a casa siento como el coche se agita un poco y se apaga, observo el panel que está en frente mío y veo que no es por combustible-ni modo-, digo para mí misma mientras saco mi móvil del bolsillo.

-Lo que me faltaba ahora me quede sin batería. - Digo otra vez para mí misma, veo el cielo y parece que va a llover porque se está nublando un poco, tomo mi moral y me bajo del coche comienzo a caminar como puedo, tal vez alguien me pueda ayudar pues todavía estoy muy lejos de casa.

Creo que tengo 2 horas caminando y creo que no he avanzado mucho, pues mi pie derecho no me ayuda mucho que digamos la lluvia ha empezado a caer y estoy empapada, tengo frío y mi pie derecho me duele mucho.

Encuentro un parque y me siento en una banca, coloco mi moral en un extremo y como puedo me recuesto cuidando de no lastimar mi pie, ya ha empezado a anochecer y la lluvia ha cesado un poco, sin darme cuenta me pesan los párpados y me voy quedando dormida.

***

Siento una mano que me agita un poco. Poco a poco voy abriendo mis ojos, paso las manos por los párpados estrujado los un poco  para acostumbrarme a la luz y cuando miro alrededor ya es completamente de noche.

El parque está alumbrado por unos cuantos faroles y ya casi no hay personas.

Me incorporo como puedo, pero sin querer me lastimo el pie, hago una mueca de dolor mientras alzó la vista para ver quien me ha despertado.

-Hola. -Me dice un hombre como de 30 años, pero no estoy segura pues no logro divisar bien su rostro por la poca luz.

-Hola, ¿Quién es usted? -Le pregunto un poco confundida.

-Soy David Córdoba, pasaba por aquí y te encontré en esta banca dormida, ¿no crees que es un lugar un poco incómodo para dormir? -Me pregunta en tono sarcástico.

-Lo sé, pero es que tuve un percance con mi coche, me acosté en esta banca por qué estaba cansada de caminar y como puedes ver tengo un pie lastimado. -Le digo mientras él se sienta a mi lado.

-Si me permites te puedo ayudar -Me dice mientras se quita su chaqueta-. Mira tú estás toda mojada y además ya es tarde para que te quedes durmiendo en este lugar. -Me dice mientras me coloca su chaqueta.

- ¿Qué hora es? -Le pregunto mientras acepto su chaqueta.

-Las ocho y veinte minutos.

-Se lo agradecería en el alma. -Le digo mientras tomo mi moral y me levanto.

Él se percata de que no puedo caminar y sin pensarlo dos veces me carga, gimo por la sorpresa. -Mejor. -Dice mientras sonríe. Me sujeto bien de su cuello para no caer, acerco mi cara a su cuello para apoyarme mejor y mis fosas nasales se llenan del olor de su colonia, huele a hombre limpio.

Cuando llegamos a su coche me baja con cuidado y me abre la puerta del copiloto, subo con cuidado él me sonríe y cierra la puerta, rodea el coche y se sube en el asiento del conductor enciende el auto y nos ponemos en marcha, poco a poco me voy acomodando y sin darme cuenta me quedo dormida.

Narra David:

Cuando me introduzco en el trafico observo un momento a la joven que está a mi lado dándome cuenta cuenta que se ha quedado dormida, se ve tan despreocupada, tan dulce e inocente con su pelo castaño mojado y un poco alborotado. Está en posición fetal con sus manos bajo su cabeza, me da pena despertarla porque se ve tan cómoda, así que sin otro remedio me dirijo a mi apartamento.

Cuando llegamos al edificio estaciono el coche en la cochera, bajo del coche doy la vuelta rápidamente, abro la puerta del copiloto, y me encuentro con ella todavía dormida, le acomodo bien la chaqueta y luego la tomo entre mis brazos fácilmente, ella se remueve un poco incomoda mientras yo me dirijo al ascensor, con una maniobra casi imposible presiono el botón para llamar y espero, cuando se abren las puertas me introduzco con cuidado de no lastimarla y presiono el código de mi piso.

Se abren las puertas ya en mi piso salgo del ascensor con cuidado atravieso el recibidor con paso rápido dirigiendo me a las escaleras, subo despacio con cuidado de no lastimar su pie y me dirijo a mi cuarto.

Ya en mi cuarto la recuesto con cuidado en la cama le quito su moral y lo coloco en la mesilla de noche, luego le acomodo en la almohada y me dirijo al armario busco algunas mantas limpias, y regreso, le quito sus bailarinas la del pie derecho con cuidado de no lastimarla, y observo que está un poco hinchado, paso mi mano por el pie izquierdo y siento su suavidad, su delicadeza son perfectos, ella se remueve y me apresuro a retirar mi mano.

Me dirijo a su cara, y me fijo en su piel, es tan blanca como el algodón y se ve tan suave como la de un bebé, me fijo en sus labios, los tiene casi abiertos, son de un tono rosado y se ven tan carnosos tan deseables.

Le acomodo bien con la manta e inevitablemente me agacho y le doy un beso en su mejilla, mis fosas nasales se impregnan de su olor a mujer, huele delicioso, me alejo salgo del cuarto y cierro la puerta con cuidado.

Paso el corredor, bajo las escaleras y me dirijo a la cocina, allí preparo un café y luego me dirijo a mi estudio todavía tengo algunos correos electrónicos pendientes.

Después de una hora trabajando decido ir a descansar, salgo del estudio voy a la cocina y dejo la taza en el lava vajillas, me encamino a las escaleras con paso rápido, subo y me dirijo al cuarto de huéspedes me siento en la cama, me quito los zapatos la corbata me recuesto y cierro los ojos.

***

Llevó una hora tratando de conciliar el sueño pero no lo consigo por más que intente, esa persona que esta plácidamente dormida en mi cuarto no me deja.

Sus recuerdos me invaden su olor, sus labios, su piel todo es como si estuviese hechizado, de repente me acuerdo que no se su nombre ni nada de ella, y miles de preguntas llegan a mi cabeza.

¿Su nombre será tan hermoso como ella?, ¿Tendrá familia?, ¿Cuántos años tiene?, ¿A qué se dedicara? ¿Cuál será su pasa tiempo favorito?...

Después de lo que me parece una eternidad cierro mis ojos y logro conciliar el sueño.

Espero les guste, al principio del cap hay una imagen del apartamento de David besos.

Amor Por Accidente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora