Capítulo 36

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Ya pasada algunas semanas desde que Lauren había regresado a casa, comenzó las fisioterapias que rápidamente le daban la seguridad de usar sus muletas y caminar más libre por la casa. También comenzó algunos proyectos que había dejado en el trabajo desde la casa y tomando las medidas necesarios estaba disponiendo regresar a la oficina la próxima semana y comenzar a trabajar desde allá, aunque el trabajo iría de la mano con el progreso de su recuperación sentía que necesitaba regresar totalmente y recuperar día con día lo que era su vida. Aunque sin duda muchas cosas habían cambiado, no solo una cicatriz dejada por un accidente al cual sobrevivió; sino también el agradecimiento de una nueva oportunidad la cual quería aprovechar como nunca, la seguridad indudable de tener personas que la quieren y la necesitan en sus vidas y poder, por primera vez en su vida, sentirse repleta porque amaba y era correspondida con la misma intensidad. Lo había comprendido, pudo querer huir de cualquier estúpida manera, pero no podría escapar de la mujer que amaba con todo el corazón.

Desde aquella noche que regresó a casa Camila dormía en sus brazos y aunque nada bajo aquellas frazadas había ido más allá de unos besos, unas caricias y unos roces, para Lauren era la gloria divina despertar cada mañana a su lado, aunque no podía evitar que todo su cuerpo se estremeciera como hoja al viento con la sola cercanía de Camila; la verdad sin duda era que estaba muriendo de deseo por ella, pero mientras no se recuperara totalmente debería comportarse irremediablemente.

- Lauren tu mamá al teléfono. - se acercó dinah alcanzándole el teléfono.

- Ya me voy a la Universidad, regresaré un poco tarde porque tengo examen, así que esta noche Camila y tú tienen la casa para ustedes y hacer fresquerías. - le sonrió mientras caminaba fuera del estudio.

Lauren colocó el teléfono en su oído y logró escuchar. - Mmmm, ¿qué es eso de hacer fresquerías?

Lauren sintió que mucho calor se concentró en su rostro. - Mamá solo son cosas de dinah, ya sabes...

- Porqué lo se preguntó hija querida. Espero que no estés haciendo ningún tipo de esfuerzo sobre humano, que eso te retrasaría tu recuperación. - comentó con seriedad clara.

- No Mamá, lo estoy haciendo bien, nada de esfuerzos sobre humanos.

- Ya después tendrás muuuuuchooooooo tiempo de hacerle el amor a Camila.

- Mamaaaaaaa, por Dios Santo.

- Vamos Lauren , tampoco es que no sepa las cosas que hacen dos personas que se gustan, se desean y se aman. Perdóname hija, pero el método es el mismo, aunque la ecuación sea distinta. - afirmó con tono divertido.

Lauren se mantuvo en silencio porque lo cierto es que estaba bastante avergonzada con los comentarios de su mamá.

- Ese silencio me confirma que debes estar roja de la vergüenza en este preciso momento, eres tan dulce hija. - rio lauren sin parar.

- Ayy Mami...

- Ya hija, solo bromeo, si yo soy la más feliz de que hayas encontrado a esa persona por la que has esperado tanto y más feliz aun de que esa persona sea mila. Se ven tan hermosas juntas.

- Gracias Mamá. - respondió Lauren aún sonrojada.

- ¿Y cómo estás?

- Estoy muy bien, estoy terminando unos planos para enviarlos mañana con Camila; eso me hace sentir muy bien y bastante útil.

- Eso me encanta hija. ¿Hiciste la terapia hoy?

- Si Mamá, ¿y qué tal tu viaje?

- Increíble, maravilloso, todo es tan espectacular...

La vida Es un Paso A La vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora