Capítulo 6: Asia

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Sonó el timbre justo a la hora que habíamos acordado ayer de noche, sí que son puntuales. A pesar de habernos quedado hablando por skype hasta las tres de la mañana, yo me sentía como nueva. El dormir poco me hace bien, justo al contrario que los demás, otra cosa que me hacia diferente. Ayer de noche decidí todo lo que iba a llevar, y los cuatro elegimos nuestra mochila favorita para mi primer día de clases: la de los Simpson.

Le grité a mamá que me iba justo cuando estaba atravesando la puerta.

-Más vale que te consigas una amiga, porque si no el maquillaje te va a estar esperando! Te quiero- me gritó, y luego agregó- y que la suerte este siempre de tu lado!

Habíamos visto diez veces la película de los Juegos del Hambre, y hasta nos habíamos aprendido los diálogos. Mi madre se hace odiar, pero a veces es buena.

Destrabe todas las trancas para la seguridad que había puesto mi madre en la puerta de entrada, y eso me llevo como un minuto. Luego del robo que habíamos pasado el año pasado, donde mi padre falleció, decidió ser más precavida. Mucho más precavida, casi exagerando, pero de cierta manera me siento mucho mas protegida.

Finalmente abrí la puerta, y allí se encontraban, bajo la sombra del manzano de la vereda de enfrente,  los mejores tres idiotas que pueden existir en la vida entera. ¿Qué haría sin ellos? Cada uno vestía a su propio estilo, todos diferentes, pero a la vez iguales, Ginshi más hippie, Fede más hip hop, y Seba llevando un estilo más formal, porque él siempre tenía la esperanza de conseguir al amor de su vida, a su princesa en cualquier momento. A pesar de ser un conquistador él creía en el destino y en el amor eterno, yo creía más en la espontaneidad.

-¿Lista chinita para hacer amigas?- me gritó Seba desde lejos, simultáneamente lanzándome una de esas sonrisas que lo caracterizaban. Sin duda el quería conocer a mis amigas tan pronto como pudiera hacer una.

Con amigos como ellos ¿para qué quiero más? Si, ya sé que todos debemos tener a alguien para contarle nuestros secretos más íntimos, pero eso no me preocupaba ahora. Las mujeres no hacen más que criticarse unas a otras, esconderse secretos, robarse los novios entre ellas. Sé que en mi caso, podría pasar lo mismo con mis amigos, pero ellos nunca me harían algo así si saben que alguien me gusta realmente. Ellos si son amigos.

-Empezar las clases la semana que viene tiene sus cosas positivas, ser dos años más grandes que nuestra pequeña chinita también tiene su lado bueno, lastima que vamos a empezar a trabajar antes que vos, eso si no es nada positivo – pensó en voz alta Fede, mientras caminábamos hacia el liceo.

-No hay que  apurarse, hay que darle tiempo al tiempo, vivir el momento – agregó Ginshi casi en todo filosófico, tirando lo poco de cigarrillo que le quedaba al piso.

-Chicos, les tengo que proponer algo serio, quedan tres cuadras, y me da vergüenza que me vean con ustedes así que...- les dije. Sus caras cambiaron repentinamente, cuando eche a correr - ¡el que pierde la carrera paga el almuerzo de todos!

Corrimos durante las tres cuadras que nos separaban del liceo, y por suerte no fui la ultima, no tenía mucho dinero y a la hora de comer, somos unas bestias. Fede fue el último en llegar, y el primero en darme un abrazo y desearme suerte.

-Entramos con vos, te vamos a estar esperando en la cancha de basquetbol pequeña, cuando suene el timbre te venís corriendo,  y si es con alguna amiga mejor – Seba me guiñó el ojo. Nunca va a cambiar.

¿Y por qué no?Where stories live. Discover now