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Encontrarte

No era la primera vez que asistía a una de aquellas fiestas de su preciado amigo, pero como siempre le ocurría terminaba enojado bebiendo solo en un rincón cuestionándose para que acepto ir. Tampoco sería la última vez que iría puesto que si no aparecía en aquella reunión Isabel y Farlan lo buscarían de los pelos para obligarlo a socializar.

Un sábado por mes ellos realizaban una pequeña y ruidosa reunión en su casa, a las afueras de la ciudad. La pareja siempre buscaba una excusa, aunque pareciera imposible, para poder emborracharse hasta el amanecer.

< Como si se necesitara una razón > pensó el muchacho levemente molesto mientras le daba otro sorbo a su vaso. No estaba seguro de cuanto alcohol había tomado, pero tampoco le importaba. Se encontraba acostumbrado a beber hasta el cansancio, además de que le gustaba estar solo sentado en la barra y apartado de todas aquellas femeninas ruidosas que querían su atención.

Oh, ese era un gran detalle de las fiestas que realizaban Isabel Magnolia junto a Farlan Church: la intención oculta era buscarle una pareja a su amargado amigo... El susodicho era un hombre no muy alto pero de cuerpo bien formado debido a su arduo trabajo; su cabello azabache lo lleva corto y liso, manteniendo rapadas las sienes y la nuca. Sus ojos eran pequeños, finos y de color gris.

Esa noche, Levi Ackerman vestía una camisa bordo manga larga, la cual le ajustaba sus brazos y tenía los primeros dos botones desabrochados. Además de que usaba un pantalón negro y unas zapatillas del mismo tono.

Levi nunca entendía la necesidad de que continuamente le buscaran una mujer, como si él las necesitara para otra cosa que no fuera sexualmente. Pero, lejos de entenderlo, sus amigos de la infancia Isabel y Farlan continuamente lo forzaban a citas dobles para que encuentre al amor de su vida.

-Absurdo -menciono en voz alta, liberando uno de sus pensamientos, con aquella voz ronca y seca que lo caracterizaba. El muchacho notó como muchos gritos se escuchaban desde la sala de estar, además de que al instante subieron el volumen de la música. Levi frunció el ceño al darse cuenta de que a pesar de ser las tres de la mañana todos aquellos presentes en la fiesta actuaban como si de las nueve de la noche se tratase.

El azabache se puso de pie, agarrándose la cabeza por una leve jaqueca, y se encamino hasta la escalera en la mitad de la sala.

La única regla que tenían Farlan junto a Isabel era que no podían subir los invitados al segundo piso donde se encontraban las habitaciones puesto que la muchacha no quería que nadie utilizara su cama para hacer cosas extrañas y sucias.

-¡Levi-aniki! -lo llamó una voz tierna y chillona haciendo que él se volteé. Se trataba de ella, su amiga incondicional desde la infancia, una mujer que era levemente más baja que él, de cabello corto y atado de un tono pelirrojo además de que contaba con unos hermosos ojos verdes que llamaban la atención de cualquiera. La muchacha sonrió al verlo mientras subió unos escalones para tomarlo de la muñeca. Ella vestía un vestido de color naranja el cual era manga larga y ajustado en la zona de los bustos lo que permitía marcar su pequeña cintura y luego era suelto con una falda estilo campana.

-¿Qué sucede, Isabel? -cuestiono mientras no se movía de su lugar a pesar de que ella insistiera apretando el agarre.

La pelirroja bufó para luego cruzarse de brazos.

-¿Qué haces, aniki-baka?

Levi levantó una ceja mirándola fijamente por lo que le había dicho, y al instante negó levemente con la cabeza para después acariciarle tiernamente el cabello a la muchacha. Y, aunque ella lo llevaba atado en dos pequeñas coletas de forma arreglada, no se quejó porque Levi la despeinara en esa muestra de cariño.

Sombras del pasado [Rivetra]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora