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CAPITULO 4: BIPOLARIDAD

Claro, si Danielle Moon lo tropieza, se convierte en su peor enemiga. Si Danielle Abbadie lo tropieza, le regala una sonrisa y le pide disculpas. Como se nota que a este chico le importa solo el físico.

-Me llamo Danielle Abbadie -dije y respire fuertemente al ver como su expresión se tornaba confundida. Ayyy y ¿si me descubre? ¡Se arruinara todo! DEBI DECIRLE OTRO NOMBRE.

-Wow, definitivamente las Danielle me persiguen -solté todo el aire que había inhalado y sonreí aliviada.

-¿A si? Pues las Danielle somos las mejores -reí y el me imito.

-Te creeré el día en que Danielle Moon se cambie el nombre.

-¿Danielle Moon? -pregunte haciéndome la desentendida.

-Es una chica de mi colegio, es muy rara, un día me grita y me llena de comida y al otro actúa como si fuera incapaz de tratar a alguien mal -¡Oh vamos Elliot, no soy tan bipolar! O talvez ¿sí? -. Pero no importa ahorita Moon. ¿Quieres ir conmigo a comer un helado? -Sonrió coquetamente.

¡Hey! Ya va, STOP. ¿Acaso Elliot Hamillton me estaba coqueteando? ¿Qué? ¿Acaso no se da cuenta que soy la misma chica a la que le ha dicho fea, plana, etc.? Suspire y lo vi a los ojos, que ojos tan hermosos.

-Me encantaría. -¿En serio dije eso?, Danielle ¿Qué pasa? Estas echando toda la misión a la basura. Definitivamente esta ha sido la peor misión en la que he estado. No sé dónde deje a la Danielle profesional de siempre. Pero... bah, un helado no le hace mal a nadie. Nos pusimos en camino a la heladería, hablando de cualquier cosa. El idiota de Elliot era muy agradable conmigo. Ojala fuera igual de agradable con Danielle Moon, me facilitaría todo. Llegamos a la heladería y el me brindo, como todo un caballero.

-Y dime, ¿Tienes novio? -pregunte y lo vi fijamente, sonreí coquetamente.

-Pues no, no tengo. ¿Y tú? - el sonrió y yo como un poco de mi helado.

-No, no tengo -y el comió un poco de su helado, era de chocolate. Quien iba a pensar que el gran Elliot Hamillton no tenía novia, con lo malditamente sexi que era. Pero claro, se me olvidaba que era un mujeriego de primera. ¿Para qué tener una novia, si puedes tener miles de chicas alrededor tuyo? -¿Tu helado esta rico?

-Sí, ¿Quieres probarlo? -el asintió con la cabeza y se acercó a mí-. Toma -le dije agarrando con la cucharita, un poco del helado acercándoselo.

-Gracias, pero no quiero probarlo de ahí. Quiero probarlo de aquí -dijo pasando la yema de su dedo pulgar por mi boca, la cual me había manchado con un poco de helado sin querer.

Iba a decir algo, pero me quede callada cuando vi que él se acercaba peligrosamente a mi cara, nuestras narices se rozaron, podía sentir su pausada respiración. Él se acercó un poco más a mí y finalmente junto nuestros labios. Nunca me había sentido como en este momento. En mi vida había dado muchos besos, pero no sé porque, este era más especial que cualquier otro. Puso su mano en mi cuello, intensificando más el beso, su lengua entro en mi boca y empezó a jugar con la mía. Finalmente nos separamos por falte de aire-. Si, definitivamente tu helado sabe muy bien -sonrió.

-¿Sueles besar a las chicas en la primera cita? -pregunte.

-¿Entonces consideras que esto fue una cita? -sonrió.

-Emm, yo me tengo que ir, hasta luego -agarre mi bolso y me levante, ese beso nunca debió ocurrir.

-Espera, dame tu teléfono por lo menos.

-No, yo... lo siento, de verdad me tengo que ir -corrí hasta la puerta y cuando estuve a punto de salir, el agarro mi brazo y me hizo girar para verlo fijamente a los ojos.

AGENTE ESPECIAL -TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora