¿Simple Ladrón? [Nicudy]

Capitulo 10

El despertador sonó por quinta vez, con fastidio la pequeña coneja lo apagó de un golpe. Judy no tuvo ninguna excusa para volver a faltar, así que se alistó y se dirigió algo agotada a la comisaría.

Al llegar ahí vio a su amigo, el cual la esperaba con gran emoción.

— ¡Judy! Pensé que no ibas a venir hoy.... ¿Qué te pasa, Judy? — dijo mientras miraba de arriba a abajo a la coneja.

— ¿Huh? Estoy bien no me pasa nada — finge una sonrisa.

— No, no estas bien, tu siempre estas animada, y mírate ahora estas completamente mal. Tienes los ojos... Rojos... Judy,¿has estado llorando? — preguntó preocupado.

— ¿Q-Qué? ¡claro que no! — se ríe. — Toda esta muy bien, ¿por qué debería llorar?

— Judy, lloraste, ¿verdad?

Baja la mirada.

— ¿Qué tienes?

— E-Es que... Ayer oí a N-Nick hablar con Finnick, y estaba diciendo algo sobre una chica. Decía que era irritante, le había mentido, y que no quiere estar a su lado. Las cosas que él dijo... Encajaban conmigo.

— Eso es lo contrario de todo lo que te dijo...

— Pero mencionaron algo de mentir...

— Si la mentira fuera verdad entonces, ¿por que Nick te habría dicho que te quiere a su lado y que eres importante para él? — se preguntó el felino.

— Y-Yo... ¿Y-Ya no se que hacer! E-Esto me esta volviendo completamente loca...

La mirada seria de Judy se convirtió en una que estaba a punto de soltar un río de lágrimas.

— N-No puedo seguir con esto...

— Oh, Judy... Ven acá — abre los brazos.

Al acercarse, el minino la abraza. — Todo estará bien... Tienes todo mi apoyo.

— ¿P-Por qué haces esto?.... ¿P-Por qué me apoyas al estar enamorada de otra especie diferente?

— Porque se lo que sientes, eso no tiene nada de malo. Mi caso esta un poco peor, ya que la hembra que amo ni siquiera sabe de mi existencia, además, que ella es presa y yo depredador...

— Hablas de Gazelle, ¿verdad?

— ¡Pues claro! — le sonríe.

Se seca las lagrimas. — C-Creo que ya me tengo que ir... — se separa. — De nuevo, muchas gracias, Benjamin... No sé qué haría sin ti — sonríe y se sale de la comisaría.

— Oh, los conejos sí que son sentimentales — dice con cálida voz y empieza a comerse una dona.

[...]

— Oficial Hopps que bueno que llega, me dio un terrible susto cuando usted salió de aquí sin aviso alguno — dijo la amable secretaria.

— Lamento haberme retirado ayer de esa manera.

— Cambiando de tema, como usted sabe, mañana es la liberación del prisionero que usted cuida, sus papeles ya están listos, así que... — agarra una carpeta. — Adentro están los agradecimientos por haber colaborado y también contiene su paga — se lo entrega.