No seas estúpido, ella es lo único que puedes tener en tu vida de mierda Caín.

– A la mierda mi vida, puedo continuarla sin una mujer a mi lado.

Caín, no seas tonto –Habló calmado, escuché otras voces detrás del teléfono que le decían que debía colgar. –Bien, debo irme. Piensa las cosas que harás desde ahora en adelante, estás libre Caín, se fuerte Colgó.

Llegué al departamento con un fuerte dolor en mi pierna, en la herida. Me saqué el short que llevaba puesto y me tendí en la cama, todo estaba mal. Decidí no hablar con nadie, no quería escuchar los "Sabíamos que esto pasaría algún día" "No culpes a Cailín", etc.

Nadie me siguió molestando. Por un momento pensé que las personas que trabajaban para Mark o el cabecilla después de él me llamarían para que siguiera entregando droga, pero no fue así.

Pasó una semana en donde no hablé ni vi a Cailín, la extrañaba, pero pensar en que Darell estaba en la cárcel, automáticamente me hacía mantener un rechazo con ella. Fui al médico una semana después del incidente tal como me lo había dicho el doctor. Me tomaron algunas radiografías, me curaron nuevamente y ya parecía estar cerrada la herida.

– Tienes una rápida regeneración de tu piel –Dijo el doctor, quien era el mismo que me había visto la otra noche. –Puedes comenzar a entrenar, pero te recomiendo que no te sobre exijas porque la herida puede abrirse internamente y no queremos esto ¿Bien?

– Está bien –Acepté finalmente.

Llame a Anthony para decirle que todo estaba bien, que podía comenzar a entrenar cualquier día, pero que no me podía sobre explotar porque mi herida todavía estaba algo débil, él aceptó. El sábado y domingo estuve entrenando lo que más pude, pero el lunes era hora de volver a la realidad. De enfrentar a Cailín y su impetuosa personalidad.

Llegué a mi primera clase que exactamente me tocaba con ella, me senté al final sin mirar a nadie, sentí su mirada recorrerme, pero la ignoré. Cuando salimos de la primera clase, me dirigí a la cafetería sin esperarla, me dolía actuar así, pero en realidad acabaría de raíz. Me senté junto a Jaxon y luego de un rato llegó Annie junto a Cailín, las miré. Cailín tenía sus ojos hinchados como si hubiese estado llorando toda la noche o todas las noches en realidad.

– ¿Cómo estás con la noticia, Caín? –Me preguntó Jaxon.

– ¿Qué noticia? –Lo miré.

– La de tu padre, ya sabes.

– ¿Quién te contó?

– Las noticias vuelan –Se encogió de hombros.

El ambiente estaba tenso y yo me sentía aún más tenso.

– No basta con haber metido a la cárcel a mi padre, sino que ahora se lo debes decir a todos –Hablé sin pensar dirigiéndome directamente a Cailín, ella me observó molesta, pero se notaba tan destruida que no dijo nada.

– Te estás comportando como un imbécil –Se entrometió Annie mirándome. –Salió en la televisión por si no mal recuerdas, idiota –Annie miró a Jaxon quien la estaba mirando confundido.

– Bueno... Supongo que estoy bien –Ignoré a Annie y seguí la conversación con mi amigo – Es difícil, pero ¿Qué más da? Las cosas pasan cuando menos las esperas.

– Sabías que en cualquier momento tu padre podría haber entrado a la cárcel –Dijo Jaxon.

– Si, pero no fue necesario. Hay comentarios fuera de lugar que hacen actuar a las personas de una manera que sabes que van a perjudicarlas, eso pasó con mi padre –Respondí.

CAÍN © #1 EN LIBRERÍASWhere stories live. Discover now