Capítulo 53

271K 20.6K 9.9K
                                    

Esta historia está publicada en papel por el equipo Penguin Random House grupo editorial. Puedes encontrarlo en diferentes países (explicados en un capítulo especial) y también vía Amazon. 


Llegué a mi departamento aun shockeada, Dante se quedó mirándome estupefacto al verme pálida y encima llorando.

– ¿Qué paso?

– Dante –Me lancé a abrazarlo y él sólo me abrazó. –Darell está en prisión.

– ¿Qué? –Se separó de mí bruscamente.

– Fui a ver a Caín, todavía estaba enojado –Intenté explicarle. –Estaban dando las noticias en televisión y mostraron que Darell estaba en la cárcel por haber matado a Mark.

– No puede ser –Dante se removió inquieto y corrió a buscar su celular, marcó el número de Caín, pero no le contestó, entonces llamó a Jaxon. Estuvieron hablando un rato hasta que se despidieron. –Estoy muy sorprendido, no pudo haber sido tan fácil que Darell quedara en la cárcel –Opinó mi primo. – ¿Y por qué estás tan afectada?

– Al parecer Caín me ha culpado de todo –Bajé la voz y él negó con su cabeza bastante enojado.

– No puede ser tan egoísta, sólo estabas ayudándolo.

– Tal vez debería haber escuchado, no debería haberme metido en donde no me llamaron –Dije algo destruida, de verdad sentía que mi pecho estaba muy apretado, no soportaba ese dolor.

– Y tal vez ahora Caín estaría muerto –Recalcó mi primo. –Que se vaya a la mierda Cailín, se dará cuenta de todo lo estúpido que está siendo y volverá aquí.

Dante realmente parecía estar enojado, pero ¿Quién no lo estaría? Sólo la chica que le guste que la pisoteen cuando casi gritando te echan del departamento de la persona que amas.

Me senté en el sillón mirando la televisión que se encontraba apagada, no tenía idea de cómo reaccionar ahora.

--

CAÍN BENNET.

Mi mente daba vueltas, estaba asquerosamente molesto con ella. Si tan sólo hubiese cerrado su boca mi padre todavía estaría afuera. Salí casi siguiendo a Cailín de mi departamento, pero me dirigí al estacionamiento, tomé mi auto y mi primera dirección fue la comisaría, pero antes alguien me llamó, el semáforo estaba en rojo.

– ¿Hola? –Pregunté mirando el semáforo para que cambiara de color rápido.

Hola Caín, debes estar muy preocupado ahora –Esa era la voz de mi padre.

– ¿Por qué demonios salió en televisión que estás en prisión?

Porque lo estoy –Dijo tranquilamente. –Ahora me dieron la posibilidad de poder hablar contigo por teléfono, pero todo está bien.

– Pero ¿Qué pasó? Cuéntame –Insistí.

No puedo hablar ahora, pero luego te llamará mi abogado para decirte cuando son las visitas.

– Demonios –Escupí. –Tenías razón cuando decías que enamorarme sólo me jodería la vida, mira en donde estas ahora.

El semáforo dio verde y lo único que hice fue devolverme a casa.

No, Cailín no tiene la culpa de nada. No te confundas Caín, por favor.

– No la defiendas, maldita sea –Dije con rencor. –Se acabó papá, eres más importante tú que una puta relación. ¿Querían conocer a éste Caín? Pues se lo han buscado.

CAÍN © #1 EN LIBRERÍASWhere stories live. Discover now