Capítulo 26

491K 30.8K 6.5K
                                    

Esta historia está publicada en papel por el equipo Penguin Random House grupo editorial. Puedes encontrarlo en diferentes países (explicados en un capítulo especial) y también vía amazon. 

*

Volteé para no darle la espalda, su mirada se fijó en la mía por unos segundos.

– ¿Qué sucede? –Susurré.

– Quería saber si estabas despierto –Respondió inocente, lo que me hizo sonreír.

– Lo estoy.

Ella se quedó en silencio mirándome, me acomodé de espalda mirando el techo. Intenté cerrar los ojos y dormir, pero mi cabeza iba a explotar. Tenía muchas emociones dentro de mí y jamás me había sentido así. Quería abrazarla, sentirla cerca, pero algo me lo impedía y todavía no descifro que es.

– ¿Puedo abrazarte ésta noche? –Susurró. Abrí mis ojos aun sin creer lo que me estaba diciendo, mire el techo y luego a ella. Sus ojos estaban puestos en mí. Sentí mi corazón acelerarse unos segundos, con tan sólo esas palabras podía hacerme sentir débil. No dije nada, acomodé mi brazo izquierdo por debajo de su cuello y ella se apoyó en mi pecho. –Gracias –Susurró.

Estoy auto-destruyéndome. Sus ojos se cerraron y en unos segundos su respiración fue profunda y tranquila. Por mucho que intenté dormir, todos mis sentidos estaban alerta y no lograba cerrar mis ojos. Toda la habitación era ella, no sería un gran lugar si no fuera el lugar de Cailín. Es extraño cuando has visto a tantas personas sonreír y sólo una sonrisa te parece sincera e inocente. No puedo decir que he visto a miles de personas dormir porque de todas las chicas con las que he podido estar ninguna pasa la noche conmigo. Ella se va o yo me voy. ¿En qué me estoy convirtiendo?

CAILÍN TAYLOR.

Desperté con el sonido de la puerta de entrada. Abrí mis ojos lentamente percatándome de que Caín no estaba ahí. Algo dentro de mí se rompió otra vez, quisiera poder tener a Caín a mi lado. Así, tal como lo he dicho. Es tan contradictorio lo que siento justo ahora. Tal vez solo necesito a alguien que me de cariño o tal vez no. Cuando conocí a Caín fue hace catorce años, en donde él estaba obligado a asesinar a mi padre y cuando yo estaba destinada a vivir con mi tía. Catorce años después, su rostro me pareció tan conocido, familiar y extraño. Pero sus gestos lo delataron, su manera de mirar, sus ojos celestes y la manera tan desinteresada de ser me indicó quien era él, un asesino. Pero cuando ya ha pasado tanto tiempo, el rencor y el orgullo se van deteriorando. Mi madre me diría que no tuviera rencor ni odio nunca y mi padre me hubiese criado con mucha fortaleza emocional, por eso decidí hacer oídos sordos a mis sentimientos orgullosos y llenos de odio. En algún momento hay que liberarse de eso y seguir adelante dando vuelta la página o cambiando el libro drásticamente.

A pesar de que Caín no es un ángel, un hombre ideal ni tampoco el ejemplo a seguir de un niño, no me parece alguien malo. Cuando vivía con mi tía, el barrio no era de los mejores y aprendí a defenderme, quizá por eso a veces soy tan exagerada o alterada, así me crie. He visto a personas peores que Caín y que yo sepa, jamás le ha hecho algún daño a alguien sin que lo merezca o lo hayan obligado. Ya no quiero juzgarlo, tal vez Darell tuvo razón al decirme que la vida de Caín ha sido muy difícil y ya no quería más problemas para él.

Me gusta Caín, quizá más de lo que pensaba y no quiero que esto se siga intensificando porque sé que Caín cuando dice "Voy a destruirte" lo dice en serio.

Me senté en la cama mirando la ventana que se encontraba abierta, el suave aire movía la persiana hacia adentro, suspiré en silencio y salí de la cama tocando la alfombra bajo mis pies. Me metí al baño a darme una ducha lenta para sacar todo tipo de pensamientos. No sé en realidad por qué digo que es para olvidar pensamientos si lo único que hago bajo el agua es pensar estupideces.

CAÍN © #1 EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora