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-¿D-Dean?- Cas llamó por lo bajo a Dean. Este se encontraba en la cocina preparando una de sus deliciosas hamburguesas.

-¿Si, Cas?- pregunto. Al parecer se había levantado de muy buen humor aquella mañana y le había durado hasta la tarde, un nuevo récord.

-T-tengo que decirte algo.- el ex-Ángel estaba nervioso, de pies a cabeza, de izquierda a derecha. Cada extremidad y rincón de su cuerpo temblaban como si aquellos fueran sus últimos segundos de vida.

-Pues dímelo.- dijo con ánimo. Colocó aquel alimento lleno de colesterol en su plato y se dirigió a las grandes mesas de aquel búnker, donde se habían pasado, junto con su hermano, horas y horas de lectura. Cas siguió al mayor de los Winchester a su destino.-¿Cas, estas bien? - pregunto Dean pasando su mano derecha frente al rostro de Castiel, estaba en una especie de transe.

-Un tipo rayo el impala.- soltó de repente cerrando sus ojos fuertemente. Al ver que Dean no gritó ni protestó volvió abrirlos.

-¿¡Que hiciste que!? - el mayor se levantó de la mesa dando un golpe en esta furioso.

-Yo no hice nada.- de un segundo a otro su estado de nerviosismo paso a confusion. ¿Por que Dean habia hecho esa pregunta? El no habia hecho nada, el tipo de aquel bar se habia enojado solito por que cas no tenia suficiente dinero para la propina. - es que cuando salí del bar, el que me estaba sirviendo se enfadó por que no le dejé propina. Entonces intentó golpearme con algo afil...- Castiel fue interrumpido.

-¡Dame las llaves del maldito auto!- gritó Dean extendiendo su mano hacia el hombre de ojos azules. Lo que había salido de la boca de Castiel había arrasado por completo con su buen humor de la mañana. El ahora humano extendió su mano izquierda-con las llaves en ella- completamente avergonzado. Sentía que le había fallado a la persona más importante que había conocido durante siglos. Se había fallado a sí mismo.

-D-Dean-intentaba decir Cas, estaba a punto de las lágrimas. Eso lo había herido y no entendía por que. Estaba completamente confundido. El ex-Ángel no lograba entender como Dean y todo su entorno podían afectarle con tal magnitud. El nisiquiera había insultado al muchacho, solo había elevado su tono de voz. Pero aún así para el nuevo humano era como la peor de las torturas.- N-No te enfades conmigo, por favor, yo no hice nada. - le pidio Castiel tristemente. El ojos verde le hizo caso omiso saliendo de aquel lugar sin decir palabra alguna. Sam, quien había observado todo, decidió hacer el intento de distraer a Castiel. Pero era tarde, lágrimas ya habían nacido en sus ojos y nadie podía pararlas a excepción del quien las había provocado, aquel cazador único y especial en la tierra para Castiel.

El ojos azules se preguntaba por que le dolía tanto el grito que le había dado Dean. Sam río un poco y le dio una breve explicación acerca de que algunas personas eran más sensibles que otras. Pero Sam jamás le explicó a Cas que de vez en cuando podíamos sentir cosas como el amor, que transformaba completamente nuestro ser cuando estábamos allí, frente a la persona que amabamos.

Luego de unos minutos cas veía a Dean pasar a de un lado a otro, rebuscaba algo en una habitacion y volvía a salir ignorando aquellos hermosos y rojos ojos, de tanto llorar en tan pocos minutos, que lo seguían de un lado hacia otro.

Lo noche había caído rápido para alguno y muy lentas para otros. Castiel se levantó de una de las tantas sillas que rodeaban aquella mesa para abrir camino hacia la aquella habitación donde ospedaba en aquel lugar. Pero, algo lo detuvo, alguien. Alguien muy grato para el. Dean lo dio vuelta deposito un pequeño y delicado beso de "buenas noches" en la frente del ex-Ángel. El más alto siguió rumbo hacia su habitación dejando a un Cas algo confundido. ¿Eso significaba que lo perdonaba por aquella tontería? No lo creía, si lo hubiese hecho habría dicho algo como "lo siento", o al menos eso decían sus deducciones.

Castiel copió la acción del individuo anterior. Pero a diferencia de aquel, el, se recostaria pensando en aquel pequeño e insignificante beso. Que podría haber tenido miles y millones de mensajes, pero sólo un sentimiento. Aquello había provocado un revoltijo de "quien sabe que" en el estómago de Cas, era algo que jamás había sentido.

Sam despertó alarmado por los mismos gritos de siempre. Cas- el humano- había tenido una pesadilla, como todas las veces en las que dormía. Los errores de su pasado y cosas peores lo atormentaban en sus sueños. Sam volvió a recostarse sabiendo quien se encargaría de aquello. Dean se levantó algo somnoliento resteiegando sus ojos. Salió de su habitación dirigiéndose al lugar donde nacían aquellos gritos. Se sentó al borde de la cama recibiendo una mirada de su querido de ojos azules, de sus ojos desbordada el miedo. Acto seguido se recosto a un lado del ex-Ángel atrayendolo hacia si mientras lo envolvía en sus brazos.

Castiel había vuelto a sentir eso, ese "algo" en su estómago que le provocaba cosquillas, esta vez se le había agregado que sentía sus piernas más débiles que antes. Dean tomó el mentón de su ángel, lo miró directo a los ojos y juntando todo el coraje y la valentía, lo besó. Castiel copió la acción del cazador rodeandolo con sus brazos mientras sus cuerpos se unían cada vez mas, al mismo tiempo que lo besaba. No sabía exactamente como hacerlo pero se habia dejado llevar. Aquel momento lo había dicho todo, Castiel había descubierto el por que de sus recientes sensaciones, había descubierto sus sentimientos.

 Destiel |One Shots| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora