Capítulo 34

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Hola, reinas, ¡traigo un capítulo bastante largo! Os cuento algunas cositas:

-lo primero es RGomez_Pla hizo un booktrailer PRECIOSO para lo llaman Karma, así que os los dejo en multimedia. También os dejo una foto de Mel con su trastito.

-He reescrito este capítulo casi entero y, por primera vez en mi vida he escrito un lemon de Mel y Julen (AAAYYY ✨🥵!). Esto cambia un poco la historia original, así que tened este capítulo en cuenta para el futuro.


Capítulo 34

Julen respondió al beso antes incluso de darse cuenta de lo que sucedía. Fue exactamente como si hubiera pasado mucho tiempo sin respirar, bajo el agua, y una bocanada de aire lo hubiera llenado justo en el momento en el que empezaba a ahogarse. Sin pensarlo mucho, sus manos se situaron en las caderas de Mel y se aferraron a su cuerpo. Era bastante delgada, pero para Julen tan sólo era la definición de perfección. Sus labios se besaban de un modo salvaje, no podían separarse. De pronto el olor suave de Mel estaba en todas partes y Julen tan sólo quería hundirse en él, no separarse ni un solo centímetro.

Sintió las manos de Mel tantear su piel por debajo del polo oscuro y un latigazo de fuego pareció golpearle la entrepierna. De pronto se planteó, por primera vez en serio, que podía estar a punto de acostarse con ella. Era algo increíble; Melissa había sido su amor platónico desde antes de que él supiera si quiera que le gustaban las chicas.

Tomó aire lentamente y después saboreó por última vez los labios de la joven, separándose. Durante unos momentos, ambos se miraron a los ojos y notaron que algo acababa de cambiar entre ellos. Algo realmente importante. Mel sentía su corazón latiendo a mil por hora, a la vez que su piel ardía y sólo podía sentir la presión del cuerpo de Julen contra el suyo. Inspiró, sin dejar de mirarle a los ojos, y todos los sentimientos que estaba experimentando ese momento parecieron quedar en algún lugar lejos de su cabeza; como un eco sordo.

Julen se acercó y la besó de nuevo; haciendo que Mel se relajara completamente. Con cuidado, él la agarró y la tumbó sobre su brillante cama plateada, sintiendo los labios de la joven bajo los suyos mientras la joven enredaba sus dedos en su cabello negro y suave. Lo estaba volviendo loco poco a poco y algo le decía a Julen que ella ni siquiera se estaba dando cuenta de eso. Se alejó; necesitaba poner entre ellos una distancia prudencial antes de perder la cabeza en esa situación. Al separarse de ella sintió un salto al corazón. Melissa aún tenía los ojos cerrados y sus carnosos labios estaban más rosados que nunca.

—Joder —murmuró él.

—¿Joder qué?

En vez de responder con palabras, de intentar buscarle un sentido a lo que estaba sucediendo, él chasqueó la lengua, dándose por vencido, y volvió a besarla apasionadamente en los labios. Nunca había sentido algo tan real como la piel de Mel rozando la suya.

Decidió olvidarse de todas las cosas que en ese momento volaban por su cabeza y se centró en ese cuerpo que se pegaba al suyo como un imán que comenzaba a calentarse.

Su mano se paseó por el vientre de Mel, por encima de la camiseta de su pijama, y poco a poco se coló por dentro de la tela, acariciando el suave vientre de la joven. Con lentitud subió hasta llegar a sus pechos y Julen observó cómo la joven se mordía el labio inferior al sentir su tacto en ella. Quiso prolongarlo, hacerlo más intenso, quería que ella gimiera de placer gracias a él, que gritara su nombre y le rogara que no parara. Era una locura, pero de pronto quería que Mel experimentara con él el placer más grande que pudiera alcanzar.

Lo llaman Karma y Lo llaman Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora