𝟬𝟬𝟮 you are hyperactive, aren't you?

Comenzar desde el principio
                                    

    Logan abrió la puerta en silencio e ingresó a la habitación. Vanessa lo siguió de cerca y se sorprendió al ver a un hombre lisiado, ya que estaba en una silla de ruedas, y calvo. Ella tenía en su cabeza la imagen de esos hombres que, a pesar de la edad, mantenían un gran estado físico. Probablemente, algo egocéntrico y falso. El momento en que el hombre levantó la vista del libro, una sonrisa simpática se formó en su rostro, sorprendiendo más a la chica.

    —Logan, Vanessa; los estaba esperando—, saludó el hombre y la chica se tensó.

    — ¿Cómo sabe mi nombre?

    Soy como tú, Vanessa. Un mutante; la voz resonó en la mente de Vanessa y ella sacudió su cabeza. Volvió a mirar al hombre, quien le observaba con esa sonrisa, y entendió.

    El hombre era un telépata.

    Una vez se había cruzado con una mujer que tenía el mismo don. Ella había sido muy amable y, aunque había tenido una buena experiencia con ella, sabía que eso era una mala señal. El objetivo de Vanessa era que no la conocieran y ahí estaba ese hombre, que podría conocerla completamente en un abrir y cerrar de ojos, sin importar que ella se lo permitiera o no.

    —Eres un telépata—, afirmó ella y el hombre asintió.

    —Soy Charles Xavier—, se presentó mientras se acercaba y estrechó la mano de Vanessa —. Sé lo que estas pensado, Vanessa. Déjame decirte que no voy a hacer eso, yo les concedo su privacidad. Pero, voy a necesitar que me cuentes sobre ti. Sobre tu don, específicamente.

    Ella lo observó unos segundos, no paraba de mover el pie frenéticamente, mientras que su mano izquierda enrollaba la banda elástica contra la muñeca derecha y, luego, la soltaba.

    —Y le dice lo mismo a todos, ¿o no?

    Logan se rió entre dientes y se sentó en uno de los sillones blancos. Vanessa lo miró y él le hizo señas para que tomará asiento. Ella se limitó a negar, se sentía más cómoda parada que sentada.

    —Eres hiperactiva, ¿no es así?—, inquirió Charles, observando sus movimientos atentamente —. También te cuesta prestar atención.

    — ¿No era que no leías las mentes, Charles?—, el tono de Vanessa era hostil, intentaba no demostrar sus nervios al conocer la habilidad de Charles Xavier.

    —No leí tu mente, no aún. Lo sé por tu comportamiento. Desde que entraste, no paraste de mover tu pie ni de jugar con la banda elástica en tu muñeca. Además, tus ojos se desvían muchas veces de mí.

    Vanessa apretó los labios. No sabía si creerle que no le había leído la mente, pero sí estaba segura de que esas eran buenas excusas.

    —Era por eso—, murmuró Logan y Vanessa volvió a mirarlo. Él pareció percatarse que había lo había dicho en lugar de pensado en cuanto miró a la chica —. Cuando te reclame de lo que estabas haciendo, dijiste que no te habías dado cuenta. Fue por eso, ¿no?

    La velocista apretó la mandíbula antes de asentir. Pensaba cada movimiento y palabra que emitía, al igual que las reacciones de los dos mutantes.

    —Vanessa, sé que es difícil confiar—, comenzó Charles —. Pero, no te haremos daño. Estas entre mutantes, ¿por qué te haríamos daño?

    —Mutantes me han atacado antes—, reveló ella y no pudo evitar que la voz se le rompiera al final. Se maldijo a sí misma, mientras que Logan le miró fijamente antes de compartir una mirada con Charles.

    —No voy a negar que hay rebeldes, pero aquí no los hay. Aquí solo hay personas que han sufrido, como tú, y que buscan aprender a controlar y potenciar sus dones.

MUTANTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora