Cap. 9: De vuelta a clases

534K 11.2K 222
                                    

Capítulo 9

De vuelta a clases


      —¿Valerie? —preguntó mi padre confuso—. ¿Qué estás haciendo acá?

     —¡Papi, dile a Nick que me devuelva mis audífonos!

     —¿Qué? Son las tres de la madrugada. —dijo mirando su reloj de mano—. Valerie, acuéstate.

     —No, papi, me levanté y ahora no me puedo dormir. La única manera es con música, pero mi hermanito —dije con sarcasmo—. Me los escondió y ahora no podré dormir.

     —¡Pa! Yo no tengo nada. Dile a está loca que se vaya y me deje dormir ¿sí? —dijo Nick girándose y tapándose con las cobijas.

     Le di un puño y me dio risa, una risa escandalosa y ellos se miraban, mi padre tenía los ojos entrecerrados porque acababa de levantarse.

     —Vamos, amor. Yo te acuesto y mañana buscamos los audífonos ¿sí?

     —Bueno...

     Reproché un poco más y cuando papá me estaba viendo le mostré mi dedo medio a Nick y sonreí. Papá sólo ponía los ojos en blanco cuando me veía hacer eso. Cuando papá no me vio me giré y le mandé un beso y él sonrió.

     ¡Qué ridículamente y fastidiosamente cursis sin causa!

     A las pocas horas nos levantamos todos para ir a hacer nuestras actividades. Papá y mamá se iban a su trabajo y Nick y yo al colegio, ambos estábamos en el mismo año pero no en el mismo salón de clase. Nick había perdido un año y ahora lo estaba repitiendo, al tiempo que yo.

Como siempre: nos vestimos, arreglamos, desayunamos, mamá y papá se iban y Nick y yo nos quedamos esperando el autobús que nos lleva al colegio.

     —¿Preparada para entrar de nuevo?

     —No. —dije echándome en el sofá y cerré mis ojos—. ¡Odio madrugar!

     —¡Vamos, no es tan malo!

     —Tienes razón —dije—. Es horrible.

     Rio y sentí que se acercaba a mí.

     —Todo irá bien. Sólo intenta no contarles a tus amigos nada.

     ¡Ruth, Jake, Karen, Verónica, Sara, Jack! ¡Oh, cielos! No hablé con ellos en toda la semana.

     —Ok —bufé—. ¿Qué les diremos que pasó?

     —Que no nos hablamos por días y que cuando hablamos nos insultamos y todo volvió a la normalidad. —sonrió—. Bueno con un poco más de "odio".

     Me acerqué y lo besé.

     —Vale, entonces te odio.

     —Yo también te odio.

     Y nos besamos hasta que nos avisaron que llegó el autobús y salimos "odiándonos".

     Y nos besamos hasta que nos avisaron que llegó el autobús y salimos "odiándonos"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mi Hermanastro, el cuarto de los deseos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora