Cap. 31: ¡Me enloquecí!

432K 8.3K 436
                                    

Capítulo 31

¡Me enloquecí!

 

Sonreí al ver que al momento en  que le hablé, su corazón palpitó más rápido. ¿Fue pura casualidad? No lo sabía, el caso fue que me tocó salir corriendo al baño porque escuché que una enfermera se acercaba. Entré al baño y cerré muy despacio la puerta ya que la enfermera ya se encontraba adentro.

     Dejé la puerta entreabierta para poder ver qué le hacía. Miró las máquinas, les movió algo, anotó en una planilla y soltó el aire en modo sorpresivo.

     —Amigo, Ed —le dijo—. Creo que te estás recuperando muy bien.

     Siguió tomándole un tipo de exámenes y en segundos, entró Samy, mi linda enfermera.

     —Sandy, ¿has visto a mi paciente? La que venía con él —dijo apuntando con la boca hacia el lugar en el que se encontraba Ed—. Se escapó de la habitación y creí que podría estar aquí.

     —Aquí no puede entrar nadie —le dijo Sandy—. Nosotros siempre tenemos vigiladas las habitaciones.

     Solté un soplido irónico. «Siempre tenemos vigiladas las habitaciones» Si, claro.

     —¿Te molesta si reviso? —preguntó Samy

     ¡No, no, no!

     —A decir verdad —intervino su amiga—. Sí.

     —¿Por qué?

     —Porque mi turno acaba ya y tengo que dejar cerrado para mi remplazo… Ahora.

     —Está bien —dijo resignada Samy—. Pondré a los de seguridad a buscarla. Niña traviesa.

     Sonreí con malicia y diversión.

     La enfermera, Sandy, se fue y aseguró la habitación. Salí del baño con cautela y me dirigí a la puerta.

    Forcejeé y no logré abrirla. Me rendí y me senté a acompañar a Ed.

     Me senté en la parte inferior de la camilla, y acariciaba por encima de las cobijas sus piernas. No quería empezar a llorar de nuevo, pero se me hacía un nudo en la garganta horrible.

     Para distraer mi corazón, mis sentimientos y las ganas tan intensas de llorar, me puse a cantarle una canción.

     Para ser exactos, Let her go de Passenger, le canté muy suave y con los ojos cerrados, mi voz era fatal, pero no me importaba y creo que a él tampoco.

     —¿Sabes, Edward? —le comenté—. Siempre me gustaste. Te espiaba, pero no como una loca, sino como, una admiradora cuando salías con mi hermano, cuando te veía pasar, cuando te veía en la escuela, cuando jugabas fútbol. Cuando ibas a la casa a hacer algún trabajo o experimento con mi hermano, yo me escondía detrás del sofá solo para verte, me quedaba horas y horas viéndote, luego empecé a acercarme y a ofrecerte algo de tomar mientras trabajabas en proyectos y maquetas con Nick. Siempre te ofrecía algo de comer o de beber, cualquier cosa y pues tú… —sonreí—. Tú siempre me recibías y al final me decías que salías con tres kilos más de peso por mí culpa. Por las noches solo pensaba en ti, tus ojos y tu sonrisa. ¡Santo Dios, no dormía! Y fantaseaba con que seríamos novios y eso. Luego, empezamos a hablar, a comienzo de este año, para ese entonces ya había superado “mi obsesión” contigo, pero ya no tenía la misma fantasía que antes. No soñaba con ser tu novia, ni siquiera con besarte, aunque me seguías pareciendo el más buenote de todos y ahora… Ahora no recuerdo nada.

     »¿Puedes creer que Ruth no ha venido a visitarme? Ella confirmará todas mis sospechas. Dicen que tú y yo fuimos o somos novios, que duramos muy pocos meses, pues eso me dijo mamá y papá… Y Nick, Nick me dijo que tú te estabas haciendo pasar por mi novio para ayudarme a ocultar mi romance con… Otro romance —me ahorré la parte de «mi romance con Nick» porque aún no me cabía eso de “Nick y yo”—. ¿Será que eso es cierto? Sé que tú tampoco recuerdas nada, lo vi en tu diagnóstico, tienes conmoción cerebral grave, y eso —recuerdo que lo explicó el profesor canoso de Ciencias—. Es pérdida de memoria o… ¿Amnesia? No recuerdo. El caso es que ambos no recordamos nada y es una lástima y extraña, pero absurda casualidad. ¿No te da rabia? A mí sí, me entristece mucho, porque, me enteré que… ¡Que ya tuve relaciones sexuales! O sea, ¡No me acuerdo de mi primera vez! ¿Te parece eso justo? —dije tratando de animarlo pero ni se movía—. Te contaré un secreto: no sé con quién fue —solté una carcajada fuerte y rápidamente me tapé la boca—. Y a parte, soy una estúpida porque no usé protección y quedé embarazada —mi ánimo bajó—. Y lo perdí. ¡No recuerdo mi primera vez! —repetía con asombro—. ¿Y si fuiste tú? ¿Y si fue con mi her… con otro? —rayos—. No recuerdo nada. Nada, nada. Pero… si siento cosas, cuando te vi, mi corazón se… —empecé a manotear y a hacer como si convulsionara—. ¿Entiendes? Al igual que cuando vi a Nick —tapé mi boca como si hubiera dicho una gran palabrota. Abrí mucho los ojos y miré a mi alrededor—. Sí, lo confesaré. Cuando lo vi, el corazón también me hizo así… Sí, así Edward, no insistas. —dije y empecé a reírme. Al parecer, me estaba enloqueciendo.

     »Ed, desearía tanto que me escucharas. Aun así sin hablarme o mirarme me estás haciendo feliz —sonreí—. Mírame, estoy riéndome y pasándola bueno en un hospital y es porque estoy contigo supongo —cogí su mano—. No recuerdo nada de lo que pasamos juntos, pero en mi corazón siento que te quiero, y que en ese tiempo, fuiste alguien muy importante para mí.

     Solté un grande suspiro

     —¿Y te piensas quedar callado todo el tiempo? ¡Háblame! —lo regañé—. Yo estoy aquí contándote y quejándome de mi vida, y tú ni me miras. Despierta y dime «¡Cállate, cállate que me desesperaaas!» —dije imitando a Kiko*—. Por favor —susurre—. Por favor, por favor…

     Me sobresalté y mi corazón empezó a latir muy fuerte porque…

                        ¤°.¸¸.•´¯'»«´¯'•.¸¸.°¤

N/A Si tienen alguna pregunta sobre la historia u otra cosa, en mi pefil está el link de mis redes sociales. Trataré de responder todo lo que pueda al igual que aquí. Muchísimas gracias.

 

Mi Hermanastro, el cuarto de los deseos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora