Cap. 39: Amor... ¿Secreto?

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Capítulo 39

Amor… ¿Secreto?

 

Nunca había pensado en el día en que esto pasara. Creí que nuestro “amor secreto” duraría para siempre en secreto. Que todo duraría y tendría un lindo y hermoso final feliz. Pero, yo, Valerie Blake, me metí con mi hermanastro, Nick Blake y eso no está bien puesto que he vivido la mayor parte de mi vida con él y su papá, el cual claramente es el mío también (en términos personales) y lo he lastimado como a nadie, se enteró de que sus dos hijos habían tenido relaciones y se habían enamorado. ¿No era eso duro para un padre? ¿No era eso duro para alguien que toda su vida había cuidado y amado como un padre propio a la hija de una mujer de la cual se había enamorado perdidamente? ¿No era eso duro cuando su hijo se acostaba con todas las que encontraba, y ahora tenía a esa dulce niña como otra de sus juegos? ¿No lo era?

No sabía qué hacer, si papá le contaba a mamá, esa niña… Esa niña perdería la confianza de su mamá para siempre y sabía que le dolería mucho escuchar eso. Y si mamá se entera, ¿puede acabar la relación con papá solo para mantenerme alejada de Nick?

No solo eso, tuve un bebé, y ese bebé era de Nick, mi hermanastro, y eso aún no lo sabían.

¿Qué se supone que hagamos ahora? ¿Contarles todo sobre nuestro amorío secreto? ¿Contarles sobre mi embarazo? ¿Contarles cuando nos besábamos a sus espaldas? ¿Contarles toda la farsa con Edward?

—Dime, por favor, Edward —dije llorando en su pecho—. Dime qué debo hacer.

Pero como siempre, nadie respondía a mis gritos de auxilio.

—Edward, ¿acaso no puedo tener una vida normal? ¿Un novio normal? ¡¿UN MALDITO DÍA DE MI VIDA NORMAL?! —dije gritando y levantándome bruscamente del pecho de Edward con lágrimas mojándome la cara—. ¡¿POR QUÉ SOY TAN LLORONA?! ¿POR QUÉ SIEMPRE ESTOY LLORANDO? —gritaba cogiéndome la cabeza—. ¡¿POR QUÉ NO DESPIERTAS, EDWARD? ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ? —dije gritando tan fuerte y empecé a mover su frágil cuerpo de una lado para otro.

Unas enfermeras entraron corriendo a la habitación y me separaron del cuerpo de Ed.

—Ya cálmate, Valerie —gritó Sandy con quien había entablado una amistad y era quien me dejaba entrar a visitar a Ed—. Si sigues haciendo este show, no podrás volver a entrar ¿entendido?

—¡PERO, SANDY! ¡¡ED, LLEVA MÁS DE 5 O 6 MESES SIN MOVERSE, SIN ABRIR SUS OJOS, SIN HABLARME!! ¡¡POR FAVOR DESPIÉRTALO YA, DESPIÉRTALO!! —dije gritando y me tiré al piso llorando.

—Chicas —dijo Sandy a sus compañeras—. Déjenla acá, yo me encargo de ella.

Las otras enfermeras muy obedientes salieron y cerraron la puerta, yo no hacía más que sollozar mientras miraba como mis lágrimas caían unas por otras al piso.

—¡Dime que va a despertar muy pronto! ¡DÍMELO, SANDY! —grité

—Mira, para que puedas volverlo a ver, necesito que dejes de gritar ¿está bien? —dijo apartando el cabello de mi cara.

—Está… Está bien —dije hipando.

Se levantó me trajo un vaso de agua y me lo tomé en menos de dos segundos.

—¿Ya estás bien? —asentí.

—Por favor, Sandy, no me mientas —dije mirándola a los ojos—. Edward… Ed, ¿Ed va a despertar?

—No lo sé.

—Claro que sabes —dije empezando a gritar.

—¡Valerie, no empieces a gritar de nuevo! —dijo furiosa—. Y la verdad, es que no sé.

Mi Hermanastro, el cuarto de los deseos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora