"Cuando recién empezaba con todo esto, me dije que quería ser normal, como todos los demás; también me acuerdo que mi vieja dijo que sería lindo encontrar una cura.
Enseguida vi que mucha gente quería una cura, querían ser "sanos". Incluso deseaban...
Si hay algo que tienen que saber es que yo me intuía celiaca desde antes que me dieran el resultado del test genético. Era como morbo. Era como querer sentirme especial y odiar ese ser "especial" y sentirlo en el fondo de tu corazón como una condena insuperable e inmutable.
Si, re dramático. ¡Pero yo era un drama andante! Así que me sentí celiaca desde casi un mes antes de que me dieran el resultado y fui consciente de que en mi entorno universitario no había nada para mi.
La única opción era un vaso de leche caliente en un único bar, el de planta baja, que tenía una barra de chocolate Mapsa, apto. Pero el problema es que uno no puede sobrevivir más de doce horas en un edificio solo con leche, una barra de chocolate y un choco-arroz. Bueno, eso en el hipotético caso en el que me olvidara la vianda.
Y me la olvide millones de veces, se. MILLONES, loco, millones. Me agarraba un ataque de desesperación los viernes a la tarde porque miraba la comida de la cafetería y me preguntaba cosas así de rebuscada como:
—¿Y ese pollo? No tiene gluten el pollo. ¿Pero y donde lo cortaron? ¡¿Y si le pusieron harina a la salsa?! Nah, no parece. ¿PERO SI LO CORTARON DONDE AMASARON?
Y así, digamos que muchas de las cosas que pasaban por mi cabeza eran un poco...eh, forzadas. Pero tu mente imagina que un grano hijo de su mami de harina volará específicamente a ese pedazo de pollo y te matará. ¡Porque el único objetivo del gluten es siempre matarte! Ténganlo en menteeee, no hay chance :v El gluten es crueeeeeeel.
De esa manera, pregunté en el comedor. Me dijeron que no había nada, que no podían garantizar que no hubiera contaminación cruzada. ¡Y no crean que yo no lo sabía! El razonamiento del pedazo de pollo ya lo demostraba. Por lo que me acerqué al centro de estudiantes, sabiendo que en otras universidades se había logrado implementar un menú y de allí, al recibir gente que me mirara con cara de que esta mina es una loca de mierda. Onda, «¿Qué carajos es SELIACO?»
-
-
-
Si, me preguntaron si celiaco se escribía con S. Después de eso lo único que podés decirte es que no podés depender de esa manga de pendejos que por milagro son universitarios y que es obvio que están en el centro de estudiantes porque es la única manera que pueden pasar las materias. Porque si me escribís celiaco con S, no solo demostrás que no sabes qué es la enfermedad (condición, carambolas! Y que al final es normal que mucha gente no lo conozca hoy en día), si no, que tampoco sabes escribir. Eso dice mucho del chabón y me dijo mucho que no iba a lograr nada ahí.
Me cansé de pedir que me dieran bola. Me prometieron millones de veces hablar conmigo y yo no sabía de qué otra manera llegar a la administración para registrar mi petición.
Pero más allá de eso, sí estaba segura de que tenía que obtener un número de cantidad de celiacos en la universidad. Eso daría un puntapié para que el rectorado entiendera que no era una pérdida de tiempo y dinero. Empecé a moverme por grupos de Facebook, preguntando por celiacos e intolerantes al gluten e invitándolos a unirse a nuestro grupo. Junté cerca de 35 personas, entre alumnos, profesores, no docentes y gente que solamente quería dar apoyo.
Sin embargo, estas 35 personas no sabían ni tenían intención de moverse como yo. Muchos era pesimistas sobre lo que podrían ofrecerme, así que seguí casi sola. Envié comentarios al Facebook del decano, dejé varios comentarios en el libro de sugerencias del comedor, hablé con cada persona que pude y en cada clase dije lo que era, aún a riesgo de quedar como una cocorita.
En el mes de octubre, por medio del grupo de Celiacos de la FADU, me entero que habían implementado un menú de comidas congeladas y los precios ya estaban en el comedor. Llegué ahí súper emocionada, viendo incluso una góndola llena de galletitas, y voy a preguntarle al mesero por los precios.
Su respuesta:
—¿Glu...? ¿Qué? ¿Sin T.A.C.C.?
Había menú, pero el tipo no sabía lo que vendía.
Y sí, queridos hermanos, porque nuestra misión no es hablar para sentirnos especiales. ¡ES HABLAR PARA SENTIRNOS NORMALES!
Sigamos dando conocimiento :3
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Perdón, la foto quedó gigante :v Bueno, para que vean qué gigante fue mi obra MUAJAJAJAJA
