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   A medida que pasaban los días, la relación de estos dos seres mejoraba. Él se turneaba, un día para el monte y el otro con Levy (Forzado por ella, que dijo que no podía dejar a Lily solo) pero eso no importaba. Los días que estaba con ella disfrutaba al máximo, jugaban, y una que otra vez habían roces y caricias, pero no llegaban a mayores. Gajeel la respetaba, la cuidaba como ningún hombre hizo o haría con ella. Estaba segura que con cualquier otro, la mandaría, y se acostará con ella todo el tiempo, pero él no, el Redfox tenía un amor tan grande, que ni ella se lo creía, aveces hasta pensaba que no lo amaba suficiente, pero Gajeel se encargaba de consolarla.

En los últimos dos fines de semana, también se había turneado para visitar a sus amistades. Primero a Rogue, y luego al Dragneel. Lo que él no sabía, era que mientras él disfrutaba, su felicidad estaba contados los días...

-¡Vuelve pronto hierritos!-

-Esta bien Flamitas, adiós- El peli-negro se despidió de su amigo peli-rosa, mientras a lo lejos había otro esclavo, llevaba siguiéndolo durante todas estas dos semanas.

-Jm... Al parecer las sospechas eran ciertas... A Jet le encantara- El moreno, que había escuchado todo mientas los chicos hablaban dentro de la casa, salió corriendo en dirección al pueblo. Todo estaba planeado, sólo tenían que dar luz verde al plan, y con esta información, no cabía duda que pasaría....

*.*.*.*.*.*

-Jm, conque era verdad... En el lío que se ha metido el joven Dragneel-

-Así es señor, nuestras sospechas eran ciertas... El pequeño "Dragneel" en realidad es un Conbolt, es un mulato señor- Dijo el esclavo a su jefe, quien estaba sentado en su escritorio, casi al centro del pueblo. Solo los de sus negocios sabían la localización de su oficina, y claro, sus esclavos.

El peli-naranja sonrió con malicia, al fin sabría como hundir a aquel maldito degraciado, a él, y a otros más como él... -Gracias Zhen, has sido de gran ayuda-

-Ningún problema señor Jet...-

-¡Te he dicho que no me llames por mi nombre!- Golpeo fuertemente la mesa, intiminando un poco al africano, en eso le vino una duda, una duda que la contestación le diría si haría su plan o no -Y durante esta semana, ¿ha ido a verla?...-

Zhen subió la mirada, él estaba en contra de todo lo que hacia, pero era pánico lo que sentía, sabía lo cruel que podía ser su jefe, y no quería morir -.....-

-¡Habla mierda!-

-.... si señor, durante toda la semana- Jet apretó los puños, ese tal "Redfox" iría al mismo infierno en vida. Almenos si no él, sus compañeros. Se separó con furia del escritorio -Mándale este sobré al consejo, estoy seguro que tomarán cartas en el asunto muy pronto-

Zhen tomo el sobre, y salió de esa oficina con prisa. Le dolía, el traicionar a los de su raza, y condenar a un ser inocente. Le dolía ser tan débil, le dolía ser negro... No podía hacer nada para evitar lo que, por su culpa, pasaría. Viviría el resto de su vida con ese estrago en su mente.... Pero el miedo lo dominaba, miedo a perder su vida, y con todo el dolor del alma, corrió a paso apresurado a las afueras del pueblo, iría hacia El Consejo, y aya ellos harías lo que, para la suerte de Jet, veían como "Correcto"...

*.*.*.*.*

-¡Mijito! ¡Te lo come' to'! Que lo prepare pa' ti- Sexta, con la fiebre de ser abuela, estaba sofocando a Gajeel.

-Sexta, que me pondré gordo por tu culpa. La idea es que no sospechen- Levy río por ese comentario, sentada a su lado mientras tomaban el desayuno; de las pocas veces que lograban desayunar juntos. Unos huevos revueltos con una taja de pan estaba bien, y lo que nunca falta en la mesa donde esta Gajeel, su preciado café.

-Oye Gajeel, que necesito buscar unas cosas en la casa de Natsu, unos papeles de nuestro grupo, ¿me acompañas?-

-Enana, eso no se pregunta, tu ordena y ya- Le beso la frente, dándole a entré que lo de "mandar" no era por el mero hecho de que fuera su "ama". Mientras el Redfox llevaba los platos a lavar, la McGarden se quedo mirándolo desde su lugar.

    Pensó en como las cosas habían cambiado tanto las cosas. Como aquel hombre que humildemente le había pedido un "castigo", ahora era el dueño pleno de su vida. Ese moreno, con cuantos juegos había pasado, el esclavo que tantas sonrisas le había sacado, al hombre que se le había entregado en cuerpo y alma.... Kami-sama les había bendecido.

-Miamol, ¿estás bien?- la voz de Sexta la sacó de sus pensamientos.

La peli-azul le sonrió -Todo bien Sexta... Perfecto...-

*.*.*.*

-Jm, ¿con que eso de ser abolicionista va enserio?-

-¡Claro que va enserio! Es un asunto de prioridad...- El peli-negro miro a su chica, mientras iban caminando por aquel sendero que los llevaba a la casa del Peli-rosa. Pararon de caminar, quedando ambos frente a frente. - Gajeel... Tu más que yo, sabes lo difícil que son sus vidas... La injusticia con la que son tratados.... cuanto dolor tienen que pasar....- Toco la cara del moreno, mientras el acunaba su rostro sus suaves manos -¿Acaso no estas cansado de tanta malicia?...-

-Enana... No sabes cuanto...-

Ella sonrió triste -... Alguien tiene que ayudarlos, ¿no? Alguien tiene que dar la iniciativa para romper las cadenas....- Gajeel tomo las manos de ella, sacándolas de su cara.

-Por eso te admiro tanto, Levy- Dejo un pequeño beso en sus aterciopelados labios, y siguieron el camino. Iban con una sonrisa, pero se borró al ver aquella escena.

Gajeel estaba confundido, nunca había visto tales carruajes frente a la casa del tío de Natsu, pero a Levy le recorrió un escalofrío por su cuerpo. Reconocía aquellas marcas en las puertas, esos caballos de pura raza, era el consejo. -Esto, no esta nada bien...-

La chica corrió hacia la entrada, mientras él le siguió el paso. Tenía un mal presentimiento, el consejo solo significaba malas noticias, almenos en el caso de Natsu, porque ella sabía que tenía que ver con ellos... Los esclavos.

-Gajeel...-

-Quédate aquí enana...- La movió con suavidad a sus espaldas, y la dejo allí para caminar hasta adentro del terreno. Decidió ir al hacendado, de donde se escuchaba algarabía, muchas voces y ruidos. Gajeel sabía de ellos, los del consejo, cuantas veces no había escuchado lo que hacían, ellos eran la ley en el país, una ley que solo los beneficiaba a ellos.

Vio a varios hombres uniformados salir del lugar, pegando una nota en la entrada del hacendado. Cuando se fueron, el moreno camino hasta el papel, de por si, sabía que no era nada bueno...

Su piel se puso rígida, los pelos de punta, y los ojos abiertos como platos, al leer lo que decía. ¿¡Cómo diablos se enteraron!? Y quien es el maldito desgraciado que lo odiaba tanto!? Sus puños se apretaron con furia, aún no digiriendo el aviso que postularon.

Macao Conbolt ha sido acusado sentenciado por esconder la verdad ante la España, el haber tendió una aventura con la Dama Waterson, esposa del comandante Thomas Waterson. Por tal acto es declarado culpable. Su ejecución será llevada a cabo el miércoles a las 12:00pm. Declarado el 1869
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Rompiendo las cadenas... {Gajevy/GaLe A.U.} *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora