Capítulo Diecinueve

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-¡Ey! -Grita alguien a mi lado. Me giro con dolor de oído por el grito que me ha dado y veo a Jason mirándome. -¿Buscas a Shana? -Me pregunta cuando me ve en la puerta de la cafetería mirando hacia todos lados. 

-Sí, ehm... Hola. -Contesto nerviosa por el susto que me ha dado al llegar. -¿La has visto? -Le pregunto. 

-Unos amigos de su clase me han dicho que se fue a primera hora y no ha vuelto. Pensé que tú sabrías donde estaba. - Contesta con el ceño fruncido.

-No tenía ni idea de que se había ido, llevo toda la mañana buscándola. -Mi alarma de preocupación salta inmediatamente y comienzo a ponerme nerviosa. ¿Le habrá pasado algo?

Saco mi móvil del bolsillo del pantalón y compruebo si tengo alguna llamada o mensaje de ella, pero no hay nada. Me doy la vuelta dando la espalda a la gente que está en el comedor y sin saber por qué las imágenes de aquella noche en la que aquel tío intentó violarla y su cara de terror vienen a mi cabeza. Necesito salir a tomar el aire, necesito encontrarla y que me diga que está bien. No quiero que viva con miedo por culpa de ese imbécil y no pueda vivir tranquila. Giro la cabeza hacia atrás y miro al fondo de la cafetería, por si acaso consigo verla, sin embargo veo al grupo de Clary mirándome como si estuviesen hablando de mí mientras se ríen. 

-Me voy... -Digo en un susurro mientras salgo de la cafetería.

-Ven. -Jason coge mi mano y me lleva rápidamente a la calle. 

Ni siquiera sé cuánto he tardado en llegar hasta ahí ni si había gente en los pasillos. El aire frío golpea mi cara y tomo una gran bocanada de aire.

-Gracias. -Le agradezco. Me siento en un banco que hay cerca y él me sigue.

-¿Por qué te has puesto así, Beth? Parecía que estabas a punto de desmayarte, estabas pálida. -Niego con la cabeza porque realmente no sé por qué lo he hecho. 

Sin decir nada cojo el móvil y marco el número de Shana. Un toque... Dos... Tres... Y me salta el buzón de voz, al parecer me ha colgado. ¿Pero por qué?

-Me voy, tengo que encontrarla y saber que está bien. -Me levanto del banco de un salto y miro a Jason que se ha levantado a mi lado. -Gracias por decírmelo, Jason. 

-Puedo acompañarte si quieres. -Contesta. Le miro con gratitud y cuando le voy a contestar alguien nos interrumpe.

-Te estábamos buscando, tío. -Dice Charles a su amigo. -¿Ocurre algo?  -Pregunta cuando me mira. Yo desvío la mirada hacia el suelo hasta que Jason contesta.

-Voy a acompañar a Beth a un sitio. -Responde con tranquilidad y las manos en sus bolsillos del pantalón. 

-¿Ha pasado algo? -Pregunta preocupado.

-Es Shana. -Contesto. No puedo esconderles nada a ninguno y menos desde aquella noche. -Se fue esta mañana y me cuelga el teléfono. Vamos a buscarla.

-Está bien, le voy a pedir las llaves de la camioneta a Scott. No tardo. -Y sin que nos de tiempo a contestar sale corriendo en busca de nuestro amigo.

*

Media hora después aparca Charles la camioneta enfrente de la casa de Shana.

-Iré sola por si acaso se incomoda, ¿vale? -Los chicos asienten y suspiro un par de veces antes de salir de la camioneta.

Cruzo la calle hasta llegar al bloque de pisos donde vive Shana. Hoy el día es más frío de lo normal, así que meto las manos en los bolsillos de mi abrigo.
Cuando por fin llego hasta el portal busco el número de su piso y pulso el botón.
Espero... Espero... Sigo esperando... A lo mejor no me han oído o lo he pulsado muy poco, así que vuelvo a pulsar el botón con los nervios a flor de piel.

-¿Si? -La voz que suena es la de un hombre, su tío supongo.

-Ho-hola... Ehm, soy Beth. -Contesto nerviosa pegada al telefonillo.

-Shana no está. -Suelta sin que me haya dado tiempo a preguntar por ella.

-¿Sabe dónde está? Tengo que entregarla unos apuntes y...

-No. Puedes llamar más tarde, ella ahora no está. Adiós. -Y cuelga el telefonillo, haciendo que me quede ahí plantada con cara de tonta.

Pienso en volver a llamar y decirle a ese borde que me diga de una vez dónde está su sobrina, pero me doy la vuelta y camino de nuevo hacia el coche.

-¿Y bien? -Me pregunta Charles cuando entro al coche.

-Su tío me ha dicho que no está, pero creo que me ha mentido. No sé qué hacer... -Respiro hondo y coloco mi cabeza hacia atrás con los ojos cerrados.

Noto la mano de Charles en mi muslo y despacio vuelvo a abrir los ojos hasta dar con su mirada. Tiene una mirada triste y una mueca en los labios. Le estoy echando tanto de menos... Pero sé que hice bien en quedarme a un lado de su relación de amistad.

-Ella estará bien, estoy seguro. Podemos quedarnos aquí a esperarla si quieres. -Dice Charles con voz tierna.

-Os he hecho perder mucho tiempo de clase ya, lo mejor será que volvamos y la llamaré más tarde. -Contesto sin mucha convicción. 

-¿Por qué crees eso? -Me pregunta Jason desconcertado. Le miro extrañada y continúa. -¿Por qué crees que su tío te ha mentido? -Aclara.

-Parecía poco creíble cuando hablaba. A lo mejor ella no quiere verme, pero no sé por qué. -Intento ignorar el nudo que tengo en el estómago, pero cada vez es más difícil.

-No estés mal, verás como todo tiene sentido cuando hables con ella. Seguro que es todo un malentendido. -Giro la cabeza hacia la parte trasera de la camioneta y le doy las gracias a Jason por sus ánimos.

Charles enciende de nuevo el coche y antes de que se ponga en marcha le paro.

-Espera, yo me voy a quedar por aquí. -Charles me mira desconcertado. -Tengo que hacer algunas cosas antes de volver a casa y me apetece dar un paseo sola.

-Está bien... -Su mirada parece dolida, pero intento ignorarlo para que no me afecte.

-Gracias por todo chicos, de verdad. -Les digo con sinceridad. Charles sigue con la misma cara así que salgo del coche rápidamente.

Al salir la puerta de Jason se abre para cambiarse de sitio y me sujeta de la muñeca antes de que me vaya.

-No sé lo que intentas hacer pero puedes confiar en mí. Llámame si necesitas algo. -Susurra para que Charles no nos escuche. Asiento con la cabeza y me voy a paso ligero por medio del parque que tiene enfrente la casa de Shana.

Deseo IncontrolableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora