Capítulo Doce

5K 204 15
                                    


-No quiero hacerte daño. –Dice a centímetros de mi cara. Abro los ojos y me fijo en que él los tiene cerrados. Sus manos siguen cubriendo mis mejillas. –Ni que otro te lo haga.

-Ya te he dicho que sé cuidar de mí misma. No tienes que preocuparte por nada. –Contesto en voz baja, poniendo mis manos sobre su pecho para calmar sus nervios.

-Lo sé, pero no puedo evitar pensar que puedo estar haciéndote daño. He intentado separarme de ti para que no soportes los celos de Clary. –Al fin abre los ojos y me mira. –Tiene razón y sé que en el fondo lo sabes.

-¿En qué? –pregunto sin entender bien a que se refiere.

-En que te miro de una forma que no puedo hacerlo con ella, ni con otra. En que debería estar preocupada porque no consigo sacarte de la puta cabeza. –Su tono es dulce aunque sus palabras no lo sean del todo.

-Will... -susurro.

Baja una de sus manos hasta mi cadera y acaba con el poco espacio que quedaba entre nosotros. La otra mano que sujetaba mi mejilla la mueve hacia detrás de mi cabeza, posándola en mi nuca y acercándome lentamente a sus labios, como si me diese la opción de apartarme.

Cuando nuestros labios se rozan él se queda quieto y soy yo la que tiene que dar el primer paso y le beso. Cuánto tiempo he estado esperando este momento, casi no puedo creérmelo. Parece que intenta contenerse para ir poco a poco, pero mis ganas han aumentado tanto que parece que voy a explotar, necesito más de él. Necesito al Will que me devora.

-Si quieres parar dímelo ahora, pequeña. –Dice sin dejar de besarme.

Al ver que no le contesto me coge en brazos y pongo las piernas alrededor de su cintura. Separa por un momento su boca de la mía hasta que mi espalda toca la pared en la que me ha apoyado. Vuelve a colocar sus húmedos labios sobre los míos pero esta vez con las ganas que necesitaba, haciendo que suelte un gemido que estaba reprimiendo.

-Vamos a la cama, no aguanto más. –Digo con la voz entrecortada por el deseo. Le agarro como puedo de la parte baja de la camiseta con la intención de quitársela.

-Beth. –Dice él mientras me agarra las manos para que no continúe quitándole la camiseta. Sigue teniéndome en vilo con mis piernas alrededor. Estoy tan caliente que no puedo contener mis impulsos, me acerco a él y comienzo a morderle el cuello buscando que reaccione. –Beth, no podemos hacer esto ahora, luego nos vamos a arrepentir. –Hago oídos sordos a sus palabras y quito mis piernas de él para ponerme en pie. Le agarro de la mano, le llevo hacia la cama para tirarle sobre ella y me pongo a horcajadas sobre él. –Me lo estás poniendo muy difícil.

-¿Qué pasa? –Digo malhumorada. No entiendo por qué ha cortado de repente todo el rollo que habíamos empezado a tener.

-Te deseo, Beth, te deseo mucho. Pero vamos a pasar otra vez por lo mismo. Nos vamos a enrollar, dejaremos de hablarnos, te arrepentirás, yo me sentiré como una mierda y estaré engañando una vez más a Clary. –Sus palabras me provocan que me de asco a mí misma y de él. Frunzo el ceño y me levanto de encima de él de mala gana.

-¿Sabes qué? Tienes toda la razón, Will. Tú y yo no tenemos nada más allá de la atracción y me doy asco a mí misma por enrollarme con un tío que solo me quiere para follar o liarse conmigo mientras que tiene a su novia para todo lo demás. Me alegro que esta vez lo hayas parado porque no me lo habría perdonado, tienes razón. –Le grito.

-Pídemelo. –Dice cuando se levanta y llega hasta mí para volver aferrarme contra una de las paredes. Intento apartarle de mí con manotazos pero me agarra las manos con sus fuertes brazos. –Pídeme que la deje y seré todo tuyo.

Deseo IncontrolableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora