Capítulo 6: "Break Away"

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Capítulo 6: "Break Away" 

..."Siempre estaré a tu lado, en las buenas y en las malas"...




-Que hay una persona más en nuestros cálculos...- Señalo la celda donde Marina estaba, todos voltearon a ver esa dirección, notando un bulto que se movía en una esquina de aquella celda, que sacaba la cabeza, dejando a dos de ellos muy sorprendidos.


-¿t-tu? ¿Pero cómo?- Decía Marina, con la voz temblorosa apartándose de aquella persona con rapidez, era un sueño, no podía ser cierto, no, no podía estar justo esa persona frente a ella.


-Un gusto conocerte en persona... mi querida damita...- 


La persona frente a ella no era nada más ni nada menos que Elizabeth, era la chica que de la foto en su diario, cabello rubio claro, ojos verdosos con ropa elegante, pero estas estaban totalmente rasgadas por lo que el vestido por abajo le llegaba hasta arriba de las rodillas, el pelo desprolijo pero amarrado en un rodete con algunos mechones sueltos, lo que más le sorprendía que parecía ser que iba a una fiesta no para estar encerrada, ya que la vestimenta y los arreglos eran elegantes.


-Eres Elizabeth... ¿Pero cómo? Nos comunicamos por el diario y dijiste que eras de una época muy lejana- Ahí le calló en cuenta lo que ese sujeto minutos atrás le había dicho, no estaban en su tiempo, ahora estaban en el tiempo de su tátara abuela o lo que sea.


-Mi pequeña damita... ese sujeto me secuestro hace unas horas... y luego os trajo a todos vosotros... el haría lo que fuese para obtener el poder... en este caso nuestros diarios... que serían el mismo sin embargo al ser de dos tiempo distintos... ahora hay dos... y el podrá ser más poderoso si adivina como utilizarlas correctamente.... Como os dijo su amigo... debemos de escapar...-


Asintiendo todos estaban de acuerdo en que no era momento de preguntas, tenían que escapar, como habían planeado, el sujeto con la llave apenas bajo y se acercó diciendo una sarta de tonterías a la celda de Iris y Violetta, los chicos más cercanos aprovecharon, sacaron las manos por las rejas para sujetar al tipo, tirarlo ahora hacia sus barrotes, uno le tapaba la boca y los otros sujetaban y quitaban la llave, Daniel le dio un certero golpe en la nuca haciendo que cayera al suelo inconsciente.
Sin perder tiempo abrían las puertas para poder salir, no obstante, apenas llegamos a la superficie, como lo supusimos era un gran bosque, pero al no ser de nuestro tiempo no sabíamos a donde ir, y lo peor, es que ya nos habían descubierto por lo que empezamos a correr a gran velocidad tratando de escapar escuchando los pasos apresurados detrás de ellos, y los gritos de los hombres diciendo que los atraparan, sintió en un momento como uno de los chicos tomaba su mano y se iban hacía otro lado, notando que los demás hacían lo mismo, no quería separarse pero era lo mejor para no ser encontrados, al fijarse mejor quien era la persona que la tomo de la mano, vio a Castiel que tenía cara de preocupación y para no tenerla en esos momentos, corrimos y corrimos entrando a una especie de cueva con la entrada toda cubierta por platas, ramas y arbustos, lo mejor para no ser vistos.

De forma inconsciente, se aferró a Castiel contra su pecho, ocultando su rostro para no ver a los hombres que pasaban frente a la cueva pero por milagro no los veían. No supo cuánto tiempo estuvieron allí, pero no se alejaba del pelirrojo, tenía miedo, no iba a negarlo, no ahora que todo estaba de esa forma,


-Ya enana... tranquila... todos estarán bien... aunque no me moleste sentir tus pechos sobre mí, eres algo pesada así que vamos... tendremos que quedarnos aquí pero seguro estaremos bien- Decía intentando relajar a su amiga, acariciándole la espalda y cabellos, estando apoyado en la pared de la cueva con la chica sobre él, como una niña pequeña.


-No me digas enana... no puedo evitarlo, encerrados quise parecer madura y que estaba todo bien, pero tengo miedo, ¿Y si no podemos volver a nuestro tiempo? No sé qué debo hacer, todo es mi culpa y yo- No termino de hablar cuando los labios de Castiel estaban sobre los suyos, sentía las mejillas calientes y sus ojos bien abiertos de la impresión, pero sin darse cuenta los cerro para corresponderle, algo lento pero intenso, las manos de Castiel sujetaron sus mejillas para que no pudiera apartarse, el beso se hacía cada vez más intenso hasta que el maldito aire fue necesario, y ambos tuvieron que separarse.


Se lo quedo viendo, sin saber que decir teniendo tantas cosas en la cabeza que no sabía por cual empezar, el pelirrojo parecía estar de la misma forma ya que solo se la quedaba viendo, directo a los ojos y ninguno quería soltar palabra alguna para arruinar el momento. El beso, no supo por que la beso, pero si sabía que le encanto, era algo que deseaba que llegara desde hace bastante tiempo, pero jamás se le ocurrió que sucedería de esa manera.


-Al fin estas callada más de un minuto enana...escúchame... no es tu culpa... yo estaré a tu lado... bueno, todos estaremos a tu lado, pero yo lo estaré siempre... no me alejare de ti mocosa... aunque tenga que golpear al idiota de Daniel para que sepa que tú eres solo mía, yo lo haré sin importar que.... Sé que no es un buen momento pero - La miro fijo a los ojos queriendo decir todo lo que pasaba por su mente con ellos -Me gustas ¿Bien? Quiero que seas solo mía aquel beso que te dio ese idiota me molesto y no aceptare un no como respuesta...-


Esas palabras la dejaron sin habla, claro que no era un buen momento, pero por alguna razón su mente ya no estaba conectada con lo demás solo pensaba en Castiel y en todo lo que estaba pasando ahí dentro, en esa cueva, entre ellos dos, con una pequeña sonrisa y sin soltar palabra alguna se fue acercando para sujetar ahora ella, las mejillas del mayor para unir los labios en un dulce y pequeño beso.


-A mí también me gustas mucho y también quiero que seas solo mío y de nadie más Castiel... pero... arreglemos esto al volver a casa... ahora no podemos detenernos pero, apenas lleguemos prometo que hablaremos-Le sonrió, con cariño acurrucándose sobre su pecho estando abrazados por lo fresco de la noche, al tener que pasar la noche allí no derrocharían el tiempo, y se mantendrían juntos como en ese instante, el calor de los cuerpos los latidos de los corazones eran lo que llenaba la cueva y envolvía a ellos dos.


En otro lado aun corriendo se encontraban Iris y Armin, que jadeaban cansados, pero sin detenerse a pesar del dolor que sentían al costado de la cintura, pasando árboles que rasgaban sus ropas ligeramente, llenándose de hojas y tierra, cuando Iris se detuvo señalando una cabaña sin pensarlo dos veces entre los dos golpeaban la puerta pidiendo ayuda, encontrándose al otro lado de la puerta a un hombre con una escopeta y detrás de él una mujer con dos pequeños niños, Iris les explico que los estaban persiguiendo que necesitan esconderse y que apenas amaneciera se irían, el hombre dudo pero al notar que eran solo niños, según él, entre suspiros los dejo entrar, advirtiendo que si hacían algo raro los sacaría de allí sin importarle nada, la señora un poco más amable les preparo algo mientras Armin e Iris eran cuestionados por los dos menores que no parecían mayores de tres años y estaban llenos de curiosidad por esos dos jóvenes de extrañas vestimentas.


Continuara...

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