Capítulo 5: "In the book"

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Capítulo 5: "In the book" 


..."La maldad no es algo sobrehumano, es algo menos que humano"... By: Agatha Christie



No supo cuánto tiempo estuvo allí, pero debió de ser mucho tiempo ya que sentía dolor en su espalda de estar tanto tiempo acostada, los ojos le dolían al abrirlos y dejar que la luz diera contra ellos, señal de que estuvo con los ojos cerrados bastante tiempo, aunque no se diera cuenta de ello. Cuando al fin pudo despertar, trataba de visualizar el lugar donde estaba, y quienes estaban a su alrededor, en eso recordó que estaba con sus amigos en la plaza pero eso no era la plaza, es más, parecía una especie de calabozo, un área curva, de tierra y piedras... una especie de cueva seria con barrotes de metal, se aproximó para ver mejor al exterior y allí pudo ver que en otros espacios estaban Castiel con Lysandro, en otro estaban Alexy con Daniel y Armin y en el último, Iris y Violetta.


-¡Chicos!- Grite preocupada, al verlos a todos tirados en el suelo sin despertar, dolía el lugar donde fue golpeada pero le preocupaba más, el estar con su ropa sucia, sin sus pertenencias, en un lugar que no conocía encerrada con sus amigos inconscientes sin poder hacer nada por ella ni por ellos.



Cuando decidió llamarlos de nuevo una figura se iba acercando, se acercó aún más a los barrotes de metal, ignorando el frio que estos brindaban al contacto con la piel. Observaba detalladamente aquella sobra que se iba acercando, a simple vista era notorio que se trataba de un hombre, uno alto, y de buen porte. Apenas se hizo visible, el asombro la invadió, era un hombre vestido como de época victoriana, con camisa blanca de mangas largar, chaleco sin mangas bordo, de cabello rojizo oscuro, mirada firme y fiera, llevaba puesta una corbata del mismo color que la chaqueta, en sus manos llevaba guantes de cuero blanco y en una de sus manos tenía un reloj antiguo, el señor al verla sonrió de medio lado acercándose a paso lento.


La examinaba de pies a cabeza con la mirada, sin dudarlo se alejó de los barrotes, esa mirada le provocaba estupor, cosa que provoco una risa de parte de ese sujeto quien se asomó a la celda donde ella estaba, con una sonrisa casi espeluznante.


-Al fin, uno se digna a despertar... es de mala educación hacer esperar a los demás...-Decía casi con burla y desdén. -Al fin podremos hablar sin, contratiempos, ni esperas, jovencita Elizabeth...-



-¿De qué mierda está hablando? No me llamo Elizabeth, me llamo Marina, y ¿Por qué estamos aquí? ¿Usted nos trajo? ¿Qué es lo que quiere? No tenemos nada, somos simples chicos que van al instituto, como una vida normal...- No supo de donde saco la fuerza para hablar bajo esa intimidante mirada, pero lo hizo, soltó todo lo que pensaba a ese sujeto que ahora fruncía el ceño cerrando el bendito reloj que al fin dejo de hacer "Tic, Tac, Tic, Tac".



-No, no y no... así no se habla jovencita, sé que usted es Marina Elizabeth, no hay ningún error en eso, también... quería traerla solo a usted, pero mis incompetentes ayudantes trajeron a tos sus... amiguitos...- Soltando un suspiro, el sujeto, caminaba lentamente de un lado a otro sin apartar la mirada de ella. -Te quería a ti, por esto... el segundo diario-Dijo mostrando el diario, lo había olvidado, ese sujeto tenía en sus manos su diario pero por suerte este estaba cerrado -Quiero que lo abras y escribas todo lo que yo quiero... bueno, usare tu sangre para que funcione eso lo sé, y también sé que yo no puedo hacerlo por mí mismo... por eso no me importa, necesitaba a un descendiente, un diario y sangre... lo tengo todo gracias a ti...- Su sonrisa de pura maldad. Podía asustar a cualquiera, el cuerpo se estremeció con tan solo verla.

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