Impulsividad

Recuerdos

Estaba parada en aquel campo de entrenamiento, donde la vio por primera vez después de la gran cuarta guerra ninja, era inconfundible con ese cuerpo que no sabe cuándo pero dejo de esconder detrás de una chamarra de talla grande para el pequeño y esbelto cuerpo, tampoco traía el uniforme chunin con el que logró captar su atención mientras luchaba a lado de su mejor amigo, en aquel momento sólo la vio porque se encontraba a lado del rubio en ese momento no pensó que las razones fueran otras más profundas que un amor que ella le profesaba en ya no tan secreto, se prendó de ella de sus rasgos finos, su cara angelical y esa fuerza de voluntad con la cual se esforzaba aún aunque se veía que no tenía un gran potencial a esas alturas de la lucha... Alejó esos pensamientos y sonrío acercándose a ella haciendo crujir una rama a su paso, ella giró instantáneamente y le sonrío, si a él, levantó una mano que agitó en el aire sólo para él, apresuró su paso para reunirse con ella y tomarla de la cintura para después fundirse en un beso casto que aunque intentaba profundizar raras veces ella permitía.

El azabache abrió salvajemente sus orbes negras, maldiciendo en lo bajo nuevamente había tenido otro de sus estúpidos sueños con la estúpida de la Hyuga ¡malditos recuerdos! Pensó, hacía casi dos años de eso su maldito regreso a Konoha de las malditas persecuciones a la Hyuga, de la decepción recibida al enterarse que ella estaba enamorada de su amigo... extrañamente se dio por vencido, pero al poco tiempo decidió no hacerlo el idiota de Naruto no le prestaba gran atención a la ojiperla, así que decidió actuar ¿cuándo un Uchiha no consigue lo que quiere? Empezó a acorrarla, asecharla hasta que finalmente lo consiguió: un rotundo si de sus labios carnosos, después un disminuido sonrojo al verle abrazos y besos de la frágil primogénita Hyuga.

Fueron los mejores 8 meses de su vida, las atenciones que ella hacia él, las misiones juntos, sus pláticas largas y amenas, el pequeño y casto contacto físico que ella le permitía tener, sonrío ladinamente recordando como lo dejó miles de veces con una dolorosa erección donde la única zona que pudo aventurarse a conocer fue el borde de sus pechos, cuando por descuido y presa de la pasión permitió que el azabache le besara el cuello dejándose hacer, de esa forma consiguió llegar a su escote, ella soltó un gemidito que hizo que recupera su maldito pudor, alejando al azabache ¡mierda! Pudor que sólo tuvo con él que era un verdadero estúpido.

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Kakashi miraba fijamente a Tsunade, se observaban mutuamente preocupados no saben si es la mejor decisión.

-Si tan solo Neji siquiera vivo- Suelta de pronto la mujer.

-No es tiempo para lamentaciones, es la única que puede hacer la misión ahora- Dijo el ahora Hokage.

-Sí, lo sé-Dijo la rubia aún pensativa mordiéndose una uña- Sin embargo Naruto tiene razón no la podemos mandar a lado de Sasuke, él puede asesinarla.

-No tenemos otra opción, más que confiar que Sasuke habrá superado ese odio de otra forma pueden destruir la aldea- Dice Kakashi, mirando un mapa acerca de las tropas de sus enemigos- Sasuke tiene el poder y ella podrá llegar a las municiones, si trabajan en equipo lograran el objetivo.

-Kakashi, ¿crees que pueda negociar con él? –El aludido se encoge de hombros.

-Sasuke es impredecible.

-No me parece prudente, Sasuke puede explotar.

-Ya no hay vuelta atrás Tsunade, le envíe un mensaje donde le explico la naturaleza de su misión y que recibirá un refuerzo para tal.

-¿Le dijiste que la enviaras? ¡¿Cómo?!- Pregunta alarmada, preocupada por la peliazul.

-No, será una sorpresa para él... tendré que poner a prueba la voluntad de fuego de Sasuke o su sed de venganza.