Capítulo 2. Parte 2.

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Sebastián vio con horror como Raven colapsaba, su cuerpo cayendo al piso como si de una muñeca sin vida se tratara. El tiempo pareció detenerse mientras todos observaban con aturdida incredulidad como el cuerpo de Raven quedaba inerte, sus ojos cerrados mientras una gran mancha de líquido rojo escarlata comenzaba a formarse alrededor de su cabeza como un halo rodeando su negro cabello.

Alzándose sobre el cuerpo de Raven, con una sonrisa victoriosa en sus labios, se encontraba Ethan Donovan, el beta y cómplice de Jasson Wayans, el alfa que le había declarado la guerra a la manada de Sebastián y quien planeaba matar a Faith, la pareja de Logan el alfa de Sebastián.

Ethan sostenía en sus manos un trozo de madera con una de las puntas cortada de forma irregular, ocasionando que picos filosos sobresalieran en ese extremo. La mayoría de esos picos estaban manchados de sangre.

Rabia y miedo como nunca había sentido antes invadieron a Sebastián ante la vista frente a él. Sebastián sabía que debió de haber acabado con el bastardo cuando tuvo la oportunidad, pero Ethan había sido más astuto e inteligente de lo que Sebastián había creído. Ethan había iniciado una pelea con un par de humanos a su alrededor antes de que Sebastián hubiera sido capaz de llegar hasta él.

El equipo de seguridad del club había sacado de entre la multitud a Ethan y a las personas con las que se había peleado llevándolos fuera del club sin que hubiera nada que Sebastián pudiera hacer para frustrar los planes de Ethan.

El concierto había continuado con normalidad después de eso y Sebastián se había encontrado siendo hipnotizado por la voz de Raven. La dulce y melodiosa voz había hecho que sus pensamientos se nublaran, como si estuviera bajo una especie de hechizo, y Sebastián se había olvidado rápidamente de todo lo demás. Él se arrepentía de eso ahora.

Su distracción había causado que Raven saliera herido y eso era algo que Sebastián no podía perdonarse. Había fallado en su misión de mantener a salvo al hermano de Faith.

Detrás de él, Faith jadeo mientras llevaba sus manos a su boca, observando el cuerpo roto del hermano que aún no conocía, y con eso el tiempo pareció ponerse de nuevo en marcha.

Sebastián se lanzó hacia adelante, rugiendo con toda la fuerza de sus pulmones mientras cada instinto asesino dentro de él, instintos que se había empeñado en mantener enterrados profundamente dentro de él desde que era un adolescente, salían a la superficie, amenazando con volver a convertirlo en el monstruo que se había prometido a si mismo nunca seria.

Él había luchado contra esos instintos durante mucho tiempo, pero en ese momento, mientras sus garras salían y sus dientes se alargaban y afilaban, no pudo encontrar una buena razón para frenarse. El único pensamiento en su mente era que él debía acabar con Ethan de una vez por todas. Y por primera vez en su vida, a Sebastián no le importaban las consecuencias de sus actos. Pensaría en ello después, una vez que Ethan estuviera muerto.

El cuerpo mucho más grande de Sebastián impacto contra el de Ethan, enviando a ambos al suelo en un enredo de garras, dientes y gruñidos. Sebastián comenzó a dejar caer sus puños cerrados contra cualquier parte de Ethan que pudiera tocar, tratando me hacer el mayor daño posible, pero Ethan se recuperó rápidamente de la sorpresa del impacto y comenzó a devolver los golpes que Sebastián le daba.

El maldito peleaba sucio y en un descuido de Sebastián, Ethan hundió las garras de su mano derecha sobre el vientre de Sebastián, cortando la carne y estando malditamente cerca de sacar las entrañas de Sebastián. Maldición dolía, dolía como una perra y la visión de Sebastián se nublo debido al intenso dolor, pero Sebastián fue capaz de hacer a un lado el dolor y se concentró en la tarea que tenía entre manos.

La Tortura de Raven. Los Orígenes y la Guerra de los dioses 2 Corregida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora