Mei Uchiha II |Itachi| |Terminada|

9 | "Hime"

(Hime: Princesa) (En multimedia está Aoi) 

— Capítulo 9 - "Hime"

Nos encontrábamos en una tienda de té cerca de la aldea. Itachi y yo estábamos frente a frente, comiendo y gozando de nuestros dangos y de nuestro té.

— Están buenos. —opiné metiendo el último a mi boca.

— Así es. —asintió Ita-kun llevándose el vaso a sus labios.

Cuándo mi novio terminó de comer y yo de tomar el té, emprendimos viaje hacia donde nos iban a entregar a la princesa.

— Solo espero que no sea una niñita hueca. —gruñí— Pero ¿Qué digo? Todas son iguales.

— No deberías juzgar sin conocer. —opinó.

— Tsk.

(...)

Esperábamos impaciente a que la chica apareciera, durante el viaje me seguía haciendo conclusiones de como sería la actitud de la "princesa". 

Una cabellera violácea comenzó a acercarse. Una vez en mi campo de visión pude divisar a una chica, un poco más alta que yo, sus ojos eran de un color azul intenso y su cabello violeta hasta la cintura. Llevaba un vestido que dejaba descubierto parte de su pecho, este se ceñía a su cuerpo, y unos centímetros más abajo de sus hombros portaba unos guantes color gris. Sus párpados estaban levemente coloreados de un violáceo claro. Debía estar cerca de los veinte años.

Esta posó la vista en Itachi, sus ojos se iluminaron y de inmediato su rostro adoptó una sonrisa pícara. Luego su mirada viajó hacia mi, su sonrisa se borró y sus ojos se hicieron opacos. Todo aquel gesto amable hacia Itachi se borró al mirarme a mi.

Miró de nuevo hacia mi novio. — Un gusto, soy Moto Aoi.

Sonreí con falsedad. — Shizen Mei.

— Uchiha Itachi. —él utilizo su típico tono frío.

La chica sonrió encantada tras escuchar su tono de voz. 

— ¿Te molesta que te diga Ita-kun? —murmuró con voz sensual.

Entrecerré los ojos. ^Cálmate, Mei. Cálmate... Sólo serán cuatro días como mínimo.. No la mates o Pain te matará a ti..^

— No. —murmuró frío— Emprendamos camino.

Asentí de forma lenta, mientras mi mirada seguía analizando a la chica. 

(...)

Continuábamos caminando con nuestra meta hacia la tierra de las olas, donde por fin podríamos deshacernos de Aoi. No me equivocaba en mis deducciones, la "princesa" no tenía cerebro.

Mi estómago se oprimía al ver que ella le coqueteaba, le daba sonrisas encantadoras y no dejaba de preguntarle cosas. Pero sin embargo, me negaba a creer que eran celos.

(Narrador Omnisciente)

La mirada del Uchiha se posó sobre el rostro de Mei. Una sonrisa de lado surcó de sus labios al ver el entrecejo de su novia levemente fruncido con la vista al frente.

La princesa sonrió aún más, pensando que la sonrisa que había salido de los labios del azabache iba dirigida hacia ella. 

(...)

El cielo comenzó a oscurecer, el sol se escondió, dejándole paso a la brillante luna. 

Eran las tres de la mañana cuando Mei se encontraba sentada unos metros lejos de donde ahora la princesa y su novio descansaban —lejos obviamente, si no, Aoi no estaría viva—.