Transformación ( Libro #1 del Diario de un Vampiro )

Nueve

Cuando Caitlin desperto, la negrura mas intensa la rodeaba. en las muñecas y los tobillos percibia el frio toque del metal. Le dolian las piernas y los brazos, y entonces reparo en que estaba de pie y encadenada. Sintio que tenia los brazos estirados hacia los lados y cuando trato de moverlos le fue imposible.Tampoco pudo mover los pies. Intento liberarse y escucho el cascabeleo del metal e inmediatamente noto como este se le enterraba con mas fuerza en las muñecas y los tobillos. ¿En donde demonios estaba?

Abrio los ojos y sintio que el corazon le palpitaba con fuerza. Trato de averiguar en donde se hallaba. Era un lugar frio. Ella estaba vestidas, pero con los pies descalzos alcanzaba a sentir la piedra fria sobre la que se encontraba, la cual tambien  sentia en su espalda. Estaba contra su muro, estaba encandenada a un muro.

Miro con avidez a su alrededor y trato de dilucidar que habia ahi; sin embargo, la oscuridad era total. Tenia frio y sed. Trago saliva advirtiendo la resequedad en su garganta.

Caitlin jalo con todas las nuevas  fuerzas que tenia, pero a pesar de todas las cadenas no cedieron. Estaba atrapada.

Abrio la boca para gritar y pedir ayuda. Al principio, ni siquiera pudo emitir sonido alguno porque tenia la boca demasiado seca.  Volvio a tragar saliva.

-¡Ayuda! -grito con voz rasposa-. ¡Ayudeme! -lo intento de nuevo. En esta ocasion los gritos fueron bastante intensos. Pero nada. Escucho con detenimiento y de pronto detecto un leve zumbido a lo lejos, pero, ¿de donde venia?

¿Cual fue el ultimo lugar en donde habia estado? Recordo que habia ido a casa, al departamento. Fruncio el ceño, tenia la imagen de su madre en la mente. Estaba muerta.Sintio una gran pena, como si hubiera sido una mejor hija a pesar de que su madre nunca la trato bien, aunque, como se lo habia revelado el dia anterior, ni siquiera fuera su hija. ¿Fue algo que dijo solo  porque tuvo un arranque de ira? O tal vez... ¿lo habria dicho en serio?

Y luego... aquella gente, esos hombres tan palidos y vestidos de negro. Despues... la policia, la bala. ¿Como habian detenido la bala? ¿Que eran esos hombres? ¿Por que habian usado la palabra humana? Si no los hubiera visto detener la bala en el aire, habria pensado que solo se trataba de alucinaciones.

Luego el callejon, la persecucion.

Y por ultimo... la oscuridad.

Caitlin escucho que una puerta de metal crujia. Parpadeo varias veces cuando una luz aparecio a la distancia: era una antorcha, y alguien venia  hacia ella portandola. En el momento en que se acerco, el cuarto se ilumino. Era una enorme habitacion tallada en piedra donde se producian ecos disonantes. Parecia muy antiguo.

Caitlin observo los rasgos del hombre que habia entrado cuando este se aproximo. El individuo levanto la antorcha a la altura de su rostro y se le quedo viendo como si se tratara de un vil insecto.

Aquel hombre era grotesco; tenia facciones distorsionadas que lo hacian lucir como un brujo viejo y demacrado. El hombre sonrio, y con eso, dejo entrever hileras de dientecillos anaranjados y desprendio el putrido aliento de su boca. Estaba a tan solo unos centrimetros de ella. Despues alzo la mano hasta su cara y Caitlin pudo ver sus largas, curveadas y amarillentas uñas. El hombre rasgo lentamente las mejillas de la chica con sus garras. No lo suficiente para sacarle sangre, pedro si para hacerla sentir asqueada. El hombre sonrio aun mas.

-¿Quien eres? -pregunto Caitlin aterrada-. ¿En donde estoy?

El hombre continuo sonriendo y examinando a su presa. Fijo la mirada en su cuello y se lamio los labios.

En ese momento Caitlin escucho el sonido de otra puerta de metal que se abria, y vio que varias antorchas se acercaban.

-¡Dejenla! -grito una voz entre las luces. El hombre que estaba de pie frente a Caitlin retrocedio de inmediato varios metros e inclino la cabeza tras la reprimenda.