Capítulo veinticuatro.

3.1K 200 16
                                    

Megan.

Una vez que Dani ha conseguido apartar a Jesús del chico rubio, se suben al coche.

Jesús da un portazo y suspira tocándose el pelo.

Los hermanos murmuran algo que no puedo oír, ya que no me encuentro muy bien.

- ¿Estás mejor? -me pregunta Jesús dándose la vuelta.

Niego con la cabeza y cierro los ojos.
Sale del coche y abre la puerta trasera.

Se acerca a mí y cuidadosamente, me quita el hielo de la nariz.

- Está hinchada. -susurra.- Toma, póntelo otra vez..pasaremos por una farmacia o..nose.

Le hago caso y vuelve a donde estaba antes.

Dani se abrocha el cinturón y Jesús hace lo mismo.

Arranca el coche, pero antes de que pudiera moverse, alguien se pone delante.

- Mierda. -murmura Jesús.- Quítate, Logan. -le dice abriendo la ventana.

El chico niega con la cabeza y Jesús se remueve el pelo nervioso.

- Apártate de una puta vez si no quieres que te pase por encima, capullo. -le dice borde.

Este no le hace caso, y al ver que Jesús pisa el acelerador, me asusto.

- Jesús. -lo llamo pero no me hace caso.

Una vez que el coche ha empezado a moverse a toda prisa, el chico que parece llamarse Logan se aparta rápidamente.

- Duerme un poco, Megan. -me dice Daniel en un susurro.

Le sonrío y asiento.

Me acomodo en los sillones traseros y cierro los ojos lentamente.

Jesús.

Llevamos dos horas en la carretera, y ninguno de los tres hemos dicho nada.

Bueno, Megan sigue dormida.

Miro a mi hermano gemelo de reojo, que se encuentra mirándose los nudillos atentamente.

- ¿Qué te ha pasado? -le pregunto refiriéndome a sus nudillos, y parece que lo pilla.

- Nada importante. -responde quitándole importancia.- Ya sabes, la novia.

Ahora que lo recuerdo, antes de que yo me metiera en toda esta mierda, Daniel tenía una novia muy mona.

Aún queda contar por qué me metí aquí, lo contaré más adelante, si surge el tema.

Aunque espero que no, no me gusta hablar de eso.

- ¿Hace cuánto lo dejásteis? -le pregunto frunciendo el ceño.

Se llevaban bastante bien, y se entendían.

- Dos meses.. -susurra apenado.

- Tranquilo tío. Era mona, pero no llegaba a tu altura. -le intento animar.- Era demasiado poco para ti, hermano.

Sonríe de lado y asiente.

- Eso creo... -dice intentando contener las lágrimas.- Papá y mamá te echan de menos. -me mira, esperando una respuesta por mi parte.

Oh mierda, justo de esto es de lo que no quiero hablar.


——

+10comentarios.

Secuestrada. | J |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora