Capítulo uno.

8.4K 304 30
                                    

Abro los ojos lentamente, encontrándome con cinco tipos delante mía. Miro a mi lado y puedo ver a mis amigas atadas, al igual que yo. Frunzo el ceño y vuelvo mi mirada a los chicos.

- Yo ésta. -dice uno señalándome.

- Genial, puedes llevártela. -le ordena otro con la voz ronca.

Me coge en brazos y, dejándome completamente paralizada, me lleva hasta una oscura y pequeña habitación. Me deja bruscamente en el suelo y como puedo, me apoyo en la pared. Lo único que quiero hacer ahora, es llorar.

- Si me entero de que intentas escaparte, te aseguro que te mataré. -me amenaza.- Y me da igual que seas una chica, y que tengas diecisiete años.

Dicho esto, sale de la habitación dando un portazo. Puedo oír como desde el exterior echa la llave, para que no pueda escaparme.

Cierro los ojos con fuerza, intentando contener las lágrimas, pero es imposible. ¿Qué hago aquí? No recuerdo nada.

Miro a mi alrdedor y en una esquina de la habitación, puedo ver un diminuto colchón. Voy como puedo hacia él, y me acuesto en este.

Sollozo y vuelvo a cerrar los ojos con fuerza. Quiero salir de aquí, joder. Cierro los ojos intentando quedarme dormida, pero algo me lo impide, o mejor dicho, alguien.

- Aquí tienes tu comida. -dice la voz de antes.

Se acerca a mí, me quita la cinta de la boca y seguidamente, me desata las manos.

Como anteriormente, sin decirme nada más, sale de la habitación dejándome completamente a oscuras y sola.

Voy hacia donde está la comida y la examino. Dios, ¿Qué cojones es esto? Me da asco.

Miro la bebida que hay en el vaso y lo cojo. Al menos esto parece agua.

Miro las cuatro paredes que me rodean, intentando encontrar un interruptor para la luz. Cuando por fin lo encuentro, voy hacia él y le doy, provocando así que una pequeña lámpara ilumine el diminuto cuarto.

Vuelvo a la comida y la miro con el ceño fruncido. No pieso comerme esta mierda. ¿Qué se cree, que soy un perro?

Empino el vaso hasta llevarlo a mi boca, y bebo.

Dejo la bandeja apartada y vuelvo al colchón, que es lo único cómodo en esta mierda de habitación.

Me pongo boca arriba mirando hacia el techo y suspiro.

¡Oh mierda, cucarachas!

¡Serán guarros!

Ahogo un grito al ver una cucaracha a mi lado, y me aparto de ella lo más lenta y silenciosamente que puedo.

Oh Dios, todo esto da asco.

Me acurruco en una fría esquina y hundo mi cabeza entre mis piernas, esperando a que las horas pasen.

----

+10comentarios.

Secuestrada. | J |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora