Capítulo: 17

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Cuando vi la hora en mi celular, ya eran las 8:45 de la noche.

Estiré mis brazos y solté un bostezo. La cuarta película había terminado.

Me levanté del sofá.

Yo: Ya me voy. Tengo que tomar una ducha.

Mayra: También me voy.-imitó mi acción anterior y se acomodó un poco el cabello.

Jordan: No te olvides de enviarme el mensaje con la información.-se dirigió a Mayra.- Vayan con cuidado.

Mayra: Vale, nos vemos mañana.-se despidió con un beso en la mejilla.

Me despedí de Jordan de la misma manera y salí junto con mi amiga.

Soltó un suspiró y sacó su celular para empezar a escribir.

Mayra: ¿Crees que deba dejarlo hablar? -preguntó sin quitar la vista de este.

La miré.

Yo: No lo sé, ¿qué fue lo que te dijo?

Mayra: Que no sabía el porqué de mi mensaje... -guardó su móvil para verme esta vez.- Creo que él no es como Rubén. Algo me decía que de verdad estaba confundido.

Yo: Puede ser... Entonces, habla con el.

Mayra: Lo haré. Quedamos hoy en mi casa a las 9:30.

Yo: Bien.

Se produjeron unos segundos de silencio. Aunque a mi no me incomodó, porque me puse a pensar en lo que Jordan me confesó. En verdad que tienen razón cuando dicen que el mundo es pequeño. ¿No podía fijarse en otra chica que no fuera Raquel? Idiota.

Mayra: Y... ¿ya resolviste los ejercicios de química?

Yo: Apenas voy en el cuarto problema.

Mayra: A mi no me sale la 4, ¿mañana puedo ir a tu casa para resolver los ejercicios juntas?

Yo: Si, claro.

Caminamos una cuadra más y nos despedimos.

Mayra: Ni bien llegue a casa te mandaré los nombres.

Yo: No te distraigas viendo el porno.

Soltó una carcajada y asintió.

Mayra: De acuerdo, lo intentaré. Adiosito.-sacudió la mano y se dio media vuelta para empezar a caminar. Hice lo mismo.

Llegando a casa, me dirigí al baño. Ya saben, las palomitas y el refresco no se quedarían por siempre en mi estómago. Exacto, el sistema digestivo hace su trabajo.

Juanito vino hacia a mi, moviendo la cola al verme entrar a la habitación. Le acaricié un poco por detrás de las orejas, luego se fue corriendo a quien sabe donde.

Prendí el computador, entré a mi facebook y lo dejé abierto, esperando el mensaje de Mayra. Por mientras puse algo de música, y busqué unas cuantas hojas de papel para dejarlas en mi escritorio.

A los pocos minutos, recibí por fin los nombres de los autores del siglo XX.

Mayra: Ojalá no se te haga pesado.

Escribió después de mandarme la lista.

Yo: No pasa nada, ¿y a Jordan ya le mandaste su parte?

Mayra: Aun no, estoy en eso.

Yo: Hablamos después.

Copié los nombres para pasarlos al documento de Word. En eso, antes de cerrar sesión, Jordan me manda un mensaje.

Mi maestro de BiologíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora