Miradas perdidas.

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Sin inmutarse este aparto la mirada de la suya y continuo comiendo como si nada pasara. Una segunda mirada estaba fija en su rostro, se giro un poco y se encontró con otros ojos azules, los de Celeste. Era inevitable un interrogatorio le  golpearía en cuanto volvieran al cuarto.

El toque en su hombro le sobresalto completamente haciendo casi que se ahogara con los tomates que se estaba comiendo. Un hombre de pelo negro tenia su mano con delicadeza sobre su hombro, pronto este se agacho y le dio un aviso.

"Tenemos que hablar"

Dando la excusa de que la abuela la llamaba, dejo a Celeste en la mesa y se marcho. Siguió a aquel castaño de nuevo hasta esa puerta blanca que se abrió dejando ver de nuevo a ese extraño par de genios.

-Estaba comiendo, espero que sea importante.

-Lo es.- Contesto el albino.

El azabache levanto una computadora y se la tendió a Victoria.

"Ex comandante de la mafia sale libre después de 4 años de cárcel, se exige justicia."

El titulo era acompañado por una imagen del hombre rodeado de cámaras y micrófonos. Apenas se distinguía quien era pero la quemadura en su brazo derecho lo hacia mas que obvio.

La castaña le dirigió una mirada de preocupación, ya lo imaginaba pero igual era algo difícil de procesar.

-Creí que dijiste que estaría mínimo  20 años ahí, me mentiste.- La furia de la joven hizo que cerrara la computadora de golpe y la aventara sobre el sofá. El caos era lo que reinaba dentro de ella.

Los otros dos no se inmutaron, ya se lo esperaban.

-Lo se, el tiene sus contactos. Pero eso no significa nada, esta muy lejos aun de poder tocarte. Tenemos el área vigilada, sabes lo que opino de matar personas. Pero eso no interfiere con el hecho de dejarlas libres.

Victoria salio de la habitación, estaba temblando apenas se mantenía en pie. Los recuerdos avivaron dentro de ella trayendo  la sensación de ardor en el pecho. Recordó lo que era el ácido carcomiendo su piel, se sobo el brazo y se deslizo por el tronco de aquel enorme árbol.

No supo cuanto tiempo paso, pero las pisadas de alguien la hicieron volver en si. El olor a cacao era tan característico que el que no dudo ni un segundo. No dijo nada, solo se tiro a su lado y la envolvió entre sus brazo y piernas como hace cuatro años.

Quizá no lo reconoció antes, puesto que lo recordaba con el cabello café y mucho mas bajo pero ahora sabia quien era el que la consolaba.

-Él no volverá a tocarte- Susurro.

¿Victoria? Death Note (Mello)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora