Capítulo 18

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Cuando llego al ascensor este está cerrado y apenas va por el piso tres, por lo que sin importarme si tengo que bajar veinte pisos o más decido irme por las escaleras. Estoy bajando con los ojos llenos de lágrimas, con ganas de estar en mi casa y no salir nunca cuando siento que me agarran del brazo.

Mi instinto es golpear a la persona que me está reteniendo, pero tarde me doy cuenta de que es James.

—¿Estás bien? —su semblante es de preocupación y de enojo.

Asiento con la cabeza porque no me sale la voz. En cierta forma estoy llorando de la rabia, porque en el mundo hay personas que lo único que quieren es humillar a otras y además porque siento que lo que acaba de ocurrir solo confirma lo que he estado pensando desde que pasé la noche con James.

Solo soy una cualquiera que se acuesta con su jefe.

Si las personas de la empresa llegan a saber algo así van a comenzar a decir que ascendí de puesto solo por acostarme con mi jefe. La magnitud de lo que puede llegar a pasar me golpea como una bola de demolición. Todos van a empezar a verme como una regalada, que hace lo que sea solo por salir de abajo.

La revelación que se cierne sobre mí me hace llorar aún más.

James seca mis lágrimas con sus pulgares y es en ese momento que me doy cuenta lo cerca que estamos otra vez. Los nervios comienzan a invadirme, así como mi corazón empieza a acelerarse.

—Por favor no creas nada de lo que Derek dijo sobre ti —señala en un susurro.

—Y-yo... —no puedo hablar, es como si se me hubiese trabado la lengua.

—Debí advertirte que podía pasar algo así —dice con pesar. Su ceño se encuentra fruncido como si se estuviera recriminando—, Derek y yo estudiamos juntos en la universidad la verdad es que no nos llevamos muy bien, se puede decir que tenemos una especie de rivalidad y al parecer ha querido meterte en el juego a ti también.

Trato de asimilar lo que me está contando, sin embargo, en mi cabeza solo hay la palabra "puta".

—Necesito salir de aquí —logro decir con voz débil.

—Muy bien, te acompañaré de nuevo al hotel solo dame un minuto...

—¡No! No hace falta que me acompañes ya voy yo al hotel. '

—Escúchame bien —agarra mi cabeza con ambas manos para que no tenga la oportunidad de escapar—, no permitiré que salgas de aquí en este estado tú sola. Solo dame unos minutos para despedirme de Adrián ¿está bien?

Muevo la cabeza afirmativamente y al constatar que no estoy mintiendo me agarra de la mano y me dirige nuevamente a la terraza, sin embargo, no termino de entrar, no quiero que las personas vuelvan a hablar de mí.

—Te espero aquí —murmuro.

James me mira con una mezcla de arrepentimiento y pesar antes de volver a entrar a la celebración. Suspiro audiblemente mientras con las manos me quito las pequeñas lágrimas que se cuelan por mis mejillas. Sin embargo, no tengo que esperar mucho ya que James vuelve aparecer y con paso decidido me saca de este lugar.

**

El mismo lunes en la noche nos regresamos a Nueva York. Gracias a Dios me tocó en un puesto muy alejado de James y Rachel. Para distraerme en el vuelo, continué leyendo "El infierno de Gabriel" con la esperanza de que los nervios por el viaje en avión se disiparan.

Ahora me encuentro yendo a mi casa en un taxi, durante el vuelo hice como si no hubiera perdido mi virginidad, a pesar de que constantemente recreaba en mi imaginación todo lo que hicimos en la habitación.

SentirWhere stories live. Discover now