III: Las oficiales de Piltover.

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Salí de la pequeña y apretada casa en la que me hospedaba; muchos piltovianos iban de camino a su trabajo a esas horas, gracias a aquello, una multitud me arrastró hasta el centro de esta hermosa cuidad.

Sabía que el estafador no podía atacar de día, sería muy sencillo el encontrarlo, pero quería conocer esta ciudad como si fuera Bliguewater, como la palma de mi mano. Necesitaba saber todas las rutas de escape que tenía el estafador y su amiguito, conocer lugares para tener una pelea sin causar mucho desorden en la ciudad; necesitaba saber cómo acorralarlo, y quería prepararme para escucharlo pidiendo piedad.

Camino sin rumbo, memorizando carteles, calles y casas. Aburrida de esta ciudad tan monótona saco mis pistolas y comienzo a girarlas en mi mano, algunas personas comienzan a alertar a los oficiales. Me daba igual, no tenía idea de que trabajo harían estas personas.

—Detente. —escucho decir a una voz femenina con un extraño acento, acento que le daba un toque... Sostificado ​a esta persona.

Me giro, sin parecer asustada, ni molesta. La mujer de vestido violeta corto y el gran sombrero con múltiples miras estaba parada enfrente de mí; esta vez, venía con alguien que no parecía ser de Piltover por el color de su cabello y sus múltiples tatuajes.

—Cupcake, eso no sirve, solo hay que golpearla y hacerla hablar, es más efectivo. —susurra la compañera de la sheriff. Esta no poseía el acento de Piltover, así que sabía que se había criado en otra nación o ciudad.

Cupcake... Que nombre tan gracioso para una oficial piltoviana.

—Así que... ¿Tu nombre es Cupcake? —pregunto, entre risas—Tu vestido no es lo único ridículo que tienes.

—Mi nombre es Caitlyn, para su información. —dice la sheriff, avergonzada.

Dejo de reír y observo los tatuajes de la pelirrosada, en especial el que tenía debajo de su ojo.

—Tu debes ser Vi. —digo, acercándome.

—Conserve distancia. —ordena Caitlyn, apuntandome con su rifle.

Suelto mis cañones, tan solo quería jugar con ellas... Lograr que se sientan incómodas.

—No tienes porque temerme, Cupcake, no pienso hacerles daño. —informo, tocando la punta de su rifle, bajándolo.

—¿Quién eres? —pregunta Vi, mientras ve a la incómoda e inmóvil de Cait.

—Mi nombre es Sarah Fortune, futura capitana de Bliguewater. —me presento con orgullo.

—Eso explica sus ropas. —dice Caitlyn, temblorosa.

Me acerco a ella de manera brusca y poso mi mano en su mejilla.

—Ow... Cariño, no tienes que estar nerviosa.

Vi no dijo nada, Caitlyn, por otro lado, fruncio el ceño y quitó mi mano con un golpe, acomoda su sombrero y vestido, y levanta su rifle.

—¿A qué viniste a Piltover? ¿A seducir? —pregunta Vi, un poco molesta.

—No. —rio levemente— Vine al realizar un trabajo. Ustedes deben haber estado muy ocupada con esa tal Jinx, pero ¿Oyeron hablar de Twisted Fate? —pregunto.

Caitlyn suspira, logrando adivinar a que venía. Vi no lograba captarlo.

—Ah... Él. —dice Caitlyn, dejando su rifle a un lado y acercándose a mí— Es un estafador, como ya sabrás, varios oficiales intentaron cazarlo sin resultado, aunque es lo de menos, preferimos preocuparnos de Jinx o el monstruo de Zaun. —me informa.

—¿Sabes donde puedo encontrarlo? —pregunto, recogiendo mis pistolas del suelo.

—Lo han visto lejos de la Avenida, en los barrios más lejanos al centro. Nunca está en el mismo lugar, así que no sabría qué decirte. —contesta, acomodando su cabello.

Vi miraba a Caitlyn con desaprobación, como si su compañera ya hubiera olvidado lo anterior.

—Gracias por la ayuda, Cupcake. —agradezco, dándome la vuelta.

—No fue nada, Fortune. —dice, disgustada por su apodo.

Ambas oficiales se retirar, podían oírse los gritos de Vi a lo lejos, y la voz tranquila de Caitlyn pidiéndole olvidar lo sucedido.

Doble Fortuna [Book #1 TF & MF][EDITANDO]Where stories live. Discover now