16.

1.9K 88 9
                                    

Mentira


*NARRA ABBIGAÍL*

Me habían engañado.

Siempre consideré a Elena como una buena amiga, que era sincera, leal y evidentemente confiable. Era una de mis mejores amigas, y... Damon, simplemente no sé qué decir sobre él.

¿Por qué siempre soy la que sufre y le pasa todo lo malo?

Dios santo, ayúdame a olvidar todo. Quítame estos sentimientos que tontamente afloraron en mi interior.

Y es por eso que me arrepentía enormemente el haber apoyado a mi madre para trasladarme con ella a Mystic Falls, soy mayor de edad, podría estar en cualquier otro lugar estudiando como New York, Seattle, California, Miami, pero no.

Sigo aquí sin esperar nada de nadie, y si ahora lo hacía era porque me había reencontrado con mi padre después de haberlo dado por muerto. No puedo dejarlo solo en manos de esas brujas sin saber que lo pude haber protegido, además le prometí que lucharíamos por recuperar lo que nos pertenece, y usar con otros propósitos nuestros poderes. Volver a ser el Aquelarre que era antes de la llegada de Niklaus al mundo.

Por lo tanto, seguí caminando hundida en mis pensamientos. El camino era recto, sin rumbo en medio del recién aclarecido bosque, sintiendo cada lágrima que derramaban mis ojos caer por mis mejillas, pero pronto sentí las hojas secas del suelo sonar con fuerza.

Limpié el rastro de lágrimas con el dorso de mi manga y cogí una rama de un árbol que vi con rapidez, preparada para defenderme de quien fuera.

Obviamente no usaría mi magia, a lo mejor era solo un simple mortal, y no quería dejar mi secreto al descubierto.

—¿Quién está ahí? —pregunté conteniendo el temor—, ¡no dudaré en usar esto! —lo decía por la indefensa rama.

—Tranquila —susurró Stefan, alzando las manos. —Sólo soy yo.

Suspiré, tratando de recuperar el aliento faltante.

—Me asustaste —afirmé, mientras dejé caer la rama.

—¿Pensabas golpearme con eso?

Alcé las cejas. Pensándolo bien, era mejor una piedra.

—Es mejor que nada —rodé los ojos—, pero ¿qué haces acá? —continué caminando—, ¿te envió Damon?

Él negó con la cabeza.

—No pretendo aceptar alguna sugerencia suya.

—¿Entonces?

—Solo venía a ver si estabas bien, y a decir que no puedes arrancar cada vez que algo te suceda —me detuve en seco y di media vuelta para mirarlo fijamente.

—¿Es una broma? —fruncí el ceño—, ¿y qué quieres que haga, Stefan? ¿Hacer que nada de esto ocurrió? —él comenzó a acercarse más a mí, para quedar frente a frente, acortando proximidad. —Tú mismo los viste.

—Lo sé.... Pero —lo interrumpí.

—Sí, admito que fui estúpida al confiar en Damon, le creí. Me mostró su lado sensible, el Damon que todos querían conocer. No miento al decir que me sentía plena, segura..., que nada podía pasarme al estar con él. ¿Y qué saqué con eso? —me crucé de brazos. —Que una de mis mejores amigas, a la primera oportunidad que tiene nos engañe a los dos y se meta con el novio o lo que sea de tu mejor amiga. No, Stefan. Si piensas que intenté no arrancar de todo esto, estás equivocado. Puedo perdonar lo que sea, pero menos una traición.

The Secret; Magic [1] | Damon Salvatore [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora